Por: Ariel Wolman
Está claro que River está padeciendo este Torneo Inicial en su regreso a la Primera División. “El objetivo es sacar 30 puntos” repitieron los jugadores y el entrenador a las pocas fechas de comenzado el campeonato, como si fuéramos un equipo chico del interior que acaba de ascender y sueña con no volver a la B, al menos por un rato. Y, como demuestran los números, ni siquiera esa meta chiquita podremos cumplir en este semestre.
Para muchos hinchas de River JJ López es el diablo en persona, el técnico que nos mandó al descenso. Sin ánimos de defenderlo habría que aclarar que, con solo 1 refuerzo (Bordagaray) sacó 26 puntos en el torneo más caliente, el que nos podía condenar a la promoción, ese en el que las piernas pesan más.
Para conseguir al menos esa cantidad de puntos River deberá ganarle a Lanús o a San Martín en San Juan, algo que no parece sencillo, al menos jugando como lo estamos haciendo. Obviamente el equipo del “Negro” López perdió luego la promoción con Belgrano. Pero… ¿Cómo nos iría hoy, así como estamos, si tuviéramos que jugar contra Olimpo o Banfield un mano a mano para ver quién se queda en la A y quién en la B?.
Lo que trato de decir es que el próximo torneo será muy difícil. Que habrá que tener serenidad, entrega y, sobre todo mucho fútbol, para no correr riesgos. Porque quedó demostrado que estos dirigentes, el cuerpo técnico y los jugadores se sienten más cómodos peleando en la tabla de abajo que en la de arriba, la que te da campeonatos o acceso a las copas.
Es cierto que con Almeyda logramos ascender. Pero hay que recordar que, si bien nunca bajamos de los primeros puestos, la definición fue milagrosa con una inexplicable y oportuna caída de Instituto y Rosario central en las últimas dos fechas.
Sé que para muchos Almeyda es un ídolo. No estoy pidiendo que lo quemen en una hoguera o que saquen sus imágenes del museo del club. Lo único que pido es que se analice todo lo hecho en los últimos tiempos y se corrija lo que está mal. Porque así como están las cosas, y a solo 6 puntos de Quilmes, la mano pinta brava.
Ah, por último, pongámonos de acuerdo con eso de si vale festejar los empates o no. Al menos yo no solo no festejé la igualdad contra Independiente sino que encima me fui muy molesto, con dolor de ojos y con mucha tristeza. Esto no parece River señores.
Ariel Wolman
@arielwolman