Por estos días la cuestión de compartir la cama con los padres (colecho) sigue generando mucha polémica. Los defensores de esta práctica entran al asunto con argumentaciones antropológicas, o culturales: el colecho -para este sector- es una práctica común en la India, en muchos otros países, en la historia de la humanidad, etc. También se menciona que el hombre primitivo compartía el lecho con sus progenitores. Otras argumentaciones se sostienen desde la famosa Teoría del Apego que, en su estructura, plantea cosas muy interesantes en relación a que un bebe, al nacer e ir desarrollándose -y desde una profunda desesperación por sobrevivir- se “pega” se “suelda” (en el territorio físico emocional) a ese progenitor o cuidador que le proporciona la seguridad afectiva indispensable para su buen desarrollo y su supervivencia: comida y amor, un lugar físico. Continuar leyendo