3 claves para iniciar una conversación

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Por  Dibuks

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Para arrancar este cálido fin de semana, compartimos algunos fragmentos del capítulo 5 de “El Juego de la Seducción”*. Vale recordar que, como sostienen siempre los autores del libro, no existen frases mágicas para conquistar a una mujer sino un conjunto de técnicas y conceptos que nos permitirán desarrollar una personalidad más atractiva. También es importante entender que los circuitos de atracción en las mujeres funcionan de un modo diferente.

 1. La Falsa Limitación Temporal (FLT).

Para que una mujer (o un grupo de mujeres) acepte interactuar con noso­tros y logremos evitar el rechazo inicial, tendremos que desactivar su filtro o escudo de protección. La FLT tiene como función demostrar que nuestro tiempo es valioso y que no nos quedaremos hablándole eternamente si no demuestra interés. En su forma más básica, puede reducirse a una sola frase: “Chicas, tengo un minuto…”. Con el tiempo, aprenderemos a comunicar esto físicamente, pero es bueno que practiquemos primero su forma verbal.

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2. Personalidad

Las mujeres se sienten atraídas principalmente por la personalidad. Al iniciar una interacción, debemos salir del conjunto de los “desesperados por el sexo” y comenzar a revelarnos más bien como uno de esos hombres interesantes que escasean. Para iniciar exitosamente una interacción, buscaremos openers que, unidos a la FLT, constituyan temas de conversación interesantes y que, a la vez, nos permitan mostrarnos tal cual somos y dar a conocer esas particularidades que nos hacen únicos y muestran nuestro valor como hombres.

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 3. Sobre las mentiras

Es una ilusión pensar que mintiendo acerca de quiénes somos o de lo que hacemos podremos sacar ventaja. Es mucho más inteligente dedicar nuestro tiempo a desarrollar realmente aquellas cualidades que queramos tener y concen­trarnos, al mismo tiempo, en resaltar nuestras virtudes al realizar una interacción. Hecha esta aclaración: es normal exagerar un poco en el momento de la seducción pero – como aconseja Martín Rieznik – dado que el límite entre la exageración y la mentira es siempre difuso, lo mejor es no decir ninguna “mentira” que después nos avergüence confesar.

 

Fragmentos del libro  “El juego de la seducción. Todo lo que un hombre debe saber sobre las mujeres”, escrito por Martin Rieznik y  Mike Tabaschek. (  Editorial Dibuks, Bs As, 2013). Rieznik y Tabaschek estarán dictando este fin de semana un seminario intensivo en el Hotel Sheraton de Bogotá. En el siguiente enlace compartimos una entrevista a Mike Tabaschek emitida por NTN 24 de Colombia.

Ver entrevista en YouTube

 

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La seducción y sus engaños (I)

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Por  Dibuks (Editor.d)

Existe una gran cantidad de mitos alrededor de la ciencia de la seducción. Una ciencia, que como toda ciencia social, no es exacta pero nos provee de innumerables elementos para actuar con más solidez, conocimiento y seguridad en un terreno en el cual no hemos recibido prácticamente ninguna instrucción. Como afirma Martín Rieznik, “que exista la psicología no quiere decir que todas las personas sean iguales y actúen de la misma forma, sino que existen determinados patrones de comportamiento que se repiten en diferentes individuos ante situaciones similares”. Lo mismo ocurre en la seducción.

En una entrevista a Rieznik emitida por Radio Mitre, afloraron dos de los mitos más repetidos sobre la ciencia de la seducción:

 MITO 1 – “Un hombre que utiliza técnicas de seducción no es genuino”.

Paradójicamente, esta frase suele provenir de las mujeres, quienes desde hace miles años se valen de múltiples artificios para generar atracción en los hombres. Ya sea el maquillaje, el perfume, unas calzas ajustadas o el último consejo de la revista Cosmopolitan, la mayor parte de las mujeres siempre ha utilizado técnicas de seducción de una forma más o menos consciente.

