Hola, amigos!!! Soy Guillermo Descalzo, nuevamente “tomando” el espacio de Roberto Müller en Tur Aire Libre – InfoBAE Blogs. El propósito que enunciamos en la nota de hoy es una pregunta verdaderamente amplia… Y creo que sirve para reforzar –una vez más- que la cohetería es un proceso de largo aprendizaje. Por eso elegí mostrarles en la primera nota el cohete de Bill Good en Black Rock, porque considero que él ha alcanzado el éxito, demostrando a la vez que a veces hay cosas que pueden fallar.
Hemos vistoen estas publicacionesque nuestros cohetes constan de partes componentes que les permiten efectuar un vuelo impulsado por el motor, continuar con un vuelo inercial (cuando el motor se consumió y ya se ha “apagado”) para finalmente lograr larecuperación, idealmente con el cohete intacto. Esta última parte del vuelo (la recuperación) se realiza generalmente mediante uno o más paracaídas, aunque en modelos pequeños o de gran altura suele usarse también una cinta.
En la siguiente imagen se puede ver la preparación de uncohete argentino en Black Rock; este cohete consta básicamente de las mismas partes que los modelos más pequeños, sólo que todas son más grandes y más robustas:
Pero… ¿cómo nos aseguramos de que nuestros cohetes cumplan con ese comportamiento y que todo eso funcione?Simple: aprendiendo de a poco y yendo de menor a mayor. Por eso es MUY importante iniciarse con modelos que pueden parecer pequeños (y que lo son en tamaño), pero que aseguran un aprendizaje sólido y consistente.- Además, hay que tener presente que en la cohetería, y especialmente en alta potencia o en cohetería experimental, hay que estar habituado a convivir con fallas; esto se debe a que esta actividad, a medida que uno “crece”, se vuelve más y más compleja y demandante… y precisamente allí está su mayor atractivo.
¿Y cómo llega alguien a lanzar con éxito grandes cohetes, como el que vimos en la nota anterior? La respuesta es (nuevamente): “aprendiendo de a poco”.
Ya vimosel elegante cohete de nuestro amigo Bill Good, de gran porte y de dos etapas, cuya primera fase tuvo un fallo del paracaídas, pero que de todos modos alcanzó alturas enormes (unos increíbles 22 km!!!) con su segunda fase, tal como se lo había diseñado y calculado, siendo recuperado con éxito.- Toda la operación de ese cohete fue conducida con seguridad y -pese a la falla menor del paracaídas en la primera etapa- el lanzamiento puede considerarse un gran éxito.
En la siguiente foto vemos el estado de las aletas de la SEGUNDA etapa del cohete de Bill (la etapa o fase que llegó a la máxima altura), y se las ve ampolladas. Eso se debe a un fenómeno conocido como “calentamiento cinemático”, que se produce a velocidades supersónicas debido al rozamiento del cohete contra… EL AIRE!!!! Y así fue, porque esta sección del cohete llegó a velocidades de unos tres mil kilómetros por hora (Mach 2.5), lo cual produjo que se le ampollara la pintura:
El vuelo de ese cohete enseña muchas cosas: enseña que el trabajo paciente y ordenado de Bill Good lo condujo a resultados exitosos, aun enfrentando fuerzas, velocidades y alturas realmente imponentes; enseña también que una falla parcial no siempre es sinónimo de fracaso, enseña que con el grado de conocimientos necesarios se puede efectuar este tipo de lanzamientos con total seguridad, etc.
Para ayudar a alcanzar todo eso existen las organizaciones de cohetería civil y las escuelas de modelismo. En nuestro país contamos con la Escuela Argentina de Modelismo Espacial (EAME) y con ACEMA (Asoc. de Cohetería Experimental y Modelista de Argentina), una sociedad civil dedicada a la promoción de esta actividad.- En los Estados Unidos existen Tripoli Rocketry Association (a la cual nombramos informalmente como “TRA”) y la National Association of Rocketry (conocida como NAR).- Mientras que NAR se dedica centralmente a la cohetería modelista sólo con motores manufacturados comercialmente, TRA también acepta y promueve la cohetería experimental, es decir aquella en la cual los motores pueden ser construidos por los propios aficionados. Las dos organizaciones mantienen un sistema de pruebas, calificaciones y certificaciones de tres niveles (L1, L2 y L3) y ambas organizaciones reconocen las certificaciones de la otra.
