Uno de los sueños de todo paracaidista siempre fue saltar desde distintas aeronaves. La imaginación vuela como él, pensando en los diferentes vehículos desde donde lanzarse.
En una mañana fría, con mucha escarcha, este sueño se hizo realidad para un grupo de valientes deportistas. El globo de Javier Barozza visitó Paracaidismo Lobos. Si bien Javier ofrece como servicio al público el pasear en dicho aparato sin motor y a solo 60 kilómetros de la capital argentina, en la ciudad de Cañuelas, esta vez lo utilizaron para saltar, contratado por un grupo de paracaidistas.
Andrés Vázquez Masso, Eliel Sardañons, Diego Hue y Tomas Usandivaras tomaron el primer vuelo muy temprano, a las 7.30. Con unos mates y la salida del sol embarcaron frente a nuestros hangares, con una meteorología ideal para esta actividad.
El globo se elevó en vertical hasta más de 900 metros, porque no había nada de viento. A partir de esa altura, por una leve brisa reinante se desplazó hacia el noroeste rumbo a la ciudad de Lobos y, poco antes de llegar a ella, se encontraron a 1.500 metros, donde, con una mezcla de adrenalina y felicidad, realizaron su salto tan soñado. Con la pampa húmeda como telón aterrizaron en campos vecinos muy cerca de las rutas.
Por la tarde, con la puesta del sol, un paisaje maravilloso en los campos lobenses, se sumaron a la canasta del globo para saltar Pablo Bogado y Vicente Santoro. Reinaba el mismo clima y prácticamente se produjo el mismo desplazamiento en el vuelo. Mucho público de la ciudad se hizo presente para disfrutar en familia el espectáculo en el aeroclub. Se acercaron padres e hijos, abuelos y nietos, novios, matrimonios, todos mirando el cielo surcado por ese globo de donde saltaron los felices paracaidistas. No faltaron aquellos que pedían folletos para pasar por Cañuelas y pasear en globo y, luego, a treinta kilómetros, complementarlo en Lobos con un salto en paracaídas.