Por: Agostina Fasanella
La resiliencia es una cualidad humana que puede desarrollarse. A medida que lo hagas te permitirá descubrir oportunidades donde otros sólo ven obstáculos. Es, en otras palabras, un gran motor para el éxito personal.
Este término ha sido utilizado por la psicología, la sociología, los sistemas tecnológicos y el derecho, entre otros.
Hoy quisiera referirme a la resiliencia como la capacidad de construirnos a pesar de las circunstancias difíciles que vivimos.
Si lo vemos de una forma práctica podríamos decir que confirma aquello que decía Friedrich Nietzsche: “Todo lo que no me mata me hace más fuerte”.
Desde la óptica de la resiliencia, los conflictos son la base del desarrollo, ya que, cuando aparecen, están anunciando crecimiento, transformación. Se trata entonces de desarrollar nuestro potencial logrando muy buenos resultados a pesar de un alto riesgo.
Mantener las capacidades frente a situaciones límite y seguir creciendo, demostrar y demostrarnos que somos capaces de superar el miedo y que tenemos la posibilidad de ver una oportunidad en la situación que vivimos, eso es resiliencia.
En nuestra vida cotidiana un alto nivel de resiliencia nos servirá para:
- Poseer un alto nivel de adaptabilidad al cambio.
- Desarrollar compasión hacia nosotros mismos y hacia los demás.
- Aprender de nuestros problemas y tomarlos como oportunidades de crecimiento.
- Ser optimistas y ver posibilidad de futuro.
- Ser empáticos, es decir, saber “leer” las emociones propias y ajenas.
Desarrollar nuestra resiliencia resulta fundamental si estamos en una situación difícil ya que nos ayuda cuando la vida nos da un golpe para que ese golpe no se transforme en una gran paliza. Como dice la frase “caer es permitido, levantarse es obligatorio” y para levantarnos necesitamos un alto nivel de resiliencia.
¡Hasta la próxima!
Agostina Fasanella
Coach Ontológico
Liderarte Consultora