Foto: Barbi de Utopians
Por algún motivo, las grandes bandas del rock nacional están en crisis. Siguen convocando, pero falta “algo”. Tal vez se ven opacadas por las potencias internacionales que no dejan de venir. No hay banda nacional que pueda realmente llenar un estadio. Tal vez el Indio Solari o La Renga, pero son una minoría.
La música en general y el rock en particular es un ambiente muy machista. Está la creencia de que las mujeres sólo sirven para ser muñequitas pre-fabricadas del pop. Gracias a Patti Smith, Joan Jett, PJ Harvey, Janis Joplin, entre otras, esa percepción no es la de todos.
Una vez más, como todos los años, llega La Noche de las Disquerías. Para los que no saben qué es, les explico brevemente: a lo largo y a lo ancho de la Ciudad de Buenos Aires, bandas y solistas van a estar tocando en lugares donde se venden CDs, que a su vez, tendrán descuentos y/o precios más accesibles para aquellos que decidan gastar unos pesos en ese objeto llamado disco.
Las Taradas es una orquesta femenina que hace covers de canciones de los años 40′s, 50′s y alguna que otra composición de la gran María Elena Walsh. Además de su particular sonido, se destacan por sus presentaciones en vivo, que se pueden resumir
en una sola palabra: alucinantes.
León Rogani tiene 25 años y se inició en la música de muy chiquito. “Empecé con una guitarra medio abandonada que había en mi casa. Al tiempo arranqué con mi primera banda que era punk”, relata. Sin embargo, lo que hace hoy en día está muy lejos de los riffs rápidos y furiosos. Entra en una nueva camada de cantautores que se nutrieron de Coiffeur, Gabo Ferro y Lisandro Aristimuño, entre otros.
Foto: Ana Thompson
Gracias a las redes sociales conocí muchas personas que funcionan como una suerte de “dealers musicales”. Gracias a una amiga de Rosario fue como llegué a Sánchez.
Hace unos meses, levantó mucha polémica una columna de opinión de Alejandro Medina para Miradas al Sur. En ella decía que “al rock argentino lo han matado”. No me sorprende que lo diga, pero no porque sea cierto, sino porque es lo que está establecido en el inconsciente colectivo de nuestro país. Me resulta curioso cuántas personas repiten una y otra vez esta afirmación.
