Por: TurAireLibre
El Delta cercano al Gran Buenos Aires tiene alojamiento para todos los gustos. No muchos años atrás solo existían algunos populares recreos, un puñado de hosterías muy familiares y tradicionales, como El Tropezón, donde se suicidó Leopoldo Lugones, y no mucho más para elegir. Hoy día, la oferta se ha ampliado.
Mucha gente buscar un lugar tranquilo y no muy lejano. Les recomendamos pasar un día entero, pero sin perder la mágica noche de miles de estrellas de este mundo de islas. ¿Cómo? Muy simple: llegar a primera hora de la tarde y volver a casa luego del almuerzo del día siguiente.
Empresarios, hombres de negocios, gente muy ocupada en sus labores necesitan una salida relativamente corta, pero con gran confort, excelente atención y en un marco de paz y armonía con el entorno natural. ¿Dónde? En la posada Isla Escondida encontramos la solución.
El turismo en el Tigre es uno de los que más ha crecido en los últimos años en nuestro país. El centro de la ciudad está orientado hacia esta actividad. Se puede llegar fácilmente desde el sur por la autovía Acceso Norte Ramal Tigre, pero para quienes quieran eximirse del auto les recomendamos tomar el Tren de la Costa. Desde la terminal Maipú, en la avenida Maipú al 2200 en Olivos, se llega en 25 minutos por el más turístico de los ferrocarriles urbanos: grandes ventanales permiten ver un paisaje muy interesante enmarcado por las antiguas mansiones de la barranca, hacia el oeste, y el río de la Plata y las guarderías náuticas, hacia el este. Los servicios cuentan con aire acondicionado y las estaciones están muy bien recicladas, con ferias de antigüedades en Maipú y Las Barrancas. Desde el destino final, Delta, apenas hay cuatro cuadras hasta la terminal fluvial Domingo Faustino Sarmiento, donde parten las lanchas colectivas.
En una de estas pintorescas embarcaciones de madera con motor central se demora apenas cuarenta minutos en llegar hasta un muelle sobre el río Carapachay, desde donde parte un sendero de trescientos metros, muy bien cuidado, hasta el hermoso parque de dos hectáreas del establecimiento.
Lo primero que impacta es la densa arboleda compuesta por diferentes especies que les brinda sombra a los tres núcleos habitacionales: la cabaña central, con nueve habitaciones en lo alto, que aprovecha el edificio de la antigua casa reciclado sabiamente; y las cabañas del Arroyo y del Bosque, un poco más alejadas y privadas, ideales para los programas románticos que ofrece el lugar.
Las habitaciones son sumamente confortables, con aire acondicionado, ventilador, ropa de cama, baño privado, wi-fi y televisión satelital. Algunas cuentan con sauna, frigobar y microondas.
El albardón sobre el arroyo Esperita une dos joyas para los huéspedes: las piscinas al aire libre y climatizada cubierta, ambas con hidromasaje. Es decir, no importa la época del año, el chapuzón y el rélax acuático están asegurados. Sobre el curso de agua también se puede remar, pescar o simplemente descansar en el sólido muelle viendo correr el agua hacia el arroyo Angostura mientras sorprende el salto de algún pez o el vuelo de algún pájaro.
En el parque se encuentran también varios sitios especiales, como un camastro indio donde ver pasar la vida, reposeras, hamacas paraguayas y sillas con mesitas rodeadas de tules y telas, donde leer un buen libro o escuchar música sin ser molestado por los mosquitos.
El restaurante y bar está cálidamente ambientado, y el desayuno continental vale la pena por calidad y variedad, tanto como el almuerzo y la cena. La posada brinda también servicios de spa, masajes, clases de yoga, caminatas y visitas guiadas.
El ambiente isleño es realmente inspirador. Parece increíble que a veinte minutos de lancha (a la vuelta abordamos la embarcación de la posada, que acorta el viaje por el menor calado) se descanse plácidamente en otro mundo: aire fresco, árboles con su verde intenso, sol paliado por la piscina y un servicio excepcional de parte de quienes trabajan en el lugar. Realmente recomendable para relajarse de las tensiones de la gran ciudad, a pocos kilómetros, pero rodeados de la magna naturaleza isleña. Para más datos y reservas: (011) 4728-3032, islaescondida.com.ar
Por Néstor Saavedra
para TurAireLibre
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