Kirill Oreshkin es fotógrafo ruso, que sorprende al mundo con sus fotos personales en lugares inaccesibles.
Subido a los tensores de un puente, desde los puntos más altos y riesgosos de algunos edificios emblemáticos, parado en las vías del subte, apoyado en la base de una antena a decenas de metros del piso; o de cualquier otra construcción arquitectónica,este fotógrafo está llevando sus selfies a otras dimensiones: las del vertigo y el miedo.
“Empecé a hacerlo porque me gustan los puntos de vista diferentes. Me gusta fotografiar la ciudad y a la gente con la que paso mi tiempo”, contó sobre las fotos que se toma a sí mismo y a otras personas en lugares de riesgo.