Cambia, todo cambia. Esa parece ser la premisa que reina en el mundo marcario desde hace algunos años, y la vorágine de dinamismos es transversal a todas las industrias de modo que estamos ante la presencia de un sinfin de cambios constantes que muchas veces son utilizados para otorgarle a la marca un destello de movimiento, mientras que otras son el puntapié inicial de una profunda renovación. Y este es el caso de Iberia, la reconocida aerolínea española que desde hace algunas décadas vio mermar su funcionamiento y por ende su participación de mercado en detrimento de sus competidoras, resultados que la motivaron a iniciar un gran proceso de reconstrucción corporativa que comenzó con su logo pero que llegará hasta la atención de sus pasajeros.
El primer rasgo que se verá modificado es su logo en sus composiciones más destacadas como la tipografía y la imagen que la acompaña, aunque sus colores característicos permanecerán intactos ya que son un claro identificador con la nacionalidad española. El nombre aparece ahora escrito de forma recta y con sus letras más separadas entre sí, facilitando de esta manera su lectura y otorgando más limpieza al logo, al mismo tiempo que se observa una propuesta de mayor flexibilidad si prestamos atención a las terminaciones de cada una de ellas. El “escudo” o emblema ha dejado de ser la combinación de las letras “i” y “b” (de IBeria, por supuesto) para emular ahora la cola del avión, de modo que sirve también como refuerzo identificador con una compañía de aviación. Un detalle no menor que ha desaparecido es la Corona Real, y esto parecería deberse a las siguientes cuestiones:
- Los colores españoles ya son suficientes para asociar su procedencia
- No se trata únicamente de una aerolínea Real sino que está abierta a las personas de todas las nacionalidades y credos, de modo que invita no sólo a los ciudadanos españoles.
Otro aspecto de flexibilidad y desestructuración que Iberia nos quiere mostrar es que las posiciones del nombre y del emblema son diferentes, y el ala está por debajo del nombre a diferencia de lo que se apreciaba en el antiguo logotipo. Tal vez son detalles que pueden pasar desapercibidos a simple vista, pero inconscientemente van re-educando nuestra percepción acerca de la marca.
Más allá del cambio de logo (que será utilizado en todos los puntos de contacto con los clientes: aviones, menúes, uniformes, tickets, etc.), lo que destaco es su nueva propuesta institucional ya que también aflorarán nuevos uniformes, interiores de los aviones totalmente renovados tanto para la clase ejecutiva como para la turista, propuestas novedosas que realzan la calidad del servicio y la sensación de confort, y hasta una nueva forma de comunicación a través del diseño aggiornado de su sitio web.
Lo positivo que está logrando Iberia es acoplarse a las tendencias que se visualizan en la industria aeronáutica y eso queda reflejado en el nuevo diseño del avión cuando observamos que la cola queda pintada en toda su dimensión, desde la parte superior de la misma hasta la inferior del avión por lo que sigue los pasos de varias de sus competidoras, como es el caso de American Airlines. El avión sigue estando a base de blanco pero su nueva parte trasera permitió que, luego de muchos años, se prescindiera de las líneas horizontales que recorrían toda la aeronave, y esto marca también la predisposición por parte de la empresa para evolucionar y animarse a crecer, a actualizarse.
Luego de un exhaustivo proceso de encuestas realizadas a más de 9000 personas y de detallados análisis, Iberia ha decidido emprender este importante viaje, quizás uno de los más relevantes de su historia ya que ha encontrado la necesidad de revitalizarse de la mano de aquellos colores bien fuertes como el rojo que demuestran el empuje, la energía, el amor y la pasión que están marcados a fuego en cada español. Iberia tiene que decirle al mundo que está más viva que nunca, que va a resurgir una vez más, y qué mejor que resaltando esas cualidades españolas mundialmente conocidas.