“Recemos para que los mafiosos y mafiosas se conviertan “. Francisco, 26-05-2013.
“Solidaridad es una palabra mal vista por el espíritu mundano”. Francisco. 30-05-2013.
No puede ser casual.
La relación entre mafia y solidaridad es tan fuerte como ambigua.
Las mafias reclaman para sí el monopolio de la solidaridad. Pero esa es una solidaridad sectaria, facciosa. Una solidaridad entre “pares exclusivos”. Una solidaridad de amigos. Así surgen los “favores”, los “cargos”, los beneficios y la corrupción.
En la solidaridad mafiosa la ayuda es “abstenerme de hacerte violencia”. La solidaridad mafiosa significa, también, el encubrimiento, la impunidad compartida por el pecado común.
La mafia, en lo básico, es un grupo cerrado que se aísla de su comunidad y de sus leyes para “parasitarla” y explotarla rigiéndose por “códigos” con los que reemplazan la moral y la legalidad. La “Omertà” significa el credo en la verdad inconfesable, oculta. Es lo que tiene que ser silenciado o si sale a la luz, negado, ridiculizado, puesto en duda.
Así, la mafia se obliga a sí misma a permanecer embozada en sus “testaferros” (cabeza de fierro o “caraduras” diríamos), que en nombre del poderoso aguantan los golpes o consiguen las loas.
Las mafias absorben la vida y los recursos de las comunidades en las que se enquistan con un discurso de extorsión solapada, una especie de “solidaridad chantajista”: te protejo del daño que podría hacerte si no me pagaras. Una vez establecido el vínculo, esa solidaridad criminal se convierte en: dame para que no te quite.
La solidaridad que menciona el Papa, es una actitud contraria a la dádiva y habla de una limosna que toque la carne del otro, que esté en el otro, que lo reconozca como ayuda activa, no como paliativo espiritual, porque esta solidaridad está planteada como un instrumento de expresión política de la espiritualidad. Está planteada desde la idea de colaborar, de trabajar con, de ayudar para crecer, el otro y yo.
La solidaridad papal, se para definitivamente en contra del código mafioso, de cualquier sectarismo, de la idea individualista, porque está pensada como una herramienta social para lograr un vínculo de cohesión que no solo proteja a los hombres de sus lobos, sino que les permita prosperar juntos, lejos de la parcialidad materialista y más cerca de la complejidad humana que abarca su espiritualidad y la carne que la representa.
Esta solidaridad, es la base de Fe para una doctrina de comunidad organizada.
¿Qué vemos nosotros, los argentinos, cuando pensando en estas solidaridades miramos alrededor y hacia arriba?