Como sostienen Rieznik y Tabaschek en su útlimo libro, aprender a seducir es como desarrollar cualquier habilidad: tocar la guitarra, jugar al tenis o conducir un automóvil. Al comenzar el aprendizaje, colocamos nuestra atención en las técnicas y nos enfocamos en aplicarlas cada vez mejor para obtener mejores resultados. Una vez que las técnicas son asimiladas, nos permitimos fluir habiendo incorporado todo lo aprendido en la práctica. A nadie se le ocurre que Federer está pensando en la forma de pegar un revés con slice mientras juega la final de Roland Garros. De la misma forma operan las técnicas de seducción: primero se entrenan, después se incorporan a nuestra cotidianidad.

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MITO 2 – “La seducción es un talento natural, no es algo que se pueda aprender”.

La principal respuesta a este mito proviene de la simple observación de la realidad. Miles de hombres en todo el mundo han perfeccionado su habilidad para seducir a través de libros, seminarios, etc. Más aún, miles de hombres han mejorado por sí mismos. Los libros y los cursos no son imprescindibles, pero como en tantas otras áreas del conocimiento, nos permiten avanzar más rápido y con más eficacia hacia nuestros objetivos.

Por otro lado, es innegable que ciertos individuos parecen tener una habilidad innata en lo que a seducción se refiere. En todo grupo de amigos, suele haber uno que se distingue por su facilidad para el levante y no son pocos los que se preguntan “¿qué tendrá…?”. Se trata de seductores natos que rara vez pueden explicarle a sus amigos cómo seducir, pero llevan a la práctica aquello que la ciencia de la seducción ha observado y conceptualizado. Sólo que esos seductores “naturales” lo hacen sin saberlo.

Queda para cada uno la decisión de mejorar, aprender y realizarse o dejar que los mitos se interpongan en un aspecto tan importante de nuestras vidas.

Los invitamos a escuchar y compartir la entrevista realizada a Martín en Radio Mitre y, como siempre, esperamos sus comentarios, sugerencias y experiencias personales.

Entrevista a Martin Rieznik en Radio Mitre (YouTube)

Entrevista a Martín Rieznik en Radio Mitre (SoundCloud)

En la web de LevantArt está disponible toda la información sobre el libro y los cursos de la academia.

 

 

¿Qué atrae a las mujeres?

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Por Martín Rieznik*

La atracción no es una elección, es un hecho.

David DeAngelo

 

Existen mecanismos físico-psicológicos, conscientes o inconscientes, que explican por qué con ciertas personas se despierta en nosotros el deseo de tener una relación sexual y por qué, con otras, sentimos desagrado sólo con imaginarla.

A la hora de elegir con quien tener una relación sexual, todos los animales seleccionan a sus compañeros sexuales a partir de la capacidad de sobrevivir y reproducirse que suponen en él (1). ¿Funciona esto en los seres humanos y especialmente en las mujeres?

Cerebro primitivo

Elegir al compañero sexual no fue siempre un acto recreativo. A lo largo de los doscientos mil años que el ser humano lleva sobre la Tierra, la mayor causa de mortalidad femenina ha sido el embarazo y parto, elegir al hombre indicado fue una cuestión de vida o muerte para la mujer. Por esto sostenemos que la mujer se comporta como óvulo y el hombre como espermatozoide: el hombre se postula y la mujer selecciona.

Entonces, si para la mujer elegir es tan importante. ¿Cómo elige? ¿Qué le atrae de un hombre? A las mujeres les atrae principalmente el Valor de Supervivencia del hombre. Entendamos cómo se moldea este fenómeno evolutivamente: las mujeres que se sintieron atraídas por compañeros que no les garantizaron la supervivencia y se reprodujeron con ellos, probablemente no hayan dejado descendencia, pues ellas y sus crías deben haber perecido en el intento. En términos de selección natural, fueron más aptas (y, por lo tanto, dejaron más descendencia) las mujeres más selectivas, que detectaron mejor los valores de supervivencia en los hombres.

