Arbol con alas de amor
LA CURIOSIDAD PROVOCA EL ENCUENTRO
La historia que voy a contar es una mas de las que se suman sin final. Una historia donde la magia cumple su papel y te envuelve como si un hechizo te hiciera hacer sin poder controlar el sentir, el desear y por sobretodo el vivir.
La mañana había comenzado temprano para Mara y para mi, decidimos nuevamente que cada una seguiría su camino, veníamos de dos noches sin dormir, de fiesta en fiesta sin ningún ingrediente extra. Disfrutaba observar la masa humana en movimiento. Yo decidí ir para una playa alejada. El camino hacia allí se hizo largo, mi mirada estaba perdida agregando nuevos paisajes a mi haber. Llegue a las playa Salina en Ibiza, era un gran hueco en el mar, donde este se convertía en una gran pileta de natación. Me senté a descansar sobre la arena, no había llevado toalla ni bronceador, solo mi presencia. Disfrute de la soledad, del mar, y los colores que se fusionaban en el ambiente. Luego de descansar y disfrutar de la tranquilidad de la playa, me fui para la playa Bora Bora. No sabia si era el colectivo correcto dado que solo uno te llevaba a la ciudad y comencé a preguntar si iba para allá. Así fue como conocí a un argentino que tenia la misma dirección. Nos bajamos en la ruta, y continuamos juntos conversando. Me contó que lo habían echado de la otra playa por vender artesanías y que por eso se venia a esta. También que hacia 24 años que andaba recorriendo el mundo con sus artesanías y que era feliz teniendo la libertad de hacer lo que le gustaba. “Cada uno elige su forma de vivir” pensé.
Llegue a la playa y me quede allí un rato mas, disfrutaba del mar. Me dirigí a la parada de autobuses pero el autobús no llegaba, dado que Mara, que no había querido ir a la playa, me estaba esperando en el puerto de la ciudad decido hacer dedo. Luego de un rato con intentos fallidos, en realidad no estaba muy convencida de hacer dedo sola, un chico me dice que me llevaba pero que teníamos que esperar a un amigo. El amigo se convirtió en tres chicos. Comencé a tener miedo ya que el auto iba a gran velocidad y eran extraños estas personas. Uno era italiano, el otro marroquí, y los otros dos hablaban en un idioma que no podía descifrar. Me decían que eran egipcios, luego israelíes, al final no pude sacar en conclusión de que nacionalidad eran. Yo casi no pronuncie palabra, estaba retraída en la ventana de atrás del auto, pero luego de sobresaltos producidos por la velocidad con la que manejaba el tano el auto me dejaron en destino. Me encontré con Mara, estaba sentada en un banco abajo de unos árboles al frente del puerto. Charlamos un rato y le comento mis pretensiones de subir al castillo o fortaleza que se encontraba en la cima de Ibiza. Ella decide que no quería subir conmigo ya que tenía una ampolla en el pie que le molestaba y que se quedaba esperándome en el puerto. Me había acostumbrado a estar sola, así que no me molesto su decisión. Por primera vez sentía que viajaba sola acompañada, una nueva forma de viajar. La cosa es que me dispuse a caminar para arriba. Hacia mucho calor. Las callejuelas hasta la cima te encantaban, la ciudad a pesar de la hora estaba dormida, desierta.
Subí primero hasta un mirador a contemplar la vista. Desde arriba podía observarse patios traseros de casas que dejaban de tener el glamour de lo que se observaba por doquier. La pobreza convive con la riqueza también en todos lados. Hombres y mujeres compartían una ducha a la intemperie con gran bullicio haciéndote recordar por primera vez que estaba en España. En realidad la Isla te hace olvidar que te encontrabas en un punto del planeta, dada la diversidad de nacionalidades que encontrabas a tu paso. Luego me encontré con dos posibilidades de caminos a seguir pero recordé la primera noche donde me había internado por las callejuelas, y decido volver al camino que había dejado por la mitad. Por lo tanto camine hasta el otro lado, en realidad disfrutaba de conocer estas callejuelas ya que eran como estampas vivientes de Ibiza. Todo se disponía de una forma que parecía que fuera una producción de una película de época, no se podía creer la disposición de las macetas en las ventanas, los detalles de las puertas y ventanas, los faroles que enmarcaban el pasado.
