Por: Ariel Wolman
Si digo que la salida del técnico de River me sorprendió estaría mintiendo. Desde este blog cuestioné el trabajo de Matías Almeyda como DT y sigo pensando que es necesario un cambio. Pero atención, hay que tener claro que no alcanza solamente con la ida del técnico.
Durante los tres años de mandato de Passarella ya pasaron 4 técnicos, Astrada, Cappa, JJ Lopez y Almeyda. Obviamente ninguno terminó su contrato porque los resultados no fueron buenos. Incluso terminamos descendiendo y padeciendo nuevamente los promedios en el regreso a Primera. Esta situación viene de la gestión anterior, la de José María Aguilar que, entre sus técnicos, también tuvo curiosamente a Daniel Passarella.
¿Por qué digo que con el cambio de técnico solo no alcanza?. Porque para volver a ser los que fuimos necesitamos tener un plantel de jerarquía. Durante mis casi 40 años tuve la enorme alegría de ver muchas veces campeón a River. Algunos de esos equipos jugaron de manera brillante, otros muy bien y muy poquitos de manera aceptable. Pero todos tuvieron grandes jugadores.
En esos torneos quizás influyó un poco la cancha, la camiseta, la historia o el aliento de la gente de River, pero la diferencia la hacían los jugadores. ¿Francéscoli tiene un mal día?, aparece Ortega. ¿Cruz no la mete? Que entre Salas, y así mil ejemplos.
Passarella como técnico también salió campeón en sus comienzos, y uno de sus mayores logros fue sacar chicos de las inferiores. Pero cuando él estaba metía mano y había un Gallardo, un Crespo, un Ortega… hoy esos no están. Hay muchos Pezzelas, muchos González Pires, pero no de esos que necesitamos hoy.
El caso más claro es el de Ponzio. Vino a River en 2007 y salió campeón en 2008. También estuvo en el plantel que salió último con Simeone. Pero era un jugador más del plantel. Pudo haber mejorado algo en estos 4 años, pero si hoy hace la diferencia en este River no es por él, sino porque los que están a su alrededor están más abajo que él, algo que no pasaba en cuando estaban Buonanotte, Ortega, Falcao, etc.
Si Passarella cree que llamando a Ramón Díaz, a Gareca o a Guardiola el problema está resuelto, se equivoca. Eso puede pasar en equipos chicos en los que quizás un técnico termina haciendo una gran campaña sin grandes jugadores. Pero en ese caso hay que evaluar qué objetivos o qué presiones tienen esas instituciones…
¿Qué hay que hacer entonces?. Traer jugadores de calidad, esos que hacen la diferencia. Exigirle al plantel que se borre de la cabeza frases como “el objetivo es sacar 30 puntos” o invitarlos a irse a un club chico a pensar así. Pedirle al presidente que se ocupe del campeonato económico y que deje en paz al técnico de primera para que pueda ocuparse tranquilo del campeonato de fútbol.
Llegó el momento de acertar una, de tomar una decisión que cambie radicalmente el presente y el futuro de River. Sino habrá que seguir penando, mirando de reojo la tabla de abajo y añorando aquellos momentos que nos hicieron ser realmente felices.
Ariel Wolman
@arielwolman