Por: Silvia Brown
El maquillaje mueve millones y millones en el mundo, un negocio que crece, seduce y se perfecciona al compás de las mujeres de todas las edades que conocemos el sabor que nos deja en cada ocasión.
Si paseamos por la historia… los egipcios fueron los primeros en pintar sus labios con óxido de hierro y elementos naturales de la tierra y sus ojos los marcaban con cenizas y mezclas de tierra. Los griegos y los romanos fabricaron maquillajes para aclarar la piel a base de yeso y plomo, pero fracasaron al descubrir que el producto expuesto al sol la oscurecía
La corte francesa creó un maquillaje con polvos blancos y azufre, mezclados con una crema nacarada que dejaba la piel increíblemente transparente pero causó muchísimos envenenamientos mortales. También lucharon contra las arrugas y se hacían máscaras de arsénico y plomo, rellenando las arrugas que luego esmaltaban y duraban un año…, eran incómodas, pesadas y en algunos casos mortíferas.
El siglo XX fue un tsunami de evolución en materia de cosmética y hoy se trabaja con estrictos controles científicos y médicos.
La cara lavada es un estado que sólo debemos tener bajo el agua de la ducha, del mar, la pileta, etc., etc. Esta expresión tiene que ver con el aspecto natural de un rostro, siempre debemos colocarnos una crema humectante y arriba una base liviana y translúcida que emparejará el color de la piel y la protegerá de los agentes externos, en la boca un brillo o manteca protectora que da a los labios un acabado liso.
Para ir a trabajar o eventos durante el día, usamos la misma base que para el rostro natural, le damos a los ojos un ahumado tenue, máscara de pestañas, un suave rubor y un brillo rosado.
Lo ideal es hacer un curso de auto maquillaje, siempre aprenderemos a ver nuestros defectos… y a no depender de un profesional en ocasiones especiales… y menos aún en el maquillaje diario. Muchas figuras aprenden a maquillarse y no permiten que nadie lo haga por ellas.
Un gran amigo, Luis Maria Guarneri, que fué maquillador de la isla de una famosa revista durante muchos años, hoy un empresario de la industria cosmética y con quien coincidí en un curso que dictó junto a Verónica Varano, dejó instalada en mí para siempre una frase que fue un antes y un después: “La mujer en el afán de corregir imperfecciones, las suele marcar más con el uso excesivo de correctores…, cuando en realidad con pequeños recursos podemos desaparecerlos.”
MAXIMA: Si al maquillaje, siempre tengamos en cuenta el horario y la ocasión, y recordemos que nadie es perfecto… “Todos necesitamos ayuda!!!”
Para la próxima: “El pelo mal cuidado puede aumentarnos años!”
Hasta el jueves!
Silvia Brown