Al doblar por una esquina, veo a lo lejos a una señora sentada con una amplia pollera azul y camisa blanca, rodeada de palomas en un callejón de ensueños, blanco con ventanas azules, era sublime la posición de los elementos, que decidí tomar una fotografía para recordar que la realidad supera la ficción. Pase a su lado y ni siquiera percibió mi presencia, su mirada se encontraba perdida en su acción. No dejaba ni por un segundo de alimentar a las palomas, parecía como si se comunicara con ellas. Seguí caminando por una calle que parecía interminable, el camino parecía una escalera caracol dado que no se podía doblar para ningún lado, solo subir o bajar, y a medida que caminabas hacia arriba las callejuelas se iban angostando. De repente observo que entre dos casas había un pequeño corredor. Un espacio que se transformaba en una intriga para mí, dado que solo se podía divisar el cielo azul de fondo. En principio no le di importancia al callejón y seguí caminando unos metros hacia arriba, cuando no pude seguir haciéndolo mi mente me frenaba mis movimientos. Necesitaba descubrir que había al final del callejón, así que decido volver. En realidad estaba cansada, hacia un buen rato que me había sacado los zapatos, porque eran altos. Quería solo llegar a la cima ver lo que había que ver y bajar, no le daba mas importancia que la de sumar una vista mas. Era un trámite que tenia que hacer para mí, para completar la visita. Pero no podía con mi naturaleza aventurera de ver mas allá de lo que hay que ver en cada lugar. Así que decido bajar por el callejón. A la mitad del camino cuando aun solo podía divisar el puerto, me digo a mi misma que era ridículo lo que estaba haciendo dado que después tenía que subir hacia el mismo lugar. Pero realmente no podía darme cuenta que había al final, así que me digo que ya había decidido volver unos metros mas no me costaban nada para descubrir el misterio que me había echo yo misma en mi imaginación. Yo misma no me permito dejar pasar cosas que me llaman la atención. Es como si mi olfato me fuera detectando lugares a los que tengo que asistir, ver, aunque para otros no tengan significado.
Bajo hasta el final y un gran farol de antaño aparece con todo su esplendor en esa esquina de color durazno que surgía de repente con un camino que continuaba bajando con dirección al centro de la ciudad. Con toda satisfacción por descubrir este callejón me doy vuelta y de una puerta sale un chico hermoso que atrae mi atención. Me quedo pasmada ante su rostro. El encuentro era imposible de impedir dado que justo al pasar por la puerta él sale y me sorprende dado que yo solo había bajado por el callejón sin observar las puertas que se encontraban en él. Al verlo no pude impedir a mis ojos que se encontraran con los suyos. Pasaba sorprendida a su lado, dado que mi mente no dejaba de pensar en que yo solo había bajado por ese callejón y veo a alguien que me atrajo sin conocer. Fueron milésimas de segundos en que todo esto transcurría. Su salida de la casa fue instantánea a mi encuentro y al mirarnos, un “Hola” de la profundidad de mis entrañas se me escapo sin poder reprimirlo. La atracción fue más fuerte. A lo que él me respondió sonriente, mirándome directamente a los ojos y seguí caminando, como si estuviera en una película romántica en blanco y negro donde para ponerle más énfasis a la situación se desarrollaran las imágenes en cámara lenta. Retome el camino maravillada ante lo sucedido, encantada por su rostro de hombre. Haciéndome la disimulada miró para atrás, con el fin de ver donde se había metido el caballero del callejón misterioso de color durazno. Con la sorpresa de que él se encontraba atrás mío. Era como si me estuviera siguiendo. En realidad quería que fuera así, pero me costaba imaginar que él sintiera lo mismo. Una energía invisible pero poderosa llega a atraparte cuando sucede la atracción, no tiene lógica.
Sigo caminando en subida, exaltada por saber que se encontraba atrás mío. La escalera caracol de las callejuelas no se terminaba por lo tanto no sabia adonde me dirigía, pero ya eso no tenia importancia. Quería volver a ver su rostro otra vez, pero la vergüenza de que se diera cuenta de que lo quería me impedía darme vuelta. Estaba nerviosa, sobresaltada. Luego de caminar unos metros más observo que se abría un mirador, así que decido ponerme los zapatos. En realidad buscaba de esta forma hacer tiempo para ver si aun se encontraba atrás mío, si seguía en mi misma dirección. Con la alegría de que allí estaba, caminaba despacio pero con firmeza daba cada paso. El vacío de esas callejuelas no se sentía con su caminar espaciado. Su presencia era notable. Al llegar al mirador hecho con rocas, me siento, y al rato veo que se acercaba lentamente y se sienta en frente mío sin mirar ni por un segundo la maravillosa vista que teníamos ante nuestros ojos. Yo miraba hacia el puerto, buscando la forma de controlar la pasión que comenzaba a florecer por dentro al sentir su cercanía, al sentir su aroma de hombre. Aunque el viento no dejaba de soplar dada la altura a la que ya nos encontrábamos, no podía llevarse su aroma. Luego de unos segundos, ya que una pareja que se encontraba sacándose fotos se va, nos quedamos solos. Solo la intemperie nos hacia de testigos. Me doy vuelta a su encuentro y sus ojos me penetraban y nos miramos: No necesitábamos explicar nada, solo nos observábamos como si un hechizo nos hubiera embrujado y nos había llevado a este paraje de ensueño. Sin querer perder la oportunidad que surgía dada las sonrisas que tímidamente ya nos intercambiábamos, le digo si me podía sacar una foto. La foto propicio un continuo de palabras que no podíamos frenar. Como si los minutos anteriores hubieran contenido más palabras de las que se puede guardar. Fue el inicio de un comienzo, que por suerte, no termino ahí.
