Por: Jorgelina Rodríguez
Cuando estoy a punto de apoyar un vaso con bebida fría en una mesa y el dueño de casa, casi como un rugbier a punto de hacer un tacle, se abalanza sobre mí con un apoyavasos para que ni una sola gota marque la superficie, recuerdo sólo un nombre: Monica Geller.
Monica en Central Perk
Clasifica sus toallas en 11 categorías como: “de uso diario”, “elegantes”, “para invitados”, y “para invitados de lujo”. Rotula todo, desde platos hasta fotografías. Usa una aspiradora para aspirar su propia aspiradora y describe a la tintorería como su Disneyland. Mandona y extremadamente competitiva, la hermana menor de Ross siempre “Lo sabe” y nunca se permite perder. Y es que Monica fue por mucho tiempo una perdedora. Y eso es justamente lo que la hace encantadora.
Pasó su infancia y su adolescencia como la “obesa” (pesaba 115 kilos) de la secundaria, opacada por su popular amiga Rachel y su inteligente hermano mayor. Incluso sus padres siempre la subestimaron y nunca le han reconocido ninguno de sus éxitos. De hecho, cuando Ross les cuenta que se separó de su mujer porque era lesbiana, su madre la mira a Mónica y le dice: “¿y TÚ no has hecho nada para evitarlo?”. Fue a los 18 años, después de que Chandler, el mejor amigo de su hermano, la llamara “gorda”, cuando adelgazó y transformó aquella inseguridad física en una insaciable necesidad de ganar y ser la mejor en todo que se propone.
Cuando lo ayuda a Chandler a perder kilos
Pero lo cierto es que su carácter fuerte, sus obsesiones y la búsqueda constante de la perfección se borran ante su característica que más brilla, que es su gentileza. El espíritu maternal de Monica Geller se refleja en cada cena de acción de gracias, en su siempre rol de anfitriona, en su casa como el lugar de encuentro y en ese congelador lleno de lasaña que le deja en el último capítulo a Joey antes de dejar Nueva York. Ella consiguió convertir las derrotas en victorias y convertirse en chef de un exclusivo restaurante, casarse con su mejor amigo y superar los problemas de fertilidad adoptando a dos niños. Porque el mayor de sus éxitos se basa en aceptar, que no se trata de vencer a nadie, ni de ser perfecta, sino de intentar ser siempre la mejor versión de sí misma.
Sus mil “I know”
Una de sus mejores escenas
Y una que no podía faltar
Psst: Confesó en un capítulo que el equilibrio de su orden se sostiene gracias a un armario en el que parece que todo está desordenado pero al que sólo ella tiene acceso.