#ProyectoPibeLector es un blog de ficción.Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.
54. Sentido común
Circulamos tranquilos porque somos seres provistos de una gran imaginación. Por ejemplo: el simple hecho de conducir un vehículo, si no pensáramos que los demás conductores acatarán las normas presentes en el código de tránsito, sería una experiencia imposible de concebir. Cualquier persona más o menos sensata podría anticipar preguntas de este tipo: ¿Y si voy por una calle y el conductor que viene por la mano contraria se duerme y me choca? ¿Y si no se duerme, pero justo viene fumando y el viento hace que vuele una brasa y ésta cae sobre su brazo (o su pierna, o su entrepierna) y el extraño se quema y a causa del dolor pega un volantazo y… me choca? ¿Y si viene tomando café y se le derrama encima? Eso, siempre y cuando se trate de un sujeto relativamente normal y no de un loco, por supuesto. ¿Y si el que viene manejando está escapando de algo, o de alguien, y eso hace que sus facultades mentales se alteren y se transforme en un desequilibrado y me choca? ¿Y si no es un desquiciado él, pero hay uno en el interior de su vehículo y se enoja, le discute, le pega o le hace daño y ocasiona un accidente justamente en el instante en que yo paso? ¿Y si no es alguien sino una mascota que lleva y se suelta y, atemorizada, lo muerde? Pero no, en general, somos unos insensatos y no nos preguntamos nada. Ni siquiera luchamos contra esa vocecita irracional que indica que el extraño que viene como bólido hacia nosotros no se desviará de su carril en ninguna circunstancia. ¡Cuánto mejor es andar despojado de sentido común, cuando todo indica que es un milagro que sigamos con vida después de cada paso que damos! Será mejor detener la lista de preguntas aquí y bajar del auto, convencidos ya de la urgente necesidad de conseguir por lo menos tres quilos y medio de irracionalidad antes de continuar con el viaje, ya que en este estado de sentido común desatado, hasta nosotros mismos podríamos causar un accidente y chocar.