Tensión sexual y liderazgo

#ManualDeSeducción

La tensión sexual es como una banda elástica: si la estiramos demasiado, se rompe; cuando esto ocurre generamos el factor fulana. La mujer se siente mal; nosotros, ansiosos; hay algo en la calibración de la interacción que no resultó bien y ella decide irse a probar a otro lugar, con otro hombre. ¿Qué ocurrió? Habíamos generado atracción suficiente, habíamos levantado temperatura, nuestro valor estaba alto, ella respondía a nuestros test de OB, hicimos la correspondiente escalada en Kino, medimos sus niveles de inversión, la aislamos y, cuando teníamos que besarla… no lo hicimos. La respuesta es simple: demasiada tensión sexual. Tensión sexual que se rompe por no avanzar cuando es necesario hacerlo. Ella se levanta del sofá y se va. Se siente incómoda, ha pasado de sentirse emocionalmente segura a tener una sensación de riesgo. Ya no está excitada sino confusa. Cualquier intento de besarla en ese momento representará un grave error y llevará inevitablemente a un rechazo, ya que hemos cruzado el umbral de confort y alcanzado el punto en donde la interacción comienza una abrupta caída libre hacia su contrario.

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Lo mismo sucede si no generamos tensión sexual. En realidad, nada sucede. Si ella no invierte en la interacción y nosotros no nos dedicamos a generar esa inversión, sentirá que el riesgo que corre es igual a cero. Por lo tanto, preferirá seguir siendo liderada por nosotros pero sin exponerse o tomará la decisión de conducir ella la situación. En algunos casos, dejarse llevar puede resultar tentador pero, como ya demostramos anteriormente, es una pésima decisión en cuanto a seducción se refiere y nos colocará en un punto sin retorno. Una vez que perdemos el liderazgo es prácticamente imposible recuperarlo.

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Si no hay tensión sexual, la banda elástica nunca experimenta la presión del push&pull. Para la mujer, entonces, aislarse con nosotros será un mero acto de comodidad: no experimentará ninguna sensación de vértigo físico ni emocional. Y, si intentamos besarla, se negará por lo antinatural que resultará esa situación (¡y con mucha razón!). De ese modo, aceptará como marco general de la interacción que ambos estamos conociéndonos mejor y que podríamos llegar a ser “buenos amigos”. La falta de tensión sexual es la excavadora con la que se perfora el angustioso pozo de la “zona de amigos”.

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Para un buen seductor, la posibilidad de ser arrastrado a la relación amistosa no existe, a no ser que se la busque intencionalmente. La escalada en Kino y el hecho de levantar temperatura, unidos a la previa generación de atracción y conexión, permiten que ella sepa que seguiremos avanzando. Cuando acepta aislarse con nosotros, ya conoce nuestras intenciones. Con esa perspectiva, si hemos jugado con inteligencia y una mujer rechaza el aislamiento, sabremos rápidamente por qué lo hace. Lo que no ocurrirá jamás es que ella acepte aislarse para meternos en zona de amigos.

EL juego de la Seduccion WEB
* Extracto del libro “El juego de la seducción”, de Rieznik y Tabaschek, adaptado especialmente para INFOBAE.COM con la autorización de la editorial Dibuks . La primera parte del libro puede descargarse gratis en la web de la editorial.