La palabra cortesía tiene la misma historia que cortejo. Es decir, se remonta a las antiguas cortes donde se reunía el rey con sus oficiales y vasallos para dictaminar los casos del día. Al hombre que se portaba bien en la corte le decían cortés y la cualidad que tenía la llamaban cortesía.
Podemos decir que cortesía entonces es la capacidad de “portarnos bien”, teniendo en cuenta que en esa época el portarse bien daba la posibilidad de ser escuchado por el rey. Imagínense lo que significaba en ese entonces llegar al rey! Toda aquella persona que no era cortés no solo no era recibida por el rey, si no que corría serios riesgos físicos. Continuar leyendo