Las mujeres, se sienten atraídas por hombres con un alto índice de valores de supervivencia. ¿Cómo puede un hombre demostrar alto valor de supervivencia en la vida moderna? Hoy en día, que seamos musculosos no nos garantiza la supervivencia. El mayor valor de supervivencia de un hombre en el mundo de hoy, reside en sus recursos, en su comportamiento y su personalidad. Si tomamos a hombres de un mismo estrato socioeconómico y cultural, quien tiene más capacidad de sobrevivir exitosamente es quien posee una mayor inteligencia social: lo que conocemos como un líder. El liderazgo es el don social por excelencia y, el ser humano es un ser social. No hay inteligencia más valiosa para la supervivencia humana que la inteligencia social.

El liderazgo siempre ha sido atractivo porque invariablemente ha aumentado las probabilidades de sobrevivir; podemos suponer que, desde que el ser humano vive en tribus, esto es así. Por lo tanto, como hombres, para la seducción nuestro as en la manga radica principalmente en la personalidad, aunque es preciso recordar siempre que no se trata de pretender ser quien uno no es, sino de resaltar aquellos rasgos nuestros que muestren un alto valor.

Los hombres tenemos una gran ventaja. No estamos tan limitados por nuestra belleza física a la hora de seducir; nuestra personalidad puede permitirnos atraer a hermosas mujeres. Jamás debemos descartarnos de antemano porque no creemos ser suficientemente atractivos en el plano físico, tan sólo con desarrollar y exhibirlo adecuadamente podremos acceder a mujeres con alto valor de reproducción. En otras palabras: si desarrollamos una personalidad atractiva, sin duda atraeremos a hermosas mujeres.

 

Cinco elementos básicos para comenzar a comunicar valor de supervivencia de manera subliminal:

-La atracción no es una elección: no podemos elegir quién nos cautiva. El impulso sexual es tan vital como comer o respirar.

-Las mujeres se sienten atraídas principalmente por la personalidad (valor de supervivencia). Los hombres, por la belleza física (valor de reproducción).

-Las mujeres generalmente demoran más que los hombres en sentirse atraídas cuando están comenzando a conocer a alguien. Esto es porque el valor de supervivencia de un hombre sólo puede detectarse después de una interacción.

-El atractivo de un hombre reside en su personalidad. Si proyecta correctamente su VSR, las mujeres se sentirán fácilmente cautivadas.

-Es una ilusión pensar que mintiendo acerca de quiénes somos o de lo que hacemos podremos sacar ventaja. Es mucho más inteligente dedicar nuestro tiempo a desarrollar realmente aquellas cualidades que queramos tener y concentrarnos, al mismo tiempo, en resaltar nuestras virtudes al realizar una interacción.

(1) Darwin, El origen de las epecies.

 

*Martin Rieznik es director de LevantArt, escuela de seducción, y autor del libro “El juego de la seducción. Todo lo que un hombre debe saber sobre las mujeres”  Editorial Dibuks, Bs As, 2013.

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Primera cita: ¿cuándo llamarla?

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Por Martín Rieznik*

El encuentro de dos personalidades es como el contacto de dos sustancias químicas;
si se produce alguna reacción, ambas se transforman.

Carl Jung

El  fin de semana rindió sus frutos: te agregó una mujer hermosa al facebook,  te dio su número de teléfono… ¿Y ahora?

Muchos hombres llegan hasta aquí, tienen un par de charlas telefónicas o conversaciones por chat en los días posteriores, pero luego no consiguen concretar un nuevo encuentro… una gran expectativa se transforma en una gran desilusión. Y más aún cuando esta situación se repite una y otra vez. Algo funciona mal. Algo pasa entre ese momento en el que ellas  te dan sus datos con gusto  y ese otro, en la que esquivan  y rechazan todas tus invitaciones para volver a verse.

La que ocurrió en ese interín es que la química se extinguió. La mujer siempre percibe cuando un hombre está desesperado por volver a verla o – aún peor – quizás sienta todo lo contrario: que él la está tratando como “una más”. Los extremos se tocan: en ambos casos se trata de una falta de timming.

Dibujo del artista chileno-ecuatoriano Alberto Mont **

Dibujo del genial artista Alberto Mont *

¿Facebook, WhatsApp o teléfono?

