Por: Agostina Fasanella
El reloj nos marca el tiempo cronológico y sirve para coordinar acciones, administrar nuestras actividades, tener conciencia del tiempo.
La brújula, en cambio, representa nuestra visión, nuestra misión, nuestros valores. Todas aquellas cuestiones que hacen que nuestra vida tenga un sentido profundo y una dirección determinada.
Cuanto más usemos el reloj y menos la brújula nos encontraremos en lo que llamo “la vida del bombero”. Todo ronda en apagar incendios y vivimos corriendo una carrera sin meta. Estamos tan ocupados en las cotidianeidades que perdemos de vista lo importante para ocuparnos solo de lo urgente.
Cuanto más grande sea la brecha entre lo que hacemos y lo que realmente queremos para nuestra vida, más viviremos la vida del bombero, experimentando sensaciones de vacío y sintiéndonos desorientados. Es aquí donde necesitamos recuperar la brújula para recordar donde está nuestro norte.
Y aunque muchas veces estemos siendo exitosos bomberos, no siempre las acciones están direccionadas a lo que realmente buscamos las personas: ser felices.
En las sesiones de coaching que brindo muchas personas dicen que, a pesar de tener una vida que supuestamente muchos querrían tener (un buen trabajo bien pago, una linda casa, un lindo auto), no se sienten satisfechos y sienten que “les falta algo”.
Habitualmente, al revisar sus agendas, vemos claramente no coincide lo que hacen con lo que desean hacer ya que solo pueden hacer lo que deben hacer. Parecería que están atrapados en una cárcel sin puerta de salida, pero no.
La clave está en reconectarnos con la brújula y usar el reloj como aliado para organizarnos.
Bronnie Ware, de nacionalidad australiana, trabajó durante años escuchando a pacientes terminales. Su libro “The Top Five Regrets of the Dying” (Los cinco mayores remordimientos de los moribundos) está disponible en 27 idiomas y ha sido de gran inspiración. Bronnie postula que todos tenemos cosas de las cuales arrepentirnos pero cuando estamos al borde de la muerte ya es tarde.
En su libro nos acerca las cinco cosas que la gente se arrepiente antes de morir, me parece importante compartirlas para aquellos momentos en que no nos acordamos donde dejamos la brújula.
1. Ojalá hubiese tenido el coraje para vivir una vida auténtica por mí mismo, no la vida que otros esperaban de mí.
2. Ojalá no hubiese trabajado tanto.
3. Me hubiese gustado tener el coraje para expresar mis sentimientos.
4. Lamento no haberme mantenido en contacto con mis amigos.
5. Desearía haberme permitido ser más feliz.
¿Y vos?… ¿Estás usando más tu brújula que tu reloj?…
Que tengas una linda y “orientada” semana!
Agostina Fasanella
Coach Ontológico
Liderarte Consultora