Por: Arsenal en America
En el aniversario número 18 de Arsène Wenger al frente del club, el equipo celebró con una victoria digna de su estilo y filosofía ante un inconexo Galatasaray en el Emirates Stadium. Un triunfo necesario para alimentar las ilusiones en Europa y afrontar la dificultosa visita a Stamford Bridge.
Eléctrico, solidario y veloz. Arsenal consiguió la victoria que precisaba, con una actuación acorde, que no demoró un minuto en ponerse en marcha. Desde el saque inicial, ejerció una presión alta, con recuperación efectiva y posteriores salidas naturales para ataques vertiginosos. El funcionamiento estaba acorde a los nombres. Wenger respetó posiciones y los jugadores sacaron provecho de eso.
La intensidad y profundidad del equipo fue posible por el correcto ejercicio de los roles. Gibbs tenía que aplicar un pressing profundo para frenar al superpoblado mediocampo turco, algo que era posible por la inclusión de Chambers y su poca proyección. Flamini no quedaba tan expuesto al replegarse justo delante de los centrales, Metersacker y Koscielny. Un papel facilitado por Carzola, que era el primer filtro de los ataques rivales. Todo se completaba con Özil detrás de Welbeck, Oxlade-Chamberlain por derecha y Alexis Sánchez por la izquierda.
No de casualidad, los dos primeros goles del Arsenal llegaron por la banda del chileno. Al ascenso de Gibbs se le sumaba Santi por detrás, Alexis delante y Öz en el eje. Welbeck jugó con un desmarque al espacio para completar la fórmula del gol, y con mucha frialdad, inclinó el cuerpo y tiró al palo lejano. Elaboración del “Manual Gunner” y definición del “Diccionario del Fútbol” para el 1-0. El segundo tanto tuvo la colaboración de un erróneo despeje del contrario, pero la misma firma: DW23. Fue el fichaje más discutido, forzado por la lesión de Giroud. Pero, sin ser un goleador, demuestra atributos para participar de los circuitos, ayudar en la presión y hacer diagonales para marcar goles. Suficiente.
Teníamos el control total del desarrollo. A los pasajes de Wengerball que nos entregaban los de arriba, se le sumaba una defensa llena de anticipos, y que también usaba el fuera de juego para disipar el peligro. El equipo engranaba y casi no tenía fisuras. Pero hay que pensar que en este once no estuvieron Wilshere, Ramsey y Debuchy, que teóricamente son jugadores claves. Descuento a Walcott, que tiene características muy similares a las de Oxlade-Chamberlain. Y al capitán Arteta, que es más que Flamini. Pero el resto será parte de un dilema para ‘Le Professeur’.
Sobre todo Santi Carzola, que pide titularidad porque combina marcaje con gestación en medidas justas. Se perfila como socio perfecto para Mesut en los avances y como ladero de Arteta en la recuperación. Hoy mereció que su sutil definición por encima de Muslera sea gol, pero se lo negaron a centímetros de la línea final.
De todos modos, el Galatasaray auspiciaba nuestro buen desempeño. Arsenal jugó una gran cantidad de pases verticales, que siempre llegaban a destino por la amplitud que entregaban las líneas del esquema rival, y el enorme espacio que había entre hombre y hombre. La desorganización del equipo de Prandelli era excesiva. Los defensas estaban estáticos, y Sneijder jugaba muy retrasado, lo que dejaba a la delantera aislada, sin abastecimiento alguno.
La utopía del primer tiempo se extendió algunos minutos más en el complemento. Pero somos Arsenal, el suspenso y el nerviosismo está garantizado. Szczęsny vio la tarjeta roja, le cedió el arco al colombiano David Ospina y Galatasaray encontró el descuento y la superioridad numérica luego del un penal discutible.
Wenger contestó con el ingresó de Rosicky y Wilshere por Özil y Oxlade-Chamberlain, respectivamente. Mejor hubiera sido que Jack siga en el banquillo y que alguno de los jugadores prescindibles del partido del domingo ante Chelsea sume minutos.
De allí en adelante, comenzó el show de Ospina. En su primer partido en una Liga de Campeones de Europa, exhibió todo su repertorio. Le negó el gol a Bruma, Altintop y Sneijder. Sus espectaculares tapadas escribieron una nueva melodía para los aficionados gunners. Más de algún compatriota suyo se habrá emocionado al escuchar través de la TV el “Ooooooospina” en cada saque de meta.
Se ganó, con momentos que rozaron el tributo a los mejores años del ‘wengerismo’. Esos que sembraron un método único, de primera clase. Un procedimiento elegante con el que se cosecharon 13 trofeos. Una doctrina con la que muchos talentos llegaron al estrellato. Una fórmula que todavía está en adaptación en el fútbol moderno.
Se consiguió una victoria con jerarquía. Es lógico disfrutarla. Pero, sin desmerecerla, era lo correcto. Y antes de tomar una calculadora y pensar en los duelos ante Anderlecht, en recibir al equipo de Dortmund o viajar al infierno de Estambul, hay un encuentro clave el próximo domingo. En Stamford Bridge espera el líder de la Premier League, que también es invicto, pero está unos escalones por delante en cuanto a rendimiento.
Por Rodrigo Duben.
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