Paul, era su nombre, de Italia del norte. En realidad no necesitaba que me dijera que era del Norte, su forma de actuar lo delataba. Era hermoso, tenía marcadas mandíbulas que lo hacían completamente masculino a su rostro, rodeada de una barba de solo dos días sin afeitar. Llevaba lentes negros que escondían unos hermosos ojos azules. Tenia 26 años, cumplía el 3 de julio, trabajaba en un banco internacional en el área comercial. Hacia mas de un mes que estaba en Ibiza con sus amigos. Entendía castellano aunque no lo hablara con tanta facilidad como le hubiera gustado, por lo cual nuestra conversación se iba dando en una mezcla de palabras. Un popurrí de ingles y castellano con algún toque de italiano para completar.
Luego de charlar un rato frente a frente, me dice de subir hacia la muralla. Para esto yo ya me había olvidado el propósito de estar ahí, me había encantado. Caminamos hacia arriba, hablando más de nuestras vidas. Me comenta que justamente para el verano, diciembre-enero, se iba para Buenos Aires y Punta del Este. Luego de un rato de caminar, llegamos a la cima, donde nos encontramos con una gran plataforma de rocas que cumplía la función de mirador. Estaba lleno de turistas a nuestro alrededor. Le comente que en una horas mi barco partía hacia Mallorca, él se quedaría solo un día más y luego volvería a Italia. Nuevamente nos encontrábamos los dos juntos charlando, frente a frente. La atracción era totalmente transparente entre los dos, yo no podía creer estar con este hombre en ese lugar y de esa forma. No era real. Se saca los anteojos y me mira profundamente con sus ojos color del mar del Caribe, y me besa tímidamente pero con un sabor en sus labios que no me pude resistir. En el camino ya me había dicho que era muy “bella” como dicen ellos. Tal vez el beso no pudiera ser explicado por los seres humanos, al necesitar de tiempos que para mi no existen, que son arbitrarios. Era como si nuestras almas se juntaran luego de largo tiempo de estar separadas, en esa colina de murallas antiguas, de historias de caballeros y de piratas rescatando doncellas.
Su beso fue el comienzo de un largo beso que no terminaba. Nos abrazábamos, nos mirábamos, nos gustábamos. Me contó que me había seguido por el caracol interminable de callejuelas hasta el mirador, ya que había salido a hacer unas compras y que se sintió profundamente atraído por mi, de la misma forma que yo de él y decidió cambiar su camino sin saber el porque se encontró siguiéndome. Su instinto fue más fuerte que su deber. Comentábamos lo inimaginable que era esta situación. Como si existiera la magia nos habíamos encontrado. Le decía lo oportuna que había sido su salida a comprar algo y que justo Mara se arrepintiera de subir, era más que casualidad. Nos desparramábamos caricias y nos besábamos con una profundidad de años compartidos, no había explicación racional. Era todo cuestión de dejarse llevar, de encuentro y pasión, de permitirse expresar. Nos agarramos de la mano y caminamos un rato más alrededor. Divisamos una playita entre las rocas, y me contó que él iba a bañarse allí con los amigos de noche. Nos besábamos sin percibir lo que pasaba a nuestro alrededor. La gente nos rodeaba, grupos de turistas aparecían. Nos divertíamos juntos, porque los dos estábamos “out (fuera)” del mundo. Sus labios encajaban con los míos, como si fueran dos piezas de rompecabezas que se habían juntado Eran unos besos en los que entregábamos nuestra alma, yo le decía “me encantas” mientras mis labios se juntaban con los de él, dejándole un suspiro para que me contestara “Y vos a mi, cuando te vi me gustaste, por eso te seguí”. A lo que yo no podía dejar de contestarle “Donde estuviste estos tres días”. Me sentía una princesa rescatada por los brazos de un caballero que había vuelto de una larga batalla, y a la cual tenía que volver, teniendo solo minutos de placer que no podíamos perder.
