A continuación una nota de Guillermo Descalzo, revelando parte de la trastienda cohetera y que gracias a los años de experiencia en esto, nos permite aseverar todo lo que van a leer en las líneas que siguen:
En las jornadas de concursos modelistas a veces nos toca hacer de jueces. Es una tarea interesante, genera competitividad y a la vez camaradería, y todo aficionado debe estar preparado para ser juez de concurso; va desde la sencilla responsabilidad de actuar como cronometrista hasta la tarea más compleja de juzgar una serie de modelos por sus características, artesanía y calidad de vuelo. Es una tarea muy gratificante; todos debemos animarnos a ser jueces en cualquier torneo modelista.
Si bien no es fácil elegir el mejor cohete entre diez, veinte o treinta modelos, a la vez no es difícil evaluar las habilidades de construcción de un determinado modelista. Sólo mirando su modelo se pueden determinar las habilidades básicas de su constructor en función a la calidad de la artesanía o de la terminación. Por ejemplo, ¿tienen las aletas del modelo un perfil marcadamente aerodinámico o son simplemente redondeadas o directamente de bordes cuadrados? ¿Está pintado el cohete? ¿Es buena la calidad de la pintura, así como su brillo? ¿Se ven imperfecciones en el tubo de fuselaje o ha sido correctamente masillado y lijado? ¿Está el cohete pintado en múltiples colores, o simplemente es de un color sólido? ¿Hay filetes a lo largo de los bordes de las aletas, o se han aplicado otros buenos detalles de terminación o pintura? ¿Tiene calcomanías vistosas y bien colocadas? ¿Las aletas están colocadas de modo alineado con el fuselaje o se ven torcidas o mal espaciadas alrededor del perímetro del cohete?
Evaluando esas simples cuestiones se puede tener una idea muy acertada acerca de las habilidades constructivas de un modelista, aunque –nuevamente lo reiteramos- puede ser complejo elegir el mejor cohete entre varios que sean muy buenos…
Pero otra cosa mucho más compleja es evaluar lo que podríamos llamar los “conocimientos coheteros”, es decir, las habilidades de vuelo de una determinada persona. Eso es ya mucho más difícil y hasta es difícil saber cuánto sabe uno mismo. Es útil poder “medir” nuestros propios conocimientos de alguna manera y es bueno poder evaluar a los aficionados que concurren a un evento, con el fin de poder brindarles el asesoramiento que cada uno necesita.
En una de sus notas, un avezado cohetero propuso basarse en primera instancia en el modo en el que un modelista elige un motor para sus cohetes, como primera manera de evaluar sus conocimientos. ¿Sabemos cómo elegir un motor adecuado para el modelo que queremos comenzar a diseñar y construir? ¿Le pedimos ayuda u opinión a otra persona para elegir si usaremos un motor C o D, ó si el retardo de eyección será corto o largo? Esto es sin duda interesante, aunque ser capaz de elegir el motor adecuado para un determinado cohete es sólo una parte de lo que hemos llamado “conocimientos coheteros”.
Veamos un ejemplo de esto…
A veces, en encuentros y jornadas de lanzamiento, algunos concurrentes preguntan en la mesa de control e inscripciones cual motor les conviene utilizar en su cohete, sin dar más información sobre el modelo, como si el tipo de motor dependiese del clima, del lugar o del precio…
Este tipo de preguntas dejan saber que quien la formula no tiene grandes conocimientos, ya que si tuviera alguna experiencia quizá su consulta se expresaría de otro modo.- Por ejemplo, en primer lugar describiría su cohete, comenzando por sus características físicas, tales como diámetro, peso, cantidad de aletas, diámetro del portamotor, etc.- Un cohetero avanzado podría abundar en más detalles, tales como planear junto a los organizadores el lanzamiento del cohete en cuanto al propósito del vuelo, es decir que informará si desea ganar en altitud máxima o si prefiere mantener acotada la recuperación modificando la inclinación de la rampa, etc. etc.-
Teniendo en cuenta que en Argentina existen unos diez tipos de motores comerciales diferentes (B4-4, C6-4, C5-0, C5-4, C5-6, D5-0, D5-4, D5-6, F9-2 y F9-4), todos esos factores se pueden utilizan para determinar qué motor debe ser seleccionado. Y eso es sólo una mínima parte de los “conocimientos coheteros”.
