“Los cuerpos del verano”

#BorgesDelFuturo

Autor #9

Nombre: Martín Felipe Castagnet

Edad: 26

Libro: Los cuerpos del verano (Factotum, 2012)

Temas: Ciencia ficción. Internet. Tecnología y cultura.

Por qué hay que leerlo: Hacia finales del siglo XX, Martin Amis analizaba el avance de la novela sobre los cada vez más amplios territorios sociales bajo dominio de la ciencia. A pesar de las fantasías de quienes vislumbraban tecnocracias silenciosas y grises, un mundo en el que la tecnología determinara cada vez más costumbres —sin los alardes argumentativos, sin la molestia de una discursividad relegada al viejo credo humanista— no dejaría de ser un mundo proclamando la necesidad de introspección, comprensión y crítica. Elementos bajo los que suele escribirse la mejor literatura. Ganadora del Premio a la Joven Literatura Latinoamericana otorgado en Buenos Aires por la Maison des Écrivains Étrangers et des Traducteurs, la primera novela de Martín Felipe Castagnet revisita la lógica a través de la cual se imaginan los horizontes tecnológicos. Y no lo hace bajo la lupa melancólica de un universo que se acaba, sino bajo la fuerza de un futuro con infinitas y nuevas posibilidades no sólo sociales sino culturales. La mera percepción estética de esa brecha hace de Los cuerpos del verano una novela importante en el paisaje narrativo del año 2012 y un signo poderoso ante la extensa paleta de escritores argentinos que todavía, por comodidad romántica o pereza de la imaginación, deambulan entre los vestigios de lo que ya ha sido suficientemente narrado.

¿En qué se convertiría la vida si la memoria de los humanos pudiera migrar hacia la web hasta reincorporarse en nuevos cuerpos? ¿Cuál sería el valor de la experiencia? ¿En qué se transformarían los hombres y las mujeres regresando, una y otra vez, al mundo sensible? ¿Cuál sería el precio ontológico de esa inmortalidad? Planteada como la verdadera espacialidad en la que se construyen y circulan las subjetividades del presente, la red digital que imagina Castagnet supera el trazo obvio de las novedades banales o las inquietudes zombies sobre una ilusoria división entre “lo real y lo virtual”. El futuro que la inteligente ficción científica de Los cuerpos del verano coloca en escena no devela preguntas sobre lo que podría ocurrir sino sobre lo que ya ha ocurrido. “La tecnología no es racional; con suerte, es un caballo desbocado que echa espuma por la boca e intenta desbarrancarse cada vez que puede. Nuestro problema es que la cultura está enganchada a ese caballo”. La reflexión ante la especulación y el dominio de un estilo elocuente ante el pavoneo formalista del que nada tiene que decir hacen de la novela de Castagnet una lectura obligatoria para todo aquel que desee comenzar a explorar una auténtica literatura del futuro.

¿Por qué leer Los cuerpos del verano en el futuro?
No creo que Los cuerpos del verano sea leída en el futuro. En todo caso, ¿qué futuro? Le doy una vida útil de un año y medio, a lo sumo dos años, pero ese prospecto lo incluyo no en el futuro sino en la extensión del presente. En cambio sí puedo imaginar que se la lea desde una cátedra universitaria del tricentenario, no como literatura sino como testimonio de esta breve bisagra de una generación que no sabe si considerarse nativa analógica o adolescente digital; aunque sea por el placer del investigador cebado por rescatar textos intrascendentes y tratar de hacerles decir algo.

¿Papel o bytes?
El obsoleto binomio cuerpo y alma ya puede ser reemplazado por el tan arbitrario pero más feliz binomio del papel y bit; lo material versus lo inmaterial, que al final también es material, sólo que imperceptible. La coexistencia es beneficiosa; en lo que respecta a la industria editorial y sus soportes, no creo tanto en el predominio como en la competencia. Estoy a favor de la digitalización compulsiva así como también de cuestionar la supervivencia de sus sistemas de almacenamiento, algo que el papel ha probado quizá demasiado bien. Más que los soportes es necesario discutir los formatos, para que en el futuro tanta producción no sea un conjunto de datos ilegibles.