Antes de analizar el momento perfecto para restablecer el contacto con esa mujer divina que conociste el último fin de semana, aclaremos algo: hoy en día, el teléfono es uno más de los muchos medios de comunicación que existen. Casi todos utilizamos el chat, los mensajes de texto,  las redes sociales, etc. El llamado proporciona la enorme ventaja de poder escuchar su voz, lo que nos permitirá saber si está animada o no, si contesta brevemente porque está apurada o si simplemente está desinteresada. Con todo, muchos arreglamos encuentros con una mujer por chat o a través de una red social como Facebook.
Ocurre que el llamado telefónico es un poco más invasivo. Tal vez a ella no le guste hablar por teléfono y prefiera un mensaje de texto, o al revés. De cualquier manera, el principio que describiremos para entrar en contacto con ella, sirve para cualquier tipo de plataforma de comunicación. En lo personal, generalmente no llamo a las mujeres por teléfono si no tuvimos sexo antes, suelo coordinar mis citas por mensajes y chats .

Hay un momento perfecto para todo

Entonces… ¿cuándo llamarla o mandarle un primer mensaje?  Supongamos que la conocimos un viernes. ¿Cuándo la contactaríamos? Si la respuesta es con un día concreto de la semana, sea cual fuere, nos habremos equivocado. No hay un día fijo para llamarla; todo dependerá de cómo se haya desarrollado la interacción: cuánto tiempo a solas compartimos con ella, qué clase de conexión se generó, etcétera.

Veamos dos casos bien opuestos para así establecer algún tipo de regla que nos indique el momento justo para retomar el contacto.

CASO 1: Intercambio de información luego de una noche ideal juntos.

Supongamos que ese viernes en que intercambiamos números de teléfono o Facebook, compartimos mucho tiempo juntos. La pasamos realmente bien ambos, puede que nos hayamos besado o no, pero tuvimos al menos un buen momento a solas, unos minutos juntos en los que hubo buena química.. Es muy probable que ambos nos hayamos ido pensando en el otro, en algo que dijo, en algo que hizo.

En este escenario hipotético, si la contactamos cinco días después ella no sólo no nos habrá olvidado, sino que va a haber estado pensado en nosotros y se habrá preguntado varias veces  cuándo la llamaremos. Según Ortega y Gasset, “el enamoramiento es un síntoma de la atención” y para el filósofo, estar enamorado no sería mucho más que pensar en otra persona cuando no está presente. Si seguimos esa premisa, cuando conseguimos  que ella piense en nosotros, la hacemos experimentar los primeros síntomas del enamoramiento. Si la llamamos al día siguiente de conocerla, no daremos tiempo a que eso ocurra; no habrá una ausencia que le permita comenzar a enamorarse.

Concluimos entonces que, contrariamente a lo que se cree, si llegamos a establecer una conexión fuerte con ella, nos favorecerá darle un tiempo para que nos “extrañe”, y por eso  no debemos contactarla inmediatamente. Aunque el corazón y nuestro entusiasmo nos digan que hay que llamarla al día siguiente, conviene esperar. Claro que si dejamos pasar más de una semana, lo más probable es que ella ya haya perdido la esperanza de que la llamemos y esté buscando otro hombre (o ya lo haya encontrado). Pero contactarla al día siguiente no suma nada: no le dimos tiempo para sentir nuestra ausencia y estamos dejando abierta la posibilidad  para que piense que estamos desesperados por volver a verla. Es probable que así sea, pero un hombre desesperado no es atractivo.

CASO 2: Intercambio de información en pocos minutos de interacción

Ahora supongamos que nos fuimos con sus datos de contacto, pero no tuvimos un tiempo a solas con ella. Si, por ejemplo, hablamos de trabajo y surge en el diálogo una posibilidad laboral en conjunto, puede que hagamos un intercambio de teléfonos. Sin embargo, nunca hemos dejado de estar cerca de nuestros respectivos amigos o los suyos. Esto es típico de las pequeñas reuniones sociales, los cumpleaños de conocidos y los eventos en los que pasar un momento a solas suele ser realmente difícil.