Se pueden evaluar otras importantes facetas del “conocimiento cohetero” al ver cómo prepara cada aficionado su cohete antes de un vuelo y cómo se ve el cohete en si mismo: ¿Es la preparación una carrera contra reloj y el aficionado está terminando de armar el cohete unos minutos antes del lanzamiento o por el contrario, el cohete está totalmente terminado y su dueño lo prepara y da los toques finales como si el modelo le hubiese costado un millón de dólares? ¿Es capaz de inspeccionar cuidadosamente su propio cohete en la búsqueda de problemas o defectos? ¿Están bien amarrados los anclajes del cohete o el shock cord se desconecta completamente al darle un simple tirón? ¿Revisa el modelista el portamotor para ver si se ha aflojado en el último vuelo? ¿Comprueba la firmeza de las aletas para ver si están bien o si se han producido fracturas en el último lanzamiento? ¿Está correctamente ajustada la ojiva / punta? ¿Dobla cuidadosamente el paracaídas antes de insertarlo en el fuselaje? ¿Comprueba si la expulsión será suave? ¿Cómo instala el motor? ¿Queda bien sujeto, de manera que no se mueva hacia adelante o hacia atrás?
Todo esto permite “medir” la experiencia e idoneidad del aficionado y la calidad de su cohete.
Finalmente, la última fase del “conocimiento cohetero” es lo que podríamos llamar genéricamente “buen criterio”: ¿Conoce lo suficiente acerca de las características del cohete para juzgar si volará correctamente? ¿Es capaz de evaluar correctamente cada oportunidad de vuelo?
A menudo vemos a modelistas que llegan al campo de vuelo luego de largas ausencias, se presentan con un cohete recién construido, luego de una larga temporada de inactividad o porque saben que no podrán volver a participar nuevamente en una jornada de lanzamientos por un par de meses, y vienen decididos a volar sea como sea, aunque soplen vientos de 30 Km/h. Así que tienen que volar ” HOY “, como sea y con el cohete esté como esté.- En casos como estos, muchas veces lo mejor es no volar ese cohete, en ese día.-
Finalmente… ¿cómo adquirir “conocimientos coheteros”? La única manera de hacerlo es simple: práctica, práctica, práctica. Podría necesitar decenas o hasta cientos de lanzamientos antes de que usted se sienta cómodo, seguro y aplomado… y eso es MUY BUENO.-
Debido a que los cohetes grandes (cluster de motores, motores grandes, multietapa, etc.) pueden ser muy costosos, la mejor recomendación es que los nuevos modelistas se mantengan un buen tiempo en categorías de potencia moderada antes de decidir la construcción de cohetes de categorías más grandes. Esto requiere de mucho aplomo, ya que puede existir mucha presión de otros coheteros para que alguien se atreva al lanzamiento de cohetes más grandes, pero a la larga, esa paciencia dará sus frutos. Cuando se dé el “salto”, tendrá más posibilidades de éxito quien tenga más práctica y esos pequeños éxitos son la clave para querer seguir adelante. La cohetería es -en este sentido- muy similar al golf: uno compite contra uno mismo, aunque también puede competir contra otros.
Un buen modo de ganar experiencia y criterio es efectuar simulaciones de computadora. Los mejores programas para esto son RockSim (comercial, de pago) y OpenRocket (gratuito); ambos permiten diseñar una gran variedad de modelos y “probarlos” (simular el vuelo) bajo diferentes condiciones de lanzamiento y con diferentes motores. Es muy interesante buscar en internet algunos diseños de otros modelistas, borrar las simulaciones que ellos han hecho, examinar el modelo y conjeturar en cuanto a cuál debería ser el motor más adecuado para el mejor vuelo, o hacer cambios al diseño original (aletas, longitudes, etc.) y comprobar qué efecto producen esos cambios en el vuelo.- Se puede hacer eso con docenas de diseños diferentes, y cuanto más se “juegue” con eso, más se aprenderá.-
Resumiendo: como en todas las cosas, el modo de aprender es con la práctica, el intercambio y el estudio… A disfrutar !!!
Roberto Müller
para Tur Aire Libre
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