Todavía no podía creer que lo encontrara a solo dos horas de irme, era como magia. Y se lo dije: “esto es magia”, y me mira tomando mi mano, “es verdad”. Me pidió mi teléfono y él me dio el suyo. Me dice “mis amigos me van a matar, no van a entender nada, me están esperando” y yo me acorde que Mara también me estaba esperando en el puerto. Los dos agarrados fuertemente de la mano, riéndonos por la aventura que estábamos viviendo, empezamos a buscar una salida para que yo pudiera volver al centro de la ciudad, a esa altura ya estaba perdida de en donde me encontraba. Entramos a un túnel viejo, angosto y oscuro, donde celdas antiguas aun permanecían sin uso ya, y a pesar de la falta de tiempo empezamos a besarnos profundamente, mi cartera cayo de mis manos sin percibirla, y sus lentes se cayeron a su lado. Era como que nos atravesábamos al estar juntos, mientras turistas pasaban a nuestro alrededor. Luego seguimos por otro camino. Terminamos conociendo toda la montaña juntos, ya que íbamos de derecha a izquierda y al revés. Los rincones y pasadillos nos encontraban y nos daban resguardo. No podíamos separarnos, nos costaba. Amagamos con el adiós varias veces, sin poder soltarnos de la mano, provocando que nuestros cuerpos como imanes se atrajeran nuevamente. El último beso forzado surgió para poder desprendernos del encanto cada uno tenia que seguir su camino. Él se fue corriendo ya que no llegaba, más de dos horas habían transcurrido desde nuestro encuentro totalmente inesperado. Yo seguí bajando escalones por otro túnel, tratando de encontrar la salida. Estaba también apurada ya que el barco y Mara me esperaban, pero con una felicidad inexplicable. Había sido como un sueño, no podía creer lo que había pasado. Un encuentro de energía muy peculiar, y a su vez que fuera a buenos Aires en diciembre era muy extraño, más que obra del destino. Lo mismo no quería hacerme expectativas de nada, ya estoy cansada de ellas, ya que después uno se queda esperando y no sucede lo planeado.
Logre encontrar la salida luego de bajar en las sombras de ese túnel que aunque oscuro mis ojos lo veían iluminado, Mis visión se encontraba encandilada aun por el rostro de Paúl que me había encantado. Su pasión, su piel, sus ojos azules que me penetraban. ¿Como hubiera imaginado que me sucedería algo semejante? ¿Quien me hubiera dicho que en el callejón encontraría dicha aventura? Como si el misterio que escondía el callejón que tanto me había atraído sabia lo que sucedería y me había llamado a su encuentro. Era tan fantasioso pero siempre tan real. La curiosidad provoco el encuentro, me hizo encontrar el tesoro. A veces simplemente hay que darle tiempo al universo que haga su trabajo. Esos segundos imperceptibles hacen al todo de la historia. Esos puntos suspensivos que hacen que la historia cambie, gire, encuentre nuevos caminos.
Me inmerse en las callejuelas de Ibiza con una sonrisa de oreja a oreja. Yo estaba llena, feliz, a pleno. Una aventura más en mi vida, pensaba, sin final pero vivida. Necesito de estas inyecciones de pasión y de vida para ser feliz. Agradecí a Dios el encuentro. Fue como un sueño, caminar esas murallas de la mano de alguien, besándome como si fuera mi enamorado de años. Fue algo que no podía desear en mi más profundo sueño. Pase por el mercado de frutas, en frente del portón de entrada de la ciudad antigua, a comprarme unas ciruelas. En una fuente en el camino las lave y empecé a comer ese jugo rojo, dulzón que encerraban su corteza. Las iba comiendo con pasión. Mi caminar era apresurado, pero mi alma volaba mas rápido por las cavidades de mi cuerpo recordando sus manos elocuentes por mi piel que se desnudaba con su mirada. Flotaba por los aires al recordarlo. Me hacia sentir un arpa tocando las mas bellas melodías con sus palmas, sus dedos me envolvían mágicamente en su aura, volviéndonos uno solo. Llegue al puerto y Mara seguía en el mismo banco abajo de una arboleda esperándome. Su cara denotaba preocupación, y la mía felicidad. No le conté con detalle lo acontecido solo que había conocido a un italiano. Además de esta forma lo saboreaba en mi interior todavía, quería desmenuzar el encuentro en cámara lenta, como explicarlo a otro cuando todavía no podía explicarlo a mi misma.
Llego la hora de embarcar. Me despedí de la isla con gran felicidad porque siempre había querido estar ahí. Me puse a pensar en un segundo todo lo vivido. Durante tres días las noches fueron parte del día y dormir fue una palabra que no estuvo en nuestro diccionario, playas y discos, amaneceres y atardeceres soñados, barcos y encuentros variados, una aventura con cierre inesperado. Fui a la popa a ver la isla en toda su extensión por última vez. Al sentarme en el barco rumbo a Mallorca ni espere que el barco partiera para dormirme. Recién me desperté al llegar. . Dormí profundamente 4 horas seguidas, las necesitaba, continuando un sueño que había empezado en un callejón sin imaginarlo. A veces la vida son esos segundos de locura de hacer lo que deseamos para que todo cambie. Al salir del barco, comenzamos a dialogar con Mara de nuestras discusiones y encontronazos en Ibiza, sacamos conclusiones que las dos estábamos muy cansadas, y nos la agarramos entre nosotras. Había sido una disparate decidir ir sin hotel el último fin de semana de agosto de Ibiza, claramente nunca encontramos alojamiento, pero solo con 23 años se toman a veces decisiones que se recuerdan toda la vida y lo fundamental es hacerse cargo de lo que uno decide. Al salir del Gate, en la estación Marítima de Mallorca, la familia de Mara nos estaba esperando, una nueva aventura comenzaba.