Es usual el reconocimiento de las organizaciones o de sus miembros entre sí, aún más allá del importante asunto oficial de las certificaciones.- Por ejemplo, en la imagen siguiente vemos a Randy Gilbert, miembro directivo de NAR, con su cohete “Attitude 3”, diseñado y construido por él mismo en base a la estética de un cohete argentino.- El cohete de Randy ostenta con orgullo la bandera argentina y el logo de ACEMA, y fue volado varias veces en encuentros realizados en los Estados Unidos:
Volviendo a las certificaciones, cada aficionado puede acceder a ellas mediante diferentes pruebas.- En TRA, para lograr una certificación de nivel 1 es necesario realizar el diseño, construcción y vuelo de un cohete capaz de usar motores de una determinada potencia.
Para alcanzar el nivel L2, además del diseño, construcción y vuelo de un cohete capaz de usar un motor más grande que el de Nivel L1, es necesario rendir -previo al lanzamiento-un examen escrito, de carácter técnico y reglamentario.- El examen consta de 50 preguntas, es de modalidad “multiple choice” y para aprobarlo es necesario obtener una calificación de al menos 90 puntos sobre 100 posibles.
Ostentar una certificación de nivel 2 brinda unos cuantos beneficios, como por ejemplo –entre otras cosas- estar autorizado a efectuar vuelos con motores experimentales en jornadas aseguradas a tales efectos.
En la siguiente foto se puede ver la preparación en rampa de mi cohete “TRA ACEMA”, en momentos previos a mi vuelo de certificación en Black Rock. Detrás, alistan sus vectores los veteranos coheteros Gary Rosenfield y Ken Finwall:
Para alcanzar el nivel L3 se debe presentar un proyecto completo de gran complejidad, en razón de la potencia del motor que es necesario utilizar; este proyecto deberá pasar una revisión por pares, efectuada por dos coheteros certificados en nivel L3, quienes además deben ser parte del Comité de Asesoramiento Técnico (TAP, “Technica lAdvisory Panel”, de TRA).- Finalmente, se obtiene esta certificación de Nivel 3 mediante el lanzamiento y la recuperación exitosa del cohete diseñado y construido según el proyecto presentado, lo cual constituye el requisito final para acceder a la más alta categoría de la cohetería civil.
Este sistema de certificaciones de NAR y TRA se emplea como garantía del crecimiento en los conocimientos de cada persona, y autorizan(en los EEUU) a la compra de motores comerciales cada vez más potentes, crecientes de acuerdo los diferentes niveles de certificación de cada persona. Ambas organizaciones proporcionan además un seguro que cubre la actividad, siempre y cuando se respeten TODAS las indicaciones de los códigos de seguridad y siempre que los participantes del evento cuenten con las calificaciones y certificaciones necesarias.
En la práctica, este completo sistema de aprendizaje y crecimiento -que tiene una vigencia y eficiencia comprobada de muchos años – ha garantizado que el record de seguridad de la actividad sea altísimo.
Volviendo un poco a las organizaciones, diremos queTripoli Rocketry Association (TRA) fue creada por Francis G. Graham, y quienes contribuyeron inicialmente a difundir las actividades fueron Curtis Hughes, Ken Goody Arthur Bower.- Veremos interesantes aportes de Ken Good en futuras notas en este espacio de InfoBAE; en la siguiente imagen vemos a Dave Rose (izq.) y Tom Blazanin(der.), dos coheteros de Nivel 3,en el momento de firmar mis certificaciones de Nivel 1 y 2, ambas obtenidas en Black Rock:
Un párrafo aparte para Tom Blazanin: él es la persona que hace ya más de 25 años dio los importantísimos pasos iniciales para transformar un pequeño club de ciencias formado en 1964 en lo que hoy es Tripoli Rocketry Association, la organización de cohetería amateur experimental y de alta potencia más grande del mundo.- En la siguiente imagen, Tom con su gorra de ACEMA (Argentina):
Tom ha sido de importancia capital en la organización de este primer viaje de la pequeña delegación argentina a Black Rock, y esperamos poder hacer dos cosas: retribuir su atención en Argentina y volver a Black Rock… quizá con la compañía de alguno de los amables lectores de estas notas.
Hasta la próxima!!!
G. Descalzo,
ACEMA – TRA – L2
para Tur Aire Libre
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