Por: Alejandro Soifer
Lost como una aventura gráfica Point-And-Click
La agencia de diseño gráfico londinense Penney Design puso en circulación hace unos días unos diseños de pantalla apócrifos de lo que hubiera sido una Aventura Gráfica Point-And-Click basada en Lost (pueden ver todos los diseños aquí: http://www.penneydesign.com/folio_IM_lostgame.html)
¿Por qué nos interesa esto más allá de la obviedad de que están muy bien hechos y tocan dos hechos que amamos como son Lost y las aventuras gráficas de vieja escuela? ¿Qué dice esto del estado de la nerdencia?
Lost como la ampliación de los límites nerd
Al aire entre el 22 de septiembre de 2004 y el 23 de mayo de 2010, Lost se convirtió en la serie más importante de la década de los 00s. Desprolija a nivel narrativa, improvisada, mezclando géneros como el fantástico y la ciencia ficción, con un final polémico y decepcionante, genial o maldita, nada de todo eso es relevante, simplemente sabemos que Lost fue un fenómeno que trascendió las fronteras de la televisión y se convirtió en un juego con sus espectadores. Sabiendo sacar provecho a pleno de la potencialidad del género “blog”, un formato más amigable para los internautas que los foros, la serie traspasó los límites del comentario especializado para convertirse en producto de cualquier tipo de elucubración. Esas desprolijidades narrativas, esos hilos sueltos, esas costuras precarias alentaron toda esa exégesis apócrifa que pululó por la web. ¿Y qué tuvo de novedoso? Lost fue nerditud para las masas. El método de interpretación obsesiva del detalle, todo el buzz de debate que se armó alrededor, la posibilidad de los infinitos memes, incluso, su decepcionante final (¿alguien mencionó Monekey Island 2?) todo se conjugó para formar un producto que llevó el modo de consumo que tenemos los nerds a un público muchísimo más amplio. ¿Cómo? El combo se formó con la internet colaborativa 2.0 donde los usuarios pasaron a ser generadores de contenidos + la ampliación de la banda ancha + las descargas de los capítulos + el producto en sí mismo.
Hablemos de finales decepcionantes, hablemos de la escena final del Monkey Island 2 y la resolución al misterio del Big Whoop.
¿Por qué hablar de Lost y no por ejemplo de Star Wars? Porque por más fanatismo que haya creado Star Wars por dar un ejemplo, nunca llegó al nivel de involucramiento de no-nerds en el mundo nerd. Si los X-Files hubieran surgido en 2004 sin lugar a dudas hubieran ejercido el efecto Lost. Pero en cambio, se transmitieron entre 1993 y el 2002 donde internet era entre primitiva y 1.0; los modos de comunicación entre fans eran los clubes de fans, las listas de correo, los encuentros presenciales y los fanzines. Era necesario realizar un esfuerzo para poder entrar en ese mundo. No así con Lost, no así con la proliferación de blogs especializados de fans con análisis capítulo a capítulo, fácil navegación, capturas de pantalla, gifs animados, videos para retroceder y analizar mil veces.
Lost fue la primera experiencia nerd para las masas. Porque ser nerd va más allá de que te guste un determinado producto de la cultura pop o masiva sino que tiene que ver con el modo en el que te relacionás con esos productos. Lost llevó a mucha gente, que probablemente no hubiera tenido ninguna experiencia previa en la nerditud, la forma de experiencia y relación con el producto típica del nerd de una forma lavada y sencilla, de consumo masivo y premasticado.
El point-and-click
Entonces llegamos a estas imitaciones de lo que hubiera sido un Lost-Aventura Gráfica en 1987. El espíritu de la época está bien recreado, el material es bueno y llama a la risa. Tanto Lost como las Aventuras Gráficas se terminaron hace años por lo que cumple con su cuota de nostalgia necesaria para ser un producto-nerd.
Estas imágenes están orientadas a un público que las pueda recibir, entender, disfrutar. Tiene que haber conocido Lost y por supuesto, tiene que haber tenido una experiencia con las aventuras gráficas, y aún más, tiene que haberlas disfrutado. Sólo en ese punto de convergencia opera el chiste, la gracia de las imágenes.
Queda marcada claramente por un lado la posibilidad del material Lost como material nerd tanto de una nerditud masiva y de baja intensidad como de una más hardcore, orientada al conocedor, al nerd-nerd y no al neo-nerd.
Lo que queda claro es que Lost fue un canalizador de nuevas formas de nerditud, una pieza fundamental en la expansión del “nerdismo” a nuevos escenarios.