Color del día
Color del dia
Encuentro con vericuetos inexplicables
Encontrarse se hace difícil en los tiempos que corren, hay tantas maneras y tantas opciones, el tema es conectarse y sentir al otro parte de un mismo horizonte. A veces la mente, a veces las estrategias, a veces sentir al otro son excusas para encontrar puentes para ver de que se trata.
Vale la pena intentar el encuentro y después pase lo que pase, vale la pena vivir más que imaginarlo.
AMATERASU diosa del sol de Japón
Había una vez, en una pequeña aldea de Japón llamada Ise, una niña que se llamaba Amaterasu en honor a la diosa del sol. Amaterasu era una niña muy bella por ser ella misma. Se sentía arraigada a la tierra que la rodeaba y a todos los seres que habitaban en ella. Usaba un kimono de un árbol con ramas firmes y frondosa vegetación que la representaba a la perfección. Ella siempre estaba en el presente, vivía el momento con una intensidad que la hacia olvidar del pasado y ciertamente no le preocupaba el futuro, no tenia capacidad de pensar mas allá de lo que le sucedía en el mismo momento que acontecía. Amaterasu era feliz, porque elegía cada día hacer lo que le daba felicidad, eso no implicaba que no tuviera responsabilidades pero ella sabía que siempre tenia tiempo para mimarse a ella misma y hacer lo que le gustaba. Bailaba cuando lo sentía, lloraba si era necesario y se reía cuanto mas podía.
Un día Amaterasu se fue a pasear al bosque. Llego cerca de un río y se acerco a mirarse en su reflejo, al hacerlo se resbala y cae en el agua. Intento salir del agua pero cuanto mas intentaba mas se alejaba de la orilla. Quiso nadar pero la corriente le impedía hacer nada. De esta forma la niña decidió dejarse llevar por el agua, no podía imaginarse donde terminaría el recorrido, solo respiro profundo y decidió disfrutar del paseo. Vio unas cuantas mariposas que le revoloteaban alrededor y sonrío Empezó a ver las copas de los árboles como se movían en conjunción con los rayos del sol, olvidándose que el agua estaba fría y le congelaba el cuerpecito, sintió como los peces pasaban a su lado. Finalmente la corriente se calmo y Amaterasu comenzó a nadar hasta llegar a la orilla.
Se encontraba en un lago escondido entre abetos muy altos. Ni bien se levanto vio que no estaba sola. Un ciervo pequeño contemplaba un arbusto sin darse por enterado de la presencia de la niña. Amaterasu se saco el kimono para que se secara con el sol y lo puso sobre el arbusto, cuando el ciervo se le acerco.
“¡Hola bella niña!, te has perdido que te encuentras sola en el bosque. Si quieres puedo ayudarte a encontrar la salida”
“Muchas gracias ciervo, pero no creo tener problema. Siempre juego en el bosque y más tarde o más temprano podré salir de él. En realidad la corriente del río me ha traído ha este lago que no sabia que existía. Es tan bello este lugar”
“Mi nombre es Kimo y tampoco soy de aquí. Hace un año que me fui de mi casa en busca de aventura, bueno en realidad en busca de mi mismo y aquí me encuentras por curiosidad seguí unos conejos que jugaban una carrera y me trajeron a este paraíso. Hace días que me encuentro contemplando el arbusto, tratando de encontrar algunas respuestas”
“Pero que tiene de especial este arbusto. Mirar un arbusto no te va a dar respuestas. Tenes que ver si hay algo que molesta al arbusto o si hay algún animalito que vive en él para ver si tiene alguna reacción. Ah me olvidaba, yo me llamo Amaterasu”
“¿Que nombre mas raro?” replica Kimo.
“ Me llamo como la diosa del sol. ¿Tu conoces la historia?- contesta la niña.
“No tengo ni idea. Yo solo se, que necesitamos del sol para vivir y crecer, sin el nos moriríamos”
“Si queres te la cuento, es una bella historia. Mis padres me la contaron desde que soy un bebe y la llevo siempre en mi corazón como un bello recuerdo de lo que ellos quieren que sea.”
