Por: Ariel Wolman
Es verdad que no ganamos el campeonato, que perdimos puntos insólitos como contra Unión, Quilmes y Boca, y que en algunos partidos no jugamos bien. Pero… ¿se acuerdan de dónde venimos?, ¿cómo jugamos en los últimos años?, ¿las temporadas de 40 puntos?.
Terminamos en el segundo lugar con un plantel que, el año pasado, estaba mentalizado en hacer 30 puntos para no sufrir con el descenso. Y, gracias a lo hecho en estos últimos tiempos, arrancaremos primeros en los promedios. Obvio que también suman los 23 puntos que hizo Almeyda, pero si perdíamos las últimas dos fechas del Torneo Inicial, hubiésemos hecho una campaña como las de antes de irnos a la B.
No hay que recordarles que Ramón agarró un plantel que no tiene la jerarquía de aquellos equipos que nos hicieron grandes, ¿no?. Mi idea no es hablar mal de los jugadores que jugaron para River en este último año, porque muchos de ellos dejaron todo. Pero faltaron apellidos, hombres de peso, y eso quedó a la vista de todos.
Barovero fue un gran arquero y es muy bueno que siga. Balanta cumplió, con creces, todo lo que se decía de él quienes lo veían en las inferiores. Vangioni fue un refuerzo de lujo. Llegó, se puso la camiseta y jugó como si lo hubiera hecho siempre en River. Ledesma demostró que necesitaba solo una oportunidad para ganarse un lugar en el medio. Ponzio tuvo un buen comienzo de campeonato pero no volvió bien luego de su lesión. Lanzini tuvo un buen año, le faltó agarrar un poco más la pelota, pero demostró que puede ser enganche en la Primera, y con gol.
El gran déficit sin lugar a dudas estuvo en la delantera, más allá de que en defensa también sufrimos en varias ocasiones. Tuvimos cuatro delanteros y sin embargo los goles fueron convertidos muchas veces por los volantes o los defensores. Funes Mori desperdició todas las oportunidades, Mora bajó su nivel y no tuvo el respaldo que esperaba del técnico, Iturbe fue de menor a mayor –con altibajos- y Luna estuvo lejos de ser el 9 que necesita un club como River.
Distinto hubiera sido si teníamos en el plantel a Cavenaghi y a Orban, dos jugadores del club que terminamos echando, vaya a saber uno por qué. El “Torito” se hubiese cansado de hacer goles y el tres de Tigre le hubiera permitido a Vangioni jugar de volante por izquierda y así tener aún más chances de llegar al arco de enfrente.
Ahora es tiempo de buscar refuerzos de jerarquía y de hacer el máximo esfuerzo para mantener a jugadores fundamentales para el club, como al “Piri”, Leonel Vangioni, a quien recién elogié. Para algo ganamos el campeonato económico, ¿no?. Tenemos muchos