Por: Jorgelina Rodríguez
Si tus disertaciones intelectuales, especializadas en dinosaurios, funcionan como efectivos somníferos para tus amigos; si te vestís del satélite Sputnik en una fiesta de disfraces; si tenés el molesto hábito de corregir la gramática de las personas a cada momento; y, si te piden contar hasta tres y lo haces en “Mississippis”… bueno, quizás seas un completo nerd. Pero ya lo sabemos: hoy, ser nerd está de moda, y Ross Geller fue el primero.
Doctorado en paleontología, trabajó en el Museo de Historia Natural de Nueva York y más tarde se convirtió en profesor universitario. Es el preferido de sus padres, el más responsable y culto del grupo. Algo, quizás bastante, obsesivo y en consecuencia el más fácil de burlar. Porque, a veces, no hay nada que cause más gracia que la solemnidad. Gracias a su experiencia en la práctica de Karate, dejó en claro (¿?) que Unagi es un estado de conciencia total, a pesar de que sus amigos repetidamente insistan en que es el nombre de un anguila de agua dulce japonesa.
Poco hábil para el matrimonio, se ha divorciado tres veces a sus 30 años: de Carol, estando embarazada de su futuro hijo Ben, cuando descubrió que ella era lesbiana y lo engañaba con su amiga Susan. De Emily, su novia inglesa, tras haber confundido su nombre en el altar, y sorpresivamente de Rachel, el amor de su vida, después de haberse casado borrachos en Las Vegas.
Torpe y socialmente incómodo, Ross, con gracia y ternura, les recuerda a aquellos que vivieron su adolescencia entre libros, contemplando desde las sombras a la chica de sus sueños, que el tiempo les dará revancha.
Psst: Ross jura que fue suya la idea de Jurassic Park.
Tuvo problemas con sus pantalones de cuero
Dando cátedra
Capacidades especiales para la música