“Me encantan las historias, cuéntamela”
Parece que el papa de Amaterasu repartió su reino entre sus tres hijos. Amaterasu, tenía dos hermanos, el dios de la noche llamado Tsukiyomi y el dios del mar llamado Susanowo que no la quería porque le tenía muchos celos por haber heredado el reino de los cielos y el sol. Después de una competencia entre ambos, en la cual Susanowo mostró su brutalidad, ella decepcionada se ocultó en la cueva del cielo y cerró la entrada con una piedra enorme. Esto hizo que el mundo se hundiera en una oscuridad inmensa y en un caos absoluto porque los espíritus diabólicos salieron de los lugares en los que se escondían. Llevados por la desesperación, se llevó a cabo una reunión de los dioses donde se decidió engañar a Amaterasu, haciendo una fiesta, para que saliera de la cueva. Pusieron un espejo grande delante la cueva y las más hermosas joyas en un árbol. Uzume, la diosa de la risa, comenzó una danza acompañada por una ruidosa música. Oyendo la música y la risa, Amaterasu cegada por su curiosidad, echó una mirada fuera de la cueva para comprobar que es lo que pasaba. Ella se quedó tan fascinada por su propio reflejo brillante en el espejo que salió de la cueva. Finalmente, la luz cubrió de nuevo el mundo y podemos disfrutar de su reflejo cotidiano, ya que Amaterasu entendió que había nacido para brillar y mostrar su potencial a los demás”.
¡Que triste historia!- Exclama Kimo
¿Por qué triste si tiene final feliz?- Contesta sorprendida Amaterasu
Si, el final puede ser, pero no me gustan que los hermanos se peleen por celos en vez de ayudarse mutuamente. Yo tengo dos hermanos y nos queremos muchísimo, siempre me alegro de los logros de ellos, me hacen feliz al verlos satisfechos- dice Kimo.
Puede ser, yo nunca lo había visto de esta forma, para mi la historia tiene que ver con encontrarse a si mismo, al ver su reflejo pudo ver que su misión era brillar. Donde están tus hermanos? Dice Amaraterasu
Con mis papas en Nara donde vivimos. Nara fue una ciudad imperial y por eso siempre hay muchas personas de visita. Vivimos como reyes allí, nunca nos falta nada. Nos movemos libremente por toda la ciudad y siempre hay personas que nos dan alimento y muchos lugares para descansar. Hay muchos parques y templos muy hermosos. Siempre hay movimiento allí, porque hay un templo que tiene una estatua gigante del Buda, y dicen que es un “Buda que brilla a lo largo del mundo como el sol”. Lo recordé por tu historia. Le cuenta Kimo
“Parece un lugar fascinante”, dice la niña
“Lo es, pero yo estaba cansado de vivir siempre lo mismo, y aquí me encuentras en busca de lo desconocido”, dice el ciervo.
Bueno aquí te encuentro frente a un arbusto, jajaja. ¿Cual es tu próximo destino? Pregunta Amaterasu
No se, nunca lo se, me dejo llevar por las circunstancias, plantea Kimo.
“De veras, pero entonces no elegís tu destino”, dice ella
¡Claro que si!
¡Claro que no!, contesta la niña. Si no tomas decisiones, nunca podes saber si elegiste el camino adecuado, tal vez estés muy alejado de tu camino por dejarte llevar por conejitos jugando carreras. Para mi lo mas importante es decidir hacer algo, si me equivoco al menos se que fue un error, sino nunca sabes el resultado de nada. No tiene sentido la vida para mí sino elijo que quiero hacer, exclama con determinación la niña.
Bueno pero míralo de esta forma, sino hubiera esta mirando este arbusto hace días, nunca te hubiera encontrado y no estaríamos teniendo esta charla. Cada cosa que necesito aparece en el momento indicado. Aunque es verdad que a veces pierdo el tiempo en lugares innecesarios o con animales que no me enseñan nada. Tal vez tenga que aprender esa lección, lo que pasa es que a veces me da miedo quedarme solito- dice Kimo.
Pero si estas con las personas o en los lugares equivocados siempre te vas a sentir mas solito, porque estas lejos de vos mismo y no haciendo lo que tenes ganas de hacer, le dice Amaterasu.
De pronto, empieza a llover y la intensa conversación que estaban teniendo se termina en busca de un refugio. Amaterasu toma el kimono que se encontraba colgado en el arbusto y sale corriendo con su nuevo amigo hacia una cueva. De pronto se miran y se empiezan a reír estaban completamente empapados. Se estaba haciendo de noche y Amaterasu tenia que volver a su casa. “Si quieres puedes venir conmigo” le dice a su nuevo amigo.
Kimo se tomo unos minutos y le dice: “Lo tengo que pensar”. Amaterasu sintió que no tenia que pensar nada pero no le pronuncio palabra, tenia que tomar el mismo la decisión sino nunca iba a aprender. La niña salio sola de la cueva bajo la lluvia y regreso a su casa corriendo pensando en que tal vez nunca más vería a su nuevo amigo. Kimo se quedo contemplando la lluvia en la cueva hasta que se durmió. Pasaron dos días hasta que se dio cuenta que no pasaba nada interesante en el bosque y que se aburría. Se dio cuenta de su error, porque no la había acompañado a Amaterasu se preguntaba. Así fue como decidió ir a buscarla.
La aldea era pequeña, así que no fue difícil dar con su paradero. Amaterasu estaba tomando te verde cuando vio aparecer a su amigo, y de los nervios lo derramo sobre su kimono. Kimo empezó a reírse de la torpeza de su amiga, y se dio cuenta que había tomado la decisión correcta. “¡Cada vez que nos encontramos estoy mojada!” le dice riéndose Amaterasu.