Incluso es probable que ella haya hablado e intercambiado información con cinco personas más esa misma noche. Si la contactamos cinco días después, como en el caso 1, quizá ni siquiera recuerde quiénes somos. Tendremos que presentarnos y recordarle la situación, como cualquier desconocido. Por eso, en estos casos, no podemos dejar pasar más que un par de días si queremos llegar a algo con ella en el mediano plazo. Si la conocimos un viernes, lo mejor será llamarla o enviarle mensaje el sábado para invitarla a una fiesta o a una actividad social. Al contrario que en el caso anterior, sería descalibrado invitarla a comer a nuestra casa o a una cita íntima cuando nunca antes pasamos un momento a solas.

 

Conclusión:

Cuanta más conexión hayamos generado, más tiempo podemos dejar pasar antes del contacto. El límite máximo ronda la semana; más allá, el interés suele perderse. En los próximos posts, continuaremos ampliando este tópico y otras etapas del proceso de seducción.

*Martin Rieznik es director de LevantArt, escuela de seducción, y autor del libro “El juego de la seducción. Todo lo que un hombre debe saber sobre las mujeres”  Editorial Dibuks, Bs As, 2013.

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El lenguaje corporal de la seducción

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Por Martín Rieznik*

 

Me atrevo a afirmar que no hay erotismo auténtico sin el arte de la ambigüedad;
cuando la ambigüedad es poderosa, la excitación es más viva.

Milan Kundera

Todos los estudios demuestran que aproximadamente el 80% de la comunicación entre humanos es no verbal: no es el “qué” decimos, sino el “cómo” lo hacemos. Conocer las señales no verbales es fundamental en la seducción, pues la mayoría de los indicadores de interés (IDIs) de las mujeres son no verbales.

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Los elementos del lenguaje no verbal

El elemento principal a considerar es si el lenguaje corporal es abierto o cerrado. Todos los cruces, sean de brazos o de piernas, suelen transmitir un lenguaje corporal cerrado: cuando nos cruzamos de brazos, inconscientemente intentamos proteger nuestros órganos vitales (corazón, pulmones, etc.); cuando cruzamos las piernas, procuramos resguardar nuestro órgano de reproducción.

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Lenguaje corporal cerrado y abierto

Llevarse las manos a los bolsillos tampoco es una buena opción, pues da la impresión de que ocultamos algo. Por otra parte, si bebemos algo es importante cuidar de no sostener el vaso a la altura del pecho o cerca de la boca, como suele hacer la mayor parte de la gente. Simplemente, sostendremos el trago junto a la cadera y lo llevaremos a la boca sólo cuando deseemos beber.

¿Cómo pararnos? Si descansamos el peso del cuerpo sobre una pierna, estamos transmitiendo sensación de cansancio y la fatiga no resulta atractiva. Lo mejor es pararse con el peso repartido en ambas piernas y mantenerlas separadas a la distancia del ancho de hombros. Lo mismo debemos hacer al caminar. La espalda recta transmite seguridad y la altura es atractiva: desde niños la asociamos con la autoridad y la seguridad. No conviene desaprovechar ni un centímetro de talla.

El lenguaje corporal en la aproximación

 Es preciso considerar lo siguiente: la dirección de nuestro interés siempre estará señalada por la orientación de nuestro pecho y cuando iniciamos una interacción con un grupo de desconocidos, debemos calibrar nuestro interés. Si expresamos demasiado, puede ser que nuestros interlocutores se sientan invadidos. Si una mujer está sola y nos aproximamos a ella de frente e intentamos iniciar la conversación de ese modo, posiblemente sienta que invadimos muy rápidamente su espacio personal, su burbuja. Lo mismo ocurre si entramos frontalmente en un grupo.

