La pregunta a simple vista parece algo caprichosa, pero vale la pena detenernos en la respuesta de la misma, ya que hay quien podría opinar que nuestros modelos de cohete vuelan a través de la atmósfera terrestre (del aire) y no en el espacio.
Si bien esto es cierto y obviamente el motivo principal es que el espacio “queda demasiado lejos” para el alcance de nuestros modelos, debemos aclarar que si tuviésemos el vacío del espacio exterior a nuestro alcance, nuestros cohetes volarían perfectamente a través de él, cosa que no puede lograr un avión ya sea con motor a hélice, turbina o cualquier otro medio de impulso que no sea un motor cohete.
Tanto los motores a hélice como las turbinas de los aviones, necesitan del aire para poder funcionar. En el primer caso, digamos que una hélice “se enrosca” en el aire generando un flujo de aire a alta velocidad que es el que impulsa al avión. Si bien en el caso de las turbinas, más parecidas al funcionamiento de un motor cohete, ya que se basan en el principio de acción y reacción (de ahí el nombre de aviones a reacción), estas utilizan el aire como “oxidante” para lograr el quemado del “combustible”.
En el caso particular de los motores cohete, ya sea que hablemos de motores sólidos, líquidos o híbridos, estos poseen en sí mismos tanto el oxidante como el combustible necesario para lograr la combustión, sin la necesidad del aire.
De ahí que si sumamos a esto, el hecho de que los programas de computación para el diseño y cálculo de trayectoria de los modelos son los mismos que se utilizan para vehículos en gran escala, que muchas de las técnicas usadas para el chequeo, lanzamiento, seguimiento y recuperación, como así también muchos de los componentes de los motores son comunes a los de la astronáutica, no podemos negar que practicamos MODELISMO ESPACIAL.
Origen del modelismo espacial
Los cohetes modelo y los motores para cohetes modelo; fueron ambos diseñador en USA en 1954 por Orville Carlisle, un experto licenciado en pirotecnia, y su hermano Robert, un constructor de aeromodelos de aviones. Ellos originalmente diseñaron los motores y cohetes para que Robert los utilizara en sus clases de física.
Era común que durante finales de los ´50 mucha gente, motivada por la idea de los viajes espaciales, intentara diseñar y construir sus propios cohetes, así como décadas antes, trataban de construir sus propios aeroplanos. Claro que, diseñar y construir un motor cohete no es tan simple y seguro como construir un aeroplano. Muchos intentaban construir los cohetes enteramente de partes metálicas y mezclando peligrosos compuestos químicos para fabricar los motores. Los resultados fueron desastrosos, muchos de estos modelos estallaban como bombas, dañando y aun matando a sus propios constructores y espectadores. Mucha gente comenzó a reclamar que la actividad fuera declarada ilegal, o que el acceso a los compuestos químicos este restringido.
En ese entonces Orville leyó artículos de la revista Mecánica Popular por G. Harry Stine sobre los problemas de seguridad asociados con los jóvenes que trataban de fabricar sus propios motores de cohetes. Orville Carlisle se dio cuenta que los diseños de sus motores podrían resolver estos problemas, y envío muestras de sus cohetes y motores a Mr. Stine en Enero de 1957. Stine, un oficial de seguridad de campo de lanzamientos en la base aérea de White Sands, construyo voló los modelos comprobando su seguridad y eficacia, escribiendo un código de seguridad que reglamentara la actividad fundada en la experiencia obtenida en el campo de pruebas en el que trabajaba. De esta manera comenzó el modelismo espacial (o model rocketry) tal como se conoce hoy en día.
La actividad en nuestro País
La misma comenzó a practicarse a principios de la década del 60 por distintos grupos independientes como el ICTE en forma experimental. Hacia fines de esta década (comienzo de los 70) aparece el modelismo de forma comercial a través de la firma AEROPOL. Esto hace que el hobby cobre gran cantidad de adeptos, llegando a formarse agrupaciones como el “Centro Escuela de Modelismo Espacial de la Pquia. El Buen Pastor” (CEME) de la localidad de Banfield, la “División cohetería del Club Aeromodelista de Ciudadela” (CAC) y el “Centro Espacial Ituzaingó” (CEI), que junto con Aeropol, organizaron eventos deportivos, exhibiciones y exposiciones en distintas partes de la provincia de Buenos Aires y algunas provincias hasta principios de los 80.
En el año 2001, 4 ex integrantes del CEME, forman “Cóndor Tec”, desarrollando kits de modelos para armar y motores cohete de venta libre.
Actualmente existe una gran cantidad de aficionados que practican la actividad de forma independiente, existiendo además la “Escuela Argentina de Modelismo Espacial” que dista cursos en Colegios y junto a La Asociación de Cohetería Experimental y Modelista Argentina (ACEMA), organizan concursos para los alumnos de los cursos y particulares.
También es importante destacar, entre otros grupos, el trabajo que se desarrolla en el Observatorio Astronómico Ampimpa en la Provincia de Tucumán, a través de sus Campamentos Científicos Educativos, en donde se utiliza el modelismo espacial como herramienta didáctica.
Roberto Müller
para Tur Aire Libre
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