Se viene la marea verde y blanca

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La NBA se ha convertido en la liga más importante del mundo por muchas características. Pero hay una que sobresale: los capítulos épicos que se escriben de su historia noche a noche. Hay una franquicia en particular que se ha encargado de redactar muchas de estas batallas: los Celtics de Boston…

Este lunes Boston y Denver jugaron un encuentro memorable. La victoria de los Celtics sobre los Nuggets (9 victorias en fila) en tres tiempos suplementarios fue la nota de la jornada. Los tiros imposibles de Pierce, las respuestas furibundas de Lawson, las dagas de Terry y los rebotes de Garnett, fueron algunas de las cuestiones que conviertieron al juego en el TD Garden en una de esas noches épicas con las que nos deleita la NBA.

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Boston venció a Denver por 118 a 114, en el partido más emocionante de la temporada

Este juego significó la séptima victoria consecutiva de Boston y fortaleció el renacimiento de los Celtics tras la lesión de Rajon Rondo, su base súper estrella. El 9 se perderá el resto de la temporada y todos daban (me incluyo en parte) por muertas las posibilidades de playoffs de la franquicia.

Retrocedamos apenas unos meses. Vayamos al comienzo del calendario. Los Celtics arrancaron la 2012/2013 sin Ray Allen y con la incertidumbre de un vestuario completamente nuevo, apoyado en el núcleo de Garnett, Pierce y Rondo. Habían llegado jugadores nuevos como Jason Terry, Courtney Lee, Leandro Barbosa, Jared Sullinger y la pregunta de todos era cómo reaccionaría el equipo. No lo hizo bien. En los primeros 30 partidos ganó apenas 14 y mostró signos prematuros de cansancio.

El 27 de enero se produjo la lesión de Rondo y hasta ese día los rumores de traspaso de Garnett y Pierce eran el comedero de los medios especialiazados. La misma noche que se enteraron que no contarían más con su organizador, los Celtics vencieron a los campeones Heat y comenzaron una remontada tremenda.

Pese al triunfo ese día, las dudas sobre Boston eran muy grandes. No tener a la tuerca más importante del andamiaje forzó a muchos a poner la tapa del ataúd Celtic. El entrenador se molestó por esto y capitaneó a un equipo hacia un mar tranquilo.

Paul Pierce lidera a un equipo rejuvenecido

La serenidad dentro del parqué la dio Paul Pierce. En las últimas dos semanas ha logrado superar los problemas ofensivos y ha cargado con el equipo. En las siete victorias consecutivas promedió 18.4 puntos, 9.2 rebotes  6.3 asistencias, confirmando su estatus de All Star, pese a no estar en la cita del próximo fin de semana en Houston.

Entre las razones para que Boston pueda funcionar mejor en ataque se encuentra la rotación del balón. Para los que siguen al equipo saben que con Rondo en cancha tendrán espectáculo y canastas bellísimas, pero hay que aceptar que su acaparamiento del balón a veces complica las cosas. Eso es lo que quiso explotar el DT Rivers: ahora la pelota fluye entre las manos de Pierce, Terry, Bradley, Barbosa y Lee, con más toques y menos dribble por posesión, con tiros más abiertos.

Otra razón es que los jugadores con roles secundarios han dado un paso adelante. Bradley volvió de su cirugía en los hombros y ha ayudado mucho al equipo en defensa, además de agregar una opción a la ofensiva. Terry retomó la senda de las últimas temporadas, y no baja del 50 por ciento de campo en los últimos siete juegos. Jeff Green anotó en doble figuras durante esta racha. Lee parece tener más calma para explotar sus cualidades atléticas. En fin, ahora todos están cómodos con los sistemas y que el número de asistencias haya aumentado es la gran prueba de esto. La paradoja es que lo hayan logrado ante la ausencia del hombre que siempre movió los hilos.

Garnett, hombre clave en la remontada de Boston

No puedo terminar este análisis sin mencionar en detalle la labor de Kevin Garnett. Sus 36 años y un arranque lento en la temporada lo convirtieron en blanco fácil de los periodistas. Todos los días se escuchaba de un nuevo posible destino para el número 5, y pese a que negaba todo, los rumores no paraban. Incluso se ha llegado a decir que el pivot no tenía pruritos en renunciar a su cláusula anti-traspaso, siempre y cuando el equipo venda a Pierce primero. Una locura de algún trasnochado.

Desde que negó esos comentarios, Garnett ha subido sus números. Hasta se ha dado el lujo de alcanzar los 25 mil puntos en su carrera. Su tarea en la victoria ante Denver fue muy buena, con números dignos más de un rookie que de un veterano. Máxima en rebotes (18 rebotes) y unas sólidas 20 unidades, con canastas claves en los minutos finales.

Así los Celtics llegaron a la mitad de la temporada. Después del Juego de las Estrellas volverán a verse las caras con los Nuggets, en 9 días. Mientras tanto, apenas terminada la batalla del domingo, se subieron a un avión para viajar a Charlotte y visitar a los Bobcats este lunes. En el horizonte está la otra mitad del calendario y lograr lo que nadie vaticinó luego de la lesión de Rondo: llegar a los Playoffs y robarle la gloria a quien se le pare enfrente.