Pasaron los días y los dos amigos se volvían cada vez más inseparables. Jugaban en el bosque, contemplaban el atardecer, miraban las mariposas volar, se reían en la cotidianeidad, se habían acostumbrado a tenerse y cuando estaban juntos se olvidaban del mundo que los rodeaba.
Un día, Amaterasu se despierta al amanecer y ve que su amigo no estaba acostado a su lado. Sale de su casa y ve que Kimo se encontraba en el jardín, mirando el sol salir. ¿Que estas haciendo tan temprano? Le pregunta.
Con lagrimas en los ojos Kimo la mira y le dice: “Es hora de partir, tengo que volver a casa, extraño a mi familia y a mi lugar. He aprendido a quererte y me es difícil irme. Me fui de casa en busca de mi mismo y siento que es momento de regresar a poner en práctica lo aprendido. Tengo que empezar a decidir mis acciones, y siento que es el momento de regresar. Tengo planes para llevar a cabo y debo hacerlo solo. Tú me das comodidad y protección, me siento contenido, pero no es lo que necesito en este momento. Te agradezco cada segundo de tu tiempo, cada momento compartido. Solo quiero que seas feliz. Es lo que mas deseo en este mundo, que logres la felicidad.
Amaterasu, se queda unos minutos en silencio, le acaricia el pelaje y le contesta: Muchas gracias Kimo. Te entiendo, sabia que este momento iba a llegar algún día. No perteneces aquí, y creo que es tiempo para que vuelvas a tu casa, pero me cuesta dejarte ir. Mi mente entiende, mi corazón te pide que te quedes, no quiere entender las razones. Me he acostumbrado a tu compañía, a compartir de cada momento y me vas a hacer mucha falta. Pero todo lo que te di te lo di con ganas y lo llevare dentro de mi corazón para siempre. Es hora, corre regresa a Nara a tus raíces de donde perteneces. Tú sabes que las puertas de mi casa estarán siempre abiertas a recibirte.
Kimo, la mira por ultima vez a Amaterasu a los ojos y se va corriendo hasta desaparecer en el horizonte. Amaterasu mira al sol que ya brillaba con toda su intensidad y se agacha para ver el charquito formado por sus lágrimas que no dejaban de correr por sus mejillas. Al ver su reflejo sonríe. A pesar de que su amigo se había ido, se sentía satisfecha, su corazón estaba completo por todo lo que habían vivido. Una casualidad la había llevado a encontrarlo, como el río que la había conducido a Kimo, tenia que dejarlo ir, contemplando lo que la rodeaba.
Amar también significa dejar partir. Si alguna vez Kimo regresara seria porque lo había decidido mientras tanto tenia que disfrutar de cada día como lo había hecho toda su vida, brillando intensamente.
FIN
Suspiros de mar
Color del dia
Color del dia
Ana y el mar
Dejarse llevar, soltar, soñar, volver a comenzar como un nuevo año que amanece. El mar te abraza para entrar a una nueva dimensión, una nueva posibilidad. Entrar en tu ser para seguir tu corazón.
Color del dia
Sabor a mar
Me dirigí a la playa ya anochecía y solo se veían las penumbras de las sombras de la noche mientras a lo lejos los rayos de relámpagos aturdían la calma de una noche sin estrellas. Mire la espuma del mar que brava zigzagueaba los bordes de una playa desierta. Sin dudarlo me saque el vestido que me cubría y corriendo me tire al mar. Me desvanecí entre las olas y me convertí en el. Mientras mi cuerpo desnudo se nutría del agua salada recordé mi tanga como símbolo de un cuento que no sería contado igual de contarlo. Cómplice sin verme ahí estabas mirándome y sin dudarlo me la saque para quedarme libre de envase solo con mi ser en el agua y allí nade en la oscuridad de la noche sintiendo tu presencia para contarte un después que estaba aconteciendo como si ambos estuviéramos escribiendo este cuento.
Color del dia
Encuentro galáctico
Los humanos son lo que elegimos en este momento dentro de la eternidad. Seguramente vos y yo ya estuvimos navegando en algun barco de los sueños en otro tiempo. Aca solo nos recordamos y lo que es mas importante podemos tocarnos no solo sentirnos. De eso se trata la humanidad.
Retornar a la naturaleza
Compartir a través de la mirada los otros universos posibles.
Las vacaciones son momentos para reconectar con la naturaleza, con los lugares que nos olvidamos de percibir en lo cotidiano. Es la excusa que encontramos para decir porque no y aventurarnos a explorar algo desconocido. Las vacaciones nos dan la oportunidad de descubrirnos y al mismo tiempo vernos en la mirada de los otros, pudiendo ver otros destinos o lugares posibles. A veces no solo viajamos con el cuerpo sino que también lo hacemos con la mente y podemos lograrlo al mirar que hay mas de un universo al habitar en este.
