Por: Bruno Aleotti
El empate que Racing se trajo de Quilmes es valioso, según desde el punto de vista que se lo analice. Desde el resultado es bueno, no así del juego. El sábado se vio la peor producción futbolística de la Academia desde que tomó la dirección técnica del equipo Carlos Reinaldo Merlo. Lo positivo fue la aparición en la red del juvenil Juan Ignacio Dinenno y que se dio vuelta un resultado, no se perdió -seamos sinceros académicos, con otro entrenador sentado en el banco de suplentes este partido Racing no sumaba-.
Fue un pésimo partido. Uno más y van… Racing no atacó ni se defendió. Salió aguantar, a rasguñar un punto. Una unidad que en mi opinión es positiva, suma más de lo que resta. Teniendo en cuanta que se empató en un terreno siempre complicado para cualquier rival. Seguramente que no debemos conformarnos con esto, que debemos mejorar mucho para el clásico frente a River. Nos urgen las victorias, claro. Un punto de partida para reacomodar el andamiaje del equipo es dejar de perder. Los de Giunta fueron superiores en todas las lineas. La Acadé no hizo pie en mitad de cancha, bah en ninguna parte del campo de juego. Basta de Hauche- cada vez tiene menos incidencia en el juego- , De Paul no se hace cargo. La dupla de volantes centrales Zuculini- Campi que arrancó muy bien en el ciclo Merlo en los últimos dos partidos disminuyó su rendimiento en forma notoria. Los delanteros Valentin Viola y Luciano Vietto abusan de el individualismo conspirando contra el crecimiento colectivo del equipo. Todo este cumulo de malos rendimientos derivaron en el gol de Caneo para el cervecero. Así la Academia se fue merecidamente al vestuario en desventaja.
En la segunda parte, acertó rápido Merlo con el ingreso de Juan Ignacio Dinneno. El delantero juvenil oriundo de Rosario, que venia pidiendo pista tras marcar goles cada fin de semana en la reserva, le pagó y Racing llegó a la igualdad. Gracias a ese tanto se vieron los mejores veinte minutos del equipo. Sin embargo no lo supo aprovechar, y elogió replegarse bien cerquita del arco de Saja y solo se dedico a defender. Eso le resultó y se fue con el punto a Avellaneda.
Punto y banca. Banca a Mostaza que es lo mejor que tenemos, a los pibes que siguen apareciendo, demostrando que están a la altura de los jugadores mas experimentados, a nuestro presidente Victor Blanco que intenta reacomodar el desorden que dejaron los dirigentes nefastos anteriores. La banca de nosotros está. Vamos a volver a colmar el Cilindro este domingo cuando recibamos a River por la noche. Un ingrediente especial será que el Estadio Presidente Perón brillará en la ciudad por la colocación de luces de led en el anillo superior exterior. Es una invitación a que los jugadores hagan lo mismo en el campo de juego ¡Brillen de una vez por todas, muchachos! Una victoria de local, solo eso les pedimos. Hágannos volver a nuestra casa con una sonrisa celeste blanca. Nos la merecemos.
