“El pesimista se queja del viento…
El optimista espera que cambie…
El realista ajusta las velas”
Cuentan que un hombre tenía un perro acostado en el piso de madera de su casa con la particularidad que cada vez que el perro se movía, se quejaba.
Un amigo de este hombre había ido de visita y se extrañó al ver al perro tumbado, molesto y aullando cada vez que hacía determinado movimiento, así que decidió preguntar…
- “¿Qué le pasa a tu perro que se queja de esa manera?” Continuar leyendo