Por eso, el mejor lenguaje corporal para iniciar una interacción con desconocidos comprende estos pasos: no caminar directamente hacia ellos; hacerlo como si fuésemos a pasar por un costado y, al llegar a su lado, iniciar la interacción girando la cabeza por encima de nuestro hombro mientras el pecho mantiene la dirección que tenía. Para comenzar el diálogo, sólo hay que girar la cabeza. De esta manera, no se invade el espacio del otro o del grupo y todos se sienten más cómodos al inicio de la interacción. Este lenguaje corporal debe mantenerse sólo durante unos segundos. La mejor forma de saber cómo cambiarlo es observar el lenguaje corporal del grupo o la persona y actuar en espejo. Si ellos giran y apuntan su torso hacia nosotros, haremos lo mismo. Si la charla no se interrumpe, esto no demorará más que unos segundos.

Un buen dominio del lenguaje corporal será siempre mucho más efectivo que cualquier expresión enunciada, aunque se trate de la frase más ingeniosa que se nos pueda ocurrir.

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Herramientas del lenguaje corporal:

Algunos consejos para poner en práctica un lenguaje corporal correcto:

1. Llevar siempre la bebida a la altura de la cintura para que no se transforme en una muralla entre nuestro pecho y el resto del universo.

2. No delatar con el cuerpo el deseo de terminar en la cama con una mujer en particular. Al estar con amigos o con un grupo de gente, la atención debe dirigirse hacia ellos.

3. Evitar cruzar los brazos, las piernas y/o mantener posturas incómodas. Demuestran aburrimiento y falta de interés por comunicarse con el entorno.

4. Al hablar, es importante mirar siempre a los ojos de los interlocutores. Lo mismo vale para cuando se los escucha. La sonrisa siempre ayuda a crear un buen clima.

5. Ganar centímetros de estatura es fácil si nos paramos bien erguidos y sacamos un poco el pecho, sin exagerar.

6. Comenzar siempre las conversaciones en grupos nuevos girando la cabeza por encima del hombro e iniciar todas las interacciones con un 10 % más de energía que la que tiene el grupo en ese momento.

7. Caminar con la mirada en el horizonte, sin buscar contacto visual con mujeres aún desconocidas.

*Martin Rieznik es director de LevantArt, escuela de seducción, y autor del libro “El juego de la seducción. Todo lo que un hombre debe saber sobre las mujeres”  Editorial Dibuks, Bs As, 2013.

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Evitar la ansiedad al seducir

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Por Martín Rieznik*

El que nunca tuvo miedo, no tiene esperanza
David Cowder

Está en los genes

Es un hecho que todos los hombres sienten ansiedad frente a una mujer que les gusta mucho y pienso que esto tiene un origen biológico muy claro: acercarse a una mujer deseada durante siglos ha constituido cierta clase de peligro. En los animales es muy fácil de ver cómo funciona: lo observo en mi gato cada vez que sale en celo a buscar una gata, siempre vuelve lastimado. Hay competencia allí afuera y los hombres lo sabemos. Casi todos vivimos situaciones incómodas por acercarnos a una mujer o porque alguno se acercó de mala manera a la nuestra.

Las emociones primarias como el miedo y la ansiedad existen justamente para avisarnos que estamos ante una situación de peligro. Sin embargo en la actualidad, la mayoría de las veces no existe un riesgo verdadero en acercarse a una mujer linda, menos aún si lo hacemos con una buena estrategia. Ya no vivimos en la época de las cavernas y la mayoría de las mujeres – al menos en nuestras latitudes – ellas suelen ser libres de elegir con quiénes quieren estar sin que un macho alfa ande cuidándolas celosamente.

Pareja de las cavernas

Entonces, si hoy en día no constituye un peligro acercarse a una mujer que nos gusta ¿qué podemos hacer con esa ansiedad, con ese miedo que nos invade cada vez que pensamos en hablarle? Nada. Con ese miedo y esa ansiedad no podemos hacer nada. Esas emociones primarias son una carga genética que llevamos desde que nacemos. Se trata de algo que, en su momento, constituyó una ventaja evolutiva.  Si no hubiese existido ese miedo en nuestra especie, es posible que no estuviésemos hoy acá. No podemos evitarlo, como tampoco podemos impedir otras emociones primarias como el amor, el miedo, la ira, el deseo, etc. Lo que sí podemos hacer es aprender a convivir con estas emociones, mantenerlas bajo cierto control y no dejar que nos gobiernen.

