Por: Silvia Brown
Cada año comienzan antes, llegamos a Diciembre cansados de eventos… y siempre me pregunto: Es necesario concurrir a todos los festejos a los cuales nos invitan?
Obvio que si es el de nuestra empresa… allá vamos! Pero comenzamos con el grupo de gym, la clase de ingles, las pacientes mas cercanas del cirujano plástico, las mamás del colegio, etc. etc. Con la mayoría de estos grupos tomamos café y tenemos varios encuentros semanales… no es que no haya nada para festejar, es que a la tercera fiestita, estamos un kilo mas pesadas, hartas del menú fijo y sordas de no escucharnos la una a la otra… sentadas al lado de la amiga de la profesora que jamás en nuestras vidas vimos.
A la hora de elegir, prioricemos el trabajo, es parte del desarrollo laboral, con los amigos tenemos tiempo durante las vacaciones, (si las tenemos), o en los encuentros de fin de semana; la familia obvio se distribuye entre Navidad y Año Nuevo.
Si tu encuentro con un grupo tiene muchos desconocidos, entonces tachale la doble, salvo que el encuentro sea de solos y solas. Y ni pienses en encontrar a tu media naranja… las fiestas colectivas no comprometidas muchas veces nos llevan a un encuentro guerrero que difícilmente se repita!
Durante varios años concurrí a casi todas las invitaciones que me hacían, llegaba tarde y cansada, al día siguiente a trabajar, reventada, ojerosa, arrugada y desganada… hasta que un día me senté a hacer el balance del disfrute… en realidad, como para tirarles un porcentaje en el 30 % de los eventos mis compañeras de silla eran ilustres desconocidas, como en mi familia siempre fui la simpática, me quedó el mandato de siempre caer bien. Así que sacaba temas de la galera en un esfuerzo extraordinario. Otro 30 % eran grupos de mujeres nuevos, que a poco de conocerse eran intimas y varios días después del evento la mitad estaban peleadas, y asi de cada diez eventos sólo uno era realmente deseado.
Tenemos que lograr separar, el evento comercial del evento social, eso nos ayudará a evaluar cuales son obligatorios y cuales los realmente placenteros.
Debemos armar un look para lo laboral, donde a pesar de ser un espacio ajeno al lugar del trabajo, debemos guardar las normas y el código de vestimenta, “donde se trabaja… no se hace lío” (palabra robada al maravilloso Francisco I). Otro look para los grupos de amigos, donde dentro de nuestro estilo podemos estar un poco mas osadas.
Compremos un par de vestidos coloridos hippie chic, los lookeamos con chatas o suecos oro, plata o arregladitos para los eventos y nos calzamos unas chalas cancheras para el día, la idea es usarlos todo el verano hasta hacerlos trapo viejo, jaaajjaa
MAXIMA: Evaluemos concienzudamente si el evento nos sirve y nos divierte, y no llegaremos a casa sintiendo que le prendimos fuego a nuestro tiempo y dinero.
Para la próxima: Falsificaciones: Perteneces?
Hasta el jueves!!!
Silvia Brown