Por: Bruno Aleotti
Gritalo. Festejalo. Emocionate. Abrazate. Cargalos Humillalos. Disfrutalo. Soñalo. Merecemos ilusionarnos con el título. Racing goleó ayer en el Cilindro a Quilmes 4 a 0 (Centurión, Fariña-2- y Pérez Guedes) por la decimosexta fecha del Torneo Inicial 2012. Quedamos a tres de los punteros y el domingo que viene hay que ir al Bombonera a ganar de la mano de Los Ligeritos IV.
Ese que corre por izquierda es Ricky Centurión (18 años). Es ese jugador que brilla cuando se encienden las luces del campo de juego. Va más rápido que la velocidad de la luz con la pelota en el pie. Mira el panorama que tiene, sabe que la debe pasar, pero no, no se la pasa a nadie. Gambetea, juega, la hace reír a la numero cinco. La enamora. Supo forjar la relación bien de purrete cuando en los potreros de Avellaneda la acariciaba, la besaba, la tocaba y la piropeaba. Y los rivales de turno le pegaban y le pegan, le dan, le hacen sentir el rigor físico en los tobillos y hasta en su rostro, pero se levanta porque comparado con los golpes que recibió de pibe por la vida, los de ahora son caricias. No le duelen porque le gusta este juego. Los vuelve locos a todos. Parece el dueño de todas las jugueterías de Argentina, porque cuenta con los mejores chiches. Anota un gol. Golazo al primer palo. Besa el escudo. Baila turro. Celebra. Hace delirar a toda Avellaneda, si a toda. Viste que todo vuelve en la vida Ricky.
El que va por el centro del ataque es Luis Fariña (21 años). Es ese jugador que ayer por la noche tuvo el partido consagratorio. El pibe explotó. Debutó en la red en los torneos locales. Piensa, frena, tiene cambio de ritmo, pausa y arma juego. Jugó durante su infancia, siete años en su club de barrio llamado Aveldaño ubicado en Lanús Oeste, donde comenzó a mostrar desde temprana edad sus dotes futbolísticos. A los 18 años, Luís debutó oficialmente en primera división con Racing el 28 de agosto de 2009, el partido fue contra Colon de Santa Fe y lo rompieron. Se levantó de esa lesión, como de tantas otras, se sacó a un lado el pensamiento que tenían los hinchas sobre él. De que era un tibio. Los eludió como a todo la defensa de Quilmes. Los enfrentó, como lo hizo con Tripodi y los hizo quedar en ridículo. Duerme la pelota en sus botines, que parecen que tienen abrojos y no tapones. Encara, pasa, gambetea y marca por duplicado. Dos golazos. Festeja. Hace que zumben los oídos por el clamor de la Número º 1. Ilusiona.
El que esta en centro del área es Luciano Vietto (18 años). Es ese jugador que por su gran nivel dejó relegados en el banco a Sand, Cámpora y Hauche. Es petiso. Es habilidoso, rápido, ágil. Te mata. En un pique te asesina. No te deja ni respirar y es el goleador de este Racing. Gracias a dios fue liberado en el 2010 por Estudiantes de La Plata. Acusándolo de que con ese porte no podía llegar a primera, pero lo que olvidaron aquellos coordinadores de inferiores es que será enano de estatura pero es gigante de talento. Una capacidad para moverse con soltura en el área. Para desmarcarse y para castigar la red. 1, 2, 3, 4, y 5 veces. Todos los recursos: con pie derecho, con pie zurdo, cabezazo, remate de media distancia y goles de goleador. Esta donde hay que estar. Es solidario. Participa mucho del juego colectivo. Ayer no pudo marcar pero seguro, seguro el joven cordobés se guardó un gol para el domingo.
El que esta en la mitad de cancha es Bruno Zuculini (19 años). Es ese jugador que es el tubo de oxigeno para el león Pelletieri. Hermano de Franco, el de la cabezona. Deja todo por el equipo. Se sacrifica al máximo. No para. Esta a 1000 revoluciones por minuto desde el pitazo inicial del partido. Corta y juega. Corta y juega. No te deja ni pisar la mitad de cancha, ese terreno es de él. Se adueña, participa, genera. Es un soldado heroico en todas las guerras con los rivales de turno. Da la nota. Porque a veces es tanto el empuje que aparece en el área rival y marca goles. Porque este pibe tiene un desparpajo importante. De cuna racinguista y agredecido, no como otros. A toda su garra ahora le suma juego y es el que inicia las jugadas en la mitad de cancha para dárselas a sus amigos, y que ellos hagan lo que mejor saben, jugar. Es 5. Es rubio. Es Racing. Afila sus cuchillos para ir a la batalla de la Boca.
Ellos juntos forman los Ligeritos IV, la nueva creación del cineasta Zubeldía. El domingo que viene rodarán en la Boca. Se espera una multitud. Racing va por la ilusión, esa que nos condena. Estamos cerquita. Los de arriba se pueden caer pero nosotros tenemos que estar a la altura y no errar. Los pibes ganan partidos y los viejos títulos. La mezcla puede resultar un campeonato. Como siempre vamos a estar apoyándolos. Entonando y desempolvando, un grito de guerra: ¡Vamos la acadé, hoy te vinimos a ver todos de la cabeza, vamos la acadé hoy no podes perder tenes que dar la vuelta, porqué Racing es una pasión, por que por que se lleva en el corazón!