Actuar para ganar, la regla de los tres segundos

No podemos evitar que el miedo o la ansiedad estén, pero sí podemos evitar que crezca si sabemos reconocerlo a tiempo. Supongamos que vemos a una mujer linda hablando con dos amigas. Pensamos en una frase para acercarnos pero… nos arrepentimos. Creemos que es mejor pensar otra frase, la primera que se nos ocurrió no era adecuada. Ella ya sabe que la vimos, sigue tranquila con sus amigas y nosotros cada vez más ansiosos. Muchos hombres pasan toda la noche así: mirando a la mujer linda o a varias de ellas y pensando en qué le dirían pero no lo hacen. Muchos otros se emborrachan para perder el miedo y lanzarse en estado etílico a la conquista. El resultado casi nunca es bueno.

La verdad es que no existe una frase mágica para levantarse a una mujer, así que pensar en qué decirle no tiene mucho sentido. Parece mucho mejor concentrarse en cómo decimos las cosas. No sirve esperar que el miedo se vaya, pues no se va a ir sino que, por el contrario, seguirá creciendo exponencialmente. La única forma de obtener un resultado, es actuar apenas comienza a aparecer el miedo e impedir, de ese modo, que se desarrolle. Es lo que en la ciencia de la seducción llamamos la “regla de los tres segundos”:

 

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Si querés lograr algo y no dejar que la ansiedad te paralice, cuando veas a una mujer linda, comenzá en menos de tres segundos la interacción con ella o con sus amigas. Este primer paso es fundamental. Actuar en menos de tres segundos impide que la ansiedad domine nuestro comportamiento.

 

En definitiva, se trata de no cavarse la tumba uno mismo. Salir a mirar mujeres y esperar que suceda un milagro como que ella nos hable o que desaparezca la ansiedad para hablarle, no sirve de nada. Emborracharse para tomar coraje, no es recomendable. Lo más eficaz es actuar siempre en menos de tres segundos apenas vemos a una mujer que nos interese. Sin embargo, sabemos que ese es solo el principio y es probable es que ahora mismo estés pensando: “Ok, perfecto: en menos de tres segundos tengo que decirle algo, pero… ¿y cómo empiezo la interacción?” Ese será el tema de nuestra próxima columna.

 

*Martin Rieznik es director de LevantArt, escuela de seducción, y autor del libro “El juego de la seducción. Todo lo que un hombre debe saber sobre las mujeres”  Editorial Dibuks, Bs As, 2013.

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Los hombres somos simples

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Por Martín Rieznik*

Hombres y mujeres somos diferentes a la hora de seducir y ser seducidos. Las mujeres son objeto de propuestas románticas y sexuales día a día, los hombres no. Ellas reciben cotidianamente miradas insinuantes, piropos y proposiciones de todo tipo. Los hombres no. Si una mujer decidiese dar una oportunidad a cada hombre que pretende seducirla, no le alcanzarían los días. No sucede lo mismo con la mayor parte de los hombres, más bien lo contrario. Un hombre sin una personalidad activa puede llegar a pasar dias o años sin recibir siquiera una indirecta de una mujer.

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¿Estás teniendo el sexo que necesitás?

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Por Martín Rieznik *

 

Todo lo hecho por amor está más allá del bien y del mal

Friedrich Nietzsche

En Una teoría sobre la motivación humana (1943), Abraham Maslow  sostiene que son pocas las necesidades humanas básicas: la salud, respirar, beber agua, dormir, comer, ir al baño y… tener relaciones sexuales! Es decir que la seducción y el sexo nunca fueron actos puramente recreativos, sino más bien necesidades trascendentales. Que quede claro, ninguno de nuestros ancestros murió virgen. Los genes de aquellos que no fueron capaces de seducir al sexo opuesto, se extinguieron de la faz de la tierra.

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La Ciencia de la Seducción

“Conviene a los varones no precipitarse en el ruego y que la mujer, ya de antemano vencida, haga el papel de suplicante. En los frescos pastos la vaca llama al toro con su mugido, y la yegua relincha a la aproximación del caballo”.

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