5 estrategias para manejarte ante los conflictos

#CoachingPersonal

Las situaciones conflictivas en las que nos “enredamos” habitualmente nos generan muchísimo estrés, sentimos que nos ponemos verdes al mejor estilo increíble Hulk y pareciera que todo y todos se nos va de control (nosotros incluidos).

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Confrontar en medio de un conflicto no resulta ser nada bueno, pues abre las puertas a un inmenso campo de batalla y, como en toda batalla, siempre hay heridos.

Nuestro cerebro emocional, que evidentemente está en “modo Hulk”, toma el control ya que las respuestas emocionales son cinco veces más rápidas que las respuestas intelectuales.

Es por eso que nos resulta muy atractivo dar nuestra respuesta para “aleccionar” al otro o defender nuestra postura, como decían los abuelos “cuando entra la pasión, escapa la razón”. En estos casos lo mejor es hacer foco en bajar los enojos para poder resolver los temas sin ser liderados por emociones negativas.

Aquí van cinco estrategias que te permitirán no entrar en el juego emocional y mantenerte tranquilo y equilibrado.

1. Elegir no jugar el juego.
Es sumamente importante y necesario estar convencidos que “la batalla naval” no es para nosotros. Cuando estamos en un entorno donde tratarse mal es casi normal, muchas veces no nos damos cuenta ni siquiera de la falta de respeto, porque aparece como algo de todos los días. Tomar la decisión de mantenernos fuera de los campos de batalla es como “levantar una banderita” interna.Siempre les aconsejo a mis Coachees que imaginen la banderita arriba cuando perciben una situación de conflicto, esto ayuda a poner a nuestro cerebro alerta, dándonos mayores chances de elegir.

2. Desapegarnos de querer “ganar” este tipo de “batallas”.
Muchas veces caemos en conflictos sin sentido porque nos volvimos adictos a la falsa victoria que nuestro cerebro emocional cree que tenemos cada vez que termina una pelea. Claramente sabemos que no es así, porque cuando entramos en conflicto siempre pierden ambas partes, ya que, aunque aparentemente se “gane” en el tema que nos lleva a iniciar la batalla, nuestro cuerpo acusa recibo de esa situación provocándonos migrañas, taquicardia, úlceras, etc. y por otro lado la relación con el otro se lastima. El impacto negativo siempre vuelve, como un boomerang.

3. Practicar una “frase” para comunicar nuestra nueva actitud a nuestro entorno.
Puede suceder que tengamos “lógicamente” claro que no queremos entrar en el juego de la batalla naval y que ya no nos resulte atractivo esa falsa victoria, pero cuando se nos presenta una situación de conflicto nuestra reacción emocional automática es mucho más fuerte y nos olvidamos por completo de toda nuestra “programación” anterior y caemos como “chorlitos” de lleno en la pelea, desempolvamos los cañones y estamos dispuestos a todo. Por este motivo es importante tener listo de antemano el “guión” que necesitamos decir en ese momento para evitar la batalla. Frases sinceras como “Preferiría no continuar esta conversación en este momento porque siento que podemos salir heridos y me importa nuestra relación” y luego de esto derivar el tema o tal vez retirarnos de ese lugar. Estas frases las tenemos que tener listas en nuestra mente y decirlas antes de caer en cualquier tentación de discutir.

4. Ofrecer disculpas.
En lugar de ingresar en el campo de batalla, elegir meterse en el campo de las disculpas. Decir a la persona que tenemos en frente “Te pido disculpas, prefiero conversar en otro momento” muchas veces desorienta al otro y ayuda a derivar el tema y las emociones.

5. Tomar distancia.
Es importante darnos un tiempo, pues necesitamos aquietar nuestras emociones y muchas veces lo único que ayuda a esto es algunos minutos u horas.

La vida está llena de conflictos pero lo que nos afecta no está en lo que sucede sino en lo que nos sucede a nosotros con lo que está pasando.

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Una victoria táctica,
no siempre responde a una estratégica.
Pues la táctica responde a lo inmediato
y la estrategia nos muestra
las consecuencias en el tiempo.

Como decía Salomón “La mejor victoria es aquella en la que ganan todos”.

¡Hasta la próxima semana!

Agostina Fasanella
Coach Ontológico
Liderarte Consultora

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