Por: Ignacio Damonte
Dos tiempos. Dos equipos. Eso fue Argentina en el duelo ante Puerto Rico por la primera fecha de la segunda fase del Premundial. En los primeros 20 minutos, los de Lamas fueron un relojito, mientras que en los últimos 20 dejaron una imagen muy pobre. De todas formas, el objetivo de llegar al Mundial de España está a dos triunfos de distancia. Nada está perdido.
El certamen en Caracas se convirtió en un torneo de 8 equipos. Cuatro irán al Mundial y cuatro, no. Argentina sin dudas que está entre las grandes candidatas a no sólo clasificar, sino salir campeón. Pero hoy dio un paso en falso ante Puerto Rico. Y uno de los que dejan preocupaciones.
El primer cuarto contra los puertorriqueños arrancó como un sueño. Ventaja de 17 a 4 para los de Lamas y todo lo que intentaba la selección funcionaba: Scola tiraba de tres, y entraba; Safar y Mata lo mismo, igual resultado; Delía dominaba la llave, dejando una muy buena impresión; y Campazzo no se cansaba de entregar asistencias. Todo le salía bien a la albiceleste.
Pero enfrente no estaba un equipo cualquiera, sino el mejor del campeonato. Puerto Rico logró acercarse cambiando la defensa, marcando en zona. Así consiguió robos y canastas fáciles, además de los triples sin mucha competencia de Galindo y Arroyo. Los primeros 10 minutos, de todas formas, fueron muy buenos de Argentina, porque cuando el rival empezó a explotar las individualidades, la defensa nacional bancó la parada.
La tónica del segundo cuarto fue parecida, al menos los primeros minutos. Se mantuvo el avance caribeño por un lado, pero los nuestros seguían con ventaja gracias a la fenomenal tarea del capitán Scola. Luis hizo lo que quiso ante la defensa rival. Sea Santiago, Villafañe o Balkman, le hacía pisar los cordones a sus marcadores con sus constantes fintas y movimientos de pie. Eso, y la creciente efectividad en triples fue lo mejor de Argentina en el cuarto.
El problema radicó a la hora de sentar a Campazzo. Hasta ahí Lamas había obtenido buenos frutos jugando con el de Peñarol conduciendo, pero en algún punto debía sentarlo para darle descanso. Lapprovitola salió a cancha y esta vez no tuvo una buena tarea. El ataque no es el problema de Nico, sino la defensa. Cargar contra jugadores como Barea, Arroyo o el mismo Ayuso, es demasiado para el ex Lanús.
La primera parte cerró con ventaja de 5 para los nuestros. Lo que parecía un andar tranquilo, con intensidad en defensa y mucha búsqueda del hombre abierto (11 asistencias),se convirtió en un partido parejo, con Puerto Rico apretando el acelerador.
Si durante el entretiempo saliste al kiosko, fuiste al baño, o le bajaste a abrir al delivery del mercado, y te perdiste los primeros minutos, entonces quedaste pasmado y desorientado con cómo la historia se dio vuelta en el segundo tiempo. De ganar por 5 puntos, Argentina pasó a perder por 3. ¿Las razones? Varias: no anotó en los primeros dos minutos, perdió la bola 5 veces, bajó los brazos en defensa y el tiro exterior desapareció.
En ese pasaje tiró 8 triples, anotando uno sólo, y hasta levantando una queja de Lamas hacia Campazzo y un tiro muy apresurado. De repente la rotación que tanto había funcionado en los primeros 10 minutos, ahora no era tal. La pelota moría en las manos de Campazzo o algún triple sin movimiento de balón.
Pero hablamos demasiado de lo no hecho por Argentina en el segundo tiempo, y no tanto de lo hecho por Puerto Rico. Un hombre fue el que cambió la ecuación y desorientó a la defensa nacional: Carlos Arroyo. El base se cargó la ofensiva al hombro y de repente se convirtió en una máquina de anotar. Tres triples casi seguidos y asistencias magistralmente colocadas a sus compañeros fueron un tsunami para la defensa albiceleste, cada vez más apática.
El último cuarto, al que Puerto Rico llegó con ventaja de 8, mostró una reacción de los conducidos por Lamas. El entrenador volvió a sorprender con su rotación, mandando a cancha al “Lobito” Fernández, que no había jugado hasta aquí, y arrancando el período definitivo con Scola en el banco. Un minuto duró esa decisión, el DT devolvió a Luis al rectángulo al ver dos ofensivas mal resueltas.
La vuelta del capitán sirvió para que se entienda bien con el Lobito, y de repente, Argentina estaba otra vez en partido, a sólo un triple de distancia. Pero otra sequía en ataque, otra baja de la atención en defensa, y la diferencia se estiró a 13 puntos. El conjunto nacional pasó casi tres minutos sin anotar luego de la remontada, haciendo imposible cualquier atisbo de reacción heroica.
Eso fue el debut de Argentina en la segunda fase: un partido desorientador. ¿Qué equipo es la selección?¿El que arrancó con 14 de ventaja en el primer cuarto o el que erró 7 triples en 5 minutos en el tercero? En el medio quedan las dudas de todos: ¿Qué rotación pretende Lamas?¿La que pasa de tener en el ostracismo a Fernández y lo manda a cancha inesperadamente o la que sienta todo el partido a Delía luego de un arranque en gran nivel?
Este viernes será el turno de enfrentar a Jamaica (12.30 hs), que viene de perder con Dominicana y eliminar a Brasil. La lógica indica que no debería ocasionar problemas. Argentina necesita dos triunfos para acceder al Mundial, habría sido ideal aprovechar una oportunidad como la que se dejó escapar ante Puerto Rico para estar más tranquilos. Ahora es tiempo de cambiar el chip rápidamente y no dejar que un partido así mine la moral, ni nuble el objetivo.
Síntesis:
Argentina (80): Campazzo 10, Safar 15, Mata 11, Scola 23, Delía 7; Boccia 0, Gutiérrez 8, Espinoza 0, Laprovittola 2, Mainoldi 2 y Fernández 2.
DT: Julio Lamas.
Puerto Rico (94): Barea 13, Arroyo 19, Holland 10, Sánchez 4, Balkman 21; Santiago 0, Ayuso 7, Galindo 12, Villafañe 8, Clemente 0 y Chaney 0.
DT: Francisco Olmos.