Por: Juan Quaglia
¿Alguna vez te imaginaste lo que sería tener un robot real R2D2 en tu casa? Esta réplica robot de R2D2 fabricada en la Argentina y de escala 1:1 reproduce a la perfección la experiencia. Funciona a control remoto, con tres motores y reproduce los sonidos originales de la película en alta calidad. Esta maravilla es obra del marplatense Marcelo Bergese, quien se decidió a darle vida al personaje que despertó su simpatía y su cariño desde chico. Por si fuera poco, después de terminar este droide, Marcelo creó otro R2D2 más, con más funcionalidades.
¿Más datos? Estos R2D2s miden 1,07 m. de altura, 48 cm. diámetro, y pesan 55 kg. Usado a pleno, la duración de su batería es de 6 hs. Está construido en aluminio y fiberglass de alta resistencia. Es una réplica exacta de las librerías (archivos) de Lucas Films Ltd., de tal forma que es un droide funcional, pero operado por radiocontrol. Tiene sonidos secuenciados en formato mp3 para interactuar con la gente, rotación de domo y desplazamiento en todas direcciones.
Juan: ¿Qué cosas hace y cómo funciona tu R2D2?
Marcelo: Traté de construirlo como realmente se veía en el film. Posee rotación de domo de 360º e independencia de movimientos hacia todas direcciones, sumando luces y sonidos secuenciados en formato mp3, realizando lo mismo que el R2D2 auténtico. Está construido en aluminio, fibra de vidrio y polímero. Mide 1,07 m. de altura, 48 cms. de diámetro y pesa 45 Kgs. Tiene un control remoto con alcance operativo de 1.500 m. Además del motor para la rotación del domo tiene dos motores de tipo industrial para el desplazamiento.
Juan: ¿Qué dificultades encontraste al fabricar a R2D2 y cómo las superaste?
Marcelo: Se basó en un trabajo de investigación y desarrollo, tardé dos años recopilando información de todos lados antes de construir un plano. Posteriormente armé el primer prototipo sobre el props y de ahí su construcción. Realicé todo el trabajo de matricería en forma manual, y todo el trabajo de torneado de piezas y electrónica de la misma manera, logrando no depender de nadie en absoluto para su construcción, dado que cada vez que caía a un tornero me decía “esa pieza es muy difícil de hacer” o “con el torno no se puede” o “¿para qué es?”. Lleno de interogantes y sin dar muchas explicaciones decidí comprar un torno y construir yo mismo todas las piezas, teniendo un dominio del droide en un 90%: el control remoto y motores 12 volts son comprados, lógicamente.
Juan: ¿Qué conocimientos tuyos previos te ayudaron a realizarlo?
Marcelo: En realidad todo lo que apliqué es la experiencia de años de aprender distintas habilidades como la electrónica, tornería, matricería, moldeo, electromecánica etc. Soy egresado de una escuela técnica en donde me enseñaron el valor de la “Industria Nacional”, esa mano de obra calificada ya extinta en estos tiempos. Posteriormente la universidad y de ahí ¡la vida! Esto que pude desarrollar no es algo que se enseña en una escuela o facultad, las carreras de Ingeniería Robótica la mayoría de las veces hacen perder el tiempo a los alumnos con robots obsoletos y sin funciones, en vez de hacerles desarrollar su intelecto y despertarles la capacidad que llevan adentro.
Juan: ¿Qué otras cosas fabricaste o estás planeando fabricar?
Marcelo: Siempre estoy en constante evolución y en construcción de distintas propuestas de robots utilizados en peliculas de sci-fi como Wall-e, Terminator, y props relacionados con Batman, Iron Man, etc. Todo lo que veo y me gusta me lo construyo y trato de hacerlo funcional, ¡gracias a la tecnología que tenemos hoy en día podemos traspasar la línea de ficción a realidad! Estoy en este momento dedicado al desarrollo de la construcción de todos los cascos escala 1:1 utilizados en la primera trilogía de Star Wars y otras cosas más que van surgiendo. El motor impulsor de todos mis trabajos es mi familia y principalmente mi esposa Yamila, que es una colaboradora incondicional en todo lo que emprendo.
Juan: ¿Qué significa Star Wars para vos?
Marcelo: Star Wars es algo mágico y mitológico que descubrí a los 7 años cuando se estrenó en Argentina allá por el año 1977 o 1978, cuando mis padres me llevaron a verla. Marcó un rumbo en mi vida, convirtiéndose en mi visión del futuro más allá del coleccionismo, ya que a esa edad todo lo de Star Wars me gustaba y trataba de comprar o pedírselos a mi padres. Siempre me decía a mi mismo que un sable de luz o un R2D2 y tantas cosas más cuando sea grande ya se van a fabricar y voy a poder tenerlas. Crecí con esa ilusión, lo que nunca imaginé era que iba a ser yo mismo quien las iba a construir. Hoy en día construyo mis propios props y los comparo a nivel internacional con otras marcas y en muchos de los casos, y lo digo con mucho orgullo, supero a muchos de los homologados en el mercado, lo que me genera una gran satisfacción ya que pasé años tratando de llegar a esta meta. He sido invitado a numerosos programas de tv, a muchos no he podido asistir por cuestiones laborales, también he sido invitado a prestigiosas universidades de Mar del Plata para hablar del ” impacto de Star Wars en el mundo” y así a ayudar con mi experiencia a capacitar e inspirar a futuros ingenieros en software y robótica de Argentina y otros países.
