La Revolución llegó a Argentina

#GunsN'Chaos

Hace 21 años, por primera vez tocaba suelo argentino Guns N’ Roses, con todas sus polémicas y su hard rock, que enloqueció y conmovió a todo un país. Fueron los días 5 y 6 de diciembre de 1992, en River.

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Corrían los primeros días del año 1992, y mientras las radios del todo el mundo no dejaban de pasar cortes de la placa Use Your Illusion, lanzado algunos meses antes, el rumor de que Guns N´ Roses realizaría una gira a Sudamérica comenzó a andar por estas tierras. Finalmente, el sueño que tantos cobijaron por años se hizo realidad. Así, Axl, Slash, Duff, Gilby y Matt arribaron a Ezeiza el viernes 4 de diciembre, a las primeras horas de la mañana, en un vuelo que los traía de Santiago de Chile.

Junto a ellos, 88 asistentes (39 músicos y personal de escenario, y 49 de sector técnico), 17 toneladas de equipos en infraestructura de escenario e iluminación, que contaba con 600 spots combinados con más de 64 Varilites, y sonido, para conformar la primera vez en la Argentina que una banda norteamericana ofreciera el mismo espectáculo, con la misma escenografía e igual equipamientos que en otras partes del mundo.

Como si no fuera poco, los acompañó una campaña gigantesca en su contra, armada desde los medios de prensa, ya que se rumoreaba que Axl Rose había declarado que se limpiaría el barro de sus botas después de pisar suelo argentino y que la banda había quemado una bandera argentina durante un concierto realizado en París, algo terminantemente desmentido por la filial francesa de la compañía discográfica del grupo.

Se alojaron en el Hotel Hyatt, ubicado en Posadas y Cerrito de la capital porteña, donde los aguardaron decenas de fans apasionados y excitados. A medida que las horas avanzaban, las fanáticas se multiplicaban y los malos rumores ya eran un monstruo gigante e imparable. El tema había tomado tono de “asunto de Estado”, tanto que un grupo de jóvenes nacionalistas se hizo presente frente al hotel para quemar una bandera norteamericana. En pleno descontrol, Slash salió a saludar a su gente, sin mejor idea que mostrar el culo por una ventana.

El entonces Presidente de la Nación los acusó de “forajidos”, autorizó la intervención de la SIDE en las tareas de prevención en las inmediaciones del estadio los días de los recitales, y la Policía Federal dispuso de más de 1000 efectivos, fuerzas de caballería y equipos especiales. Saúl Bouer, el ex gobernador de la ciudad de Buenos Aires, aseguraba que había que suspender las presentaciones del grupo. Hasta la Iglesia tomó partido, debido a que el monseñor Antonio Quarracino manifestó indignado que “los integrantes de Guns N´ Roses necesitan un tratamiento psicológico muy serio y profundo”.

Otro suceso que marcó en forma trágica la estadía del debut de GNR en Argentina, fue el suicido de la joven Cinthia Tallarico que después de que su padre le prohibiera ir al concierto, decidió quitarse la vida, aunque se supo después que tenía serios problemas familiares que desembocaron en el drama. Tras el episodio, Crónica anunciaba, “La influencia de esta banda de norteamericanos en nuestra juventud resulta nefasta”.

Tras los incidentes ocurridos en la puerta del Hyatt, y ante los terribles rumores y las siniestras amenazas para el show, los músicos, en un acto totalmente atípico, brindaron una conferencia de prensa para aclarar los hechos y evitar que la histeria se siguiera propagando. Axl se hizo presente, vistiendo una camiseta de la Selección de fútbol argentina, para aclarar el falso rumor y pidió cordura para evitar hechos de violencia, para que los conciertos se desarrollaran en paz.

Al fin, el día había llegado. El sol aparecía lentamente iluminando la silueta del estadio Monumental.  Algunos, que habían pasado la noche ahí, despertaban sobre Figueroa Alcorta. Los teloneros fueron Los Perros, Los Ratones Paranoicos y Pappo´s Blues.

A las 22 50, en su característica impuntualidad, y mientras por los parlantes sonaba My Way reversionado por Sid Vicious, el estadio quedó totalmente a oscuras. En ese instante, el tiempo pareció detenerse, un escalofrío recorrió el cuerpo de los asistentes que quedaron paralizados, con el corazón casi detenido. Mientras todos contenían el aire por la emoción, el estadio fue envuelto por una grave y potente voz que presentaba a la banda.

Con el estallido de los primeros acordes de Welcome To The Jungle, explotaron los gritos y las lágrimas de felicidad de los asistentes. Los muñecos a ambos lados del escenario se inflaron y comenzaron a moverse, Axl Rose apareció vestido con la camiseta de la Selección y preguntó “you know where fuckin’ they are? You’re in the jungle baby”. Realmente a esa altura, con la tensión y el nerviosismo de la semana previa, Buenos Aires se había convertido en la jungla más temible y salvaje del mundo.

Continuó con Mr. Brownstone, Attitude, Yesterdays, Double Talkin Jive (dedicado a los motherfuckers de la prensa), Civil War y Patience (con intro de Wild Horses). Durante Nightrain, Axl paró el show, ya que desde un sector del público no paraban de escupir y arrojar cosas a los músicos, y pidió que terminaran con esa actitud. Después el vocalista fue al piano para interpretar November Rain, al que le siguió el solo de batería de Matt Sorum.

Al instante llegó la segunda interrupicón, cuando en el éxtasis de You Could Be Mine, alguien del público había lanzado al escenario un toallero de porcelana arrancado de los baños del estadio. Luego de que Rose explicara el peligro que representaba para todos, que objetos como ese se lanzaran, amenazó con que si volvía a suceder ya no continuaría el show. La locura terminó ahí. Todo lo demás fue fiesta.

Durante el show, Slash realizó cinco cambios de guitarras Gibson Les Paul, y un cambio más con una SG de doble mango. Por su parte, Axl hizo un total de siete cambios de vestuario.

El solo de Slash de The Godfather, Sweet Child, Knockin’ on Heaven’s Door, Don’t Cry y Paradise City, marcaron el final de la primera jornada. Finalmente, el cantante lanzó decenas de rosas envueltas en papel celofán a su público, que esa noche lo amó más que nunca. La banda se retiró, las luces del estadio se encendieron en su totalidad, y mientras la multitud comenzaba a irse, algunos pocos se quedaron dando vueltas en el campo, tratando de despertar del sueño más hermoso de sus vidas.

Para el recital del 6, los Guns agregaron al set list, It’s So Easy (con la cual comenzaron) y Bad Obssesion. El 8 de diciembre a la mañana partió la banda rumbo a Brasil. Ese día, Crónica título: “Partieron los malditos yanquis pero antes nos dejaron su marca”, en referencia a fotos que mostraban basura alrededor de River. Una vez alojado en Brasil, Axl Rose expresó que “los shows en Argentina fueron los mejores”.

Algo no se equivocó Crónica y fue que los Guns dejaron su marca, la del costado más salvaje y rebelde del rock. y que miles personas pudieron despertar de su letargo de abulia, sentirse vivas, al menos por las dos horas y veinte minutos que duró cada espectáculo.