Permitite la aventura, lárgate a lo desconocido, conéctate con tu historia personal y crea lo que quieras. Todo es mas simple si volvemos a conectarnos con nuestra naturaleza. Siempre esta ahí, solo que muchas veces no la vemos.
Color del dia
Mujer en flor
Desperte sin querer despertarme. Encontre sin ya estar buscando. Flotar en tu espacio. Vivir tu propia historia todas las veces que quieras
Color del nuevo año
“Amor gitana”
Empezamos un nuevo año, comienza un nuevo ciclo. Visualizar lo que deseamos en el comienzo del año provoca que decretemos lo que necesitamos que suceda.
Feliz #2014 hay una sola vida y muchas maneras de vivirla. Elijan la que mejor les guste. Es un año para disfrutar elegir desde el corazón y el placer.
Sean felices a eso vinimos!!!
Bienvenido 2014
Prepararse para el nuevo año consiste en hacer balances, en ver lo que funciono y fluyo del año que paso y a lo que le queremos dar la bienvenida del nuevo año. 2014 es para disfrutar, para pasarla bien, para el placer y para conectarse con el juego. Nacemos para ser felices, la alegría te renueva, te regenera, necesitamos divertirnos para conectarnos con nuevos espacios en nuestra vida, abrir puertas para crecer y disfrutar.
Uno tiene que habilitarse a encontrarse con el placer y el disfrute en el aquí y ahora, porque el secreto se encuentra en el hoy, el futuro se va construyendo a partir de las desiciones que uno va tomando, y cuando se divierte todo lo que viene es bueno.
A darle la bienvenida al 2014, con una gran sonrisa, soltemos la mala onda y lo que no funciono y conectemosnos con lo que si queremos que nos llegue. Desear es obtener.
Se creador de tu propio mundo, se actor de tu existencia, toma las riendas de tu vida y conduce tu destino a donde quieres. Todo es posible, solo hay que intentarlo.
Comienza un nuevo año
Un nuevo año comienza, son tiempos de hacer balances, y de soltar. Soltar lo viejo, lo que no funciono, lo que no queremos más, lo que no suma ni aporta nada a nuestras vidas. Es momento para reflexionar y al mismo tiempo reír. Simplemente reírse de uno mismo para reconectar con lo nuevo, dejar la entrada a las nuevas cosas que están por venir. La vida es constante cambio y movimiento, transformaciones continuas que solo podemos verlas si paramos un instante para sentirlas.
2014 es para disfrutar y para pasarla bien, para reconectar con el niño interior y la inocencia. Es un año para comprometernos con nuestro disfrute, con la bienaventuranza de la vida que se ve si uno quiere. La abundancia y la prosperidad nos rodean todo el tiempo pero hay que dejarlas entrar y para eso hay que aceptarse y entender que uno hace lo mejor que puede en cada momento. Tomar decisiones y hacerse cargo de que uno es el actor de su propia vida hace que el universo se sienta y te responda. Solo hay que confiar y creer y los hilos invisibles de las redes que nos rodean empiezan a activarse y podemos saltar sintiendo su presencia.
Continuamente nos sentimos invadidos por noticias del exterior, pero lo importante es sentir la presencia de nuestro interior en el afuera y de alguna manera darle poder a nuestra luz y a nuestro amor. “No engancharnos”, tratar de salir del problema viendo que podemos hacer para pasarla bien, para convertir el malestar en bienestar y en priorizar los afectos y los encuentros. Quedarnos en la queja y en la bronca no soluciona el problema, salir del problema y encontrarle una vuelta al pesar hace que podamos sentir la esperanza, para poder sentir el amor del alrededor y hasta el nuestro propio.
Cuanto mas amamos, más sentimos el “feed back” del amor hacia nosotros. La clave de ser feliz es sentirse una velita que ilumina a su alrededor, a veces a los que están cerca pero otras veces nos convertimos en faro para darle esperanza a otros y hasta a algunos que ni conocemos. Visualiza un año de alegrías, de conectarte con la risa y con el placer para darle la bienvenida a este. El pensamiento es poderoso para atraer lo que deseamos!!
Sean felices!!!
Color del dia
Encuentro de almas
El amor fluye y sucede sin saber como, a veces solo nos encontramos para reflejarnos, y otras veces nos vemos en el otro como pares para caminar un trayecto.
Color de Navidad
Buda de la plenitud #feliznavidad para todos
Color del día
Árbol de la vida y el movimiento. Bienvenido #2014, Muchas #felicidades #bendiciones #aventura
Que el 2014 los hago reconectar con su corazón para permitirse el disfrute y la aventura.
Color de verano
“Compartiendo un cuento”
A veces se comparten ideas, sensaciones y emociones, y a veces sin importar el donde se puede compartir momentos que son tan reales como los cuentos que uno se imagina.