Antes de comenzar, vamos a dejar algo en claro: Amo a Led Zeppelin, me parece una de las bandas más importantes en la historia del rock, uno de los íconos culturales más influyentes del Siglo XX, una combinación de talento y excelencia que pocas veces se dio en el arte. Muchos de los conjuntos que hoy son mis favoritos no hubiesen existido sin la aparición de Page, Plant, Jones y Bonham. Ahora bien, hay algo que ha caracterizado a estos británicos, más allá del elixir compositivo; sus numerosos plagios.