Por: Quino Oneto Gaona
Ayer fue el Zoo. Uno de esos clientes que tantas alegrías le dio a la agencia Del Campo Nazca Saatchi & Saatchi. Hoy le toca ser el rey a BGH que últimamente, gracias a sus comerciales creativos, impactantes y divertidos, pasó a ser uno de los clientes que todas las agencias darían lo que sea por tener.
Y me fijé si tenía el teléfono de Pablo Del Campo para que me cuente lo que es laburar con un cliente como BGH. Pero no. Maxi Itzkoff. No. Mariano Serkin. No. Ignacio Ferioli. Sí, pero no atiende. Diego Medvedocky. Sí, hola. El ex director creativo de Del Campo y flamante director general creativo de Grey me dice:
“Yo no creo que haya clientes creativos o no creativos, yo creo que hay clientes que confían en su agencia y en el laburo que esa agencia hace. Con Narigones, por ejemplo, el cliente dijo literalmente: Esto es una locura. ustedes creen que va a funcionar? Hagámosla.”
Y ya que nos pusimos a hablar de la campaña “Narigones”, sigamos un ratito con la campaña “Narigones”:
“Teníamos un beneficio de producto muy claro: Aires acondicionados que dan aire más puro. Entonces nos hicimos una pregunta: Quién necesita aire más puro? Y así nació narigones. Fue un trabajo en equipo con el cliente, la gente de producción de la agencia, y una fábrica que armó los narigómetros.”
Y seguimos con Narigones: ”Primero nos pusimos a pensar cómo podía ser ese medidor de narices y nos pareció divertido que uno tuviera que meter la cabeza adentro de una nariz gigante. Adentro había un sensor al que sólo podías llegar con la nariz si eras muy narigón. Durante le proceso fueron surgiendo miles de cosas. Por ejemplo: para que suene la alarma, los narigómetros necesitaban de una fuente de energía y teniendo en cuenta que iban a estar en medio de los locales, ponerles un alargador era imposible. Entonces había que alimentarlos con una batería interna pero que no podía superar una cantidad máxima de amperes porque sino necesitábamos homologar los narigómetros y eso nos iba a llevar muchísimo tiempo. El armado fue en serie y bastante complejo. Junto a Nacho Ferioli íbamos a la fábrica una vez por semana y asentíamos como dos cavernícolas. El proceso de producción llevó 6 meses y lo hicimos con un grupo de ingenieros industriales y electrónicos que jamás habían hecho nada que se le parezca. Fue un lindo desafío para ellos y para nosotros.”
Ya era momento de cortar el teléfono, el brazo se me estaba durmiendo, pero Diego comenzó a reirse y me dice: “Ya que estamos, te tiro un dato de color. La nariz que usamos de modelo para el moldeado de los narigómetros fue la de Miguel Tornquist, CEO de Del Campo”.
Bueno, ok, listo, hora de cortar, pero Diego me dice: “Pará, pará, no cortes, no cortes, todavía no hablamos del microondas musical, un laburo que el cliente apostó sabiendo incluso que había que modificar el equipo y que había que pasar un montón de normas muy difíciles de pasar. Un trabajo larguísimo hasta que logramos que ese prototipo funcione. Es más, creo que yo, siendo cliente, no me hubiera arriesgado a hacer esa idea. Nada, eso, ahora sí, chau”.
Y para que esto no quede sólo en anécdotas pasemos a ver las campañas de BGH que, a mi gusto, son de lo mejorcito que se vio en estos últimos años en la pantalla chica argentina. disfruten. Yo ya disfrute.
* “Narigones”
* “El gran robo”
* “Summer hater”
* Caso “Quick chef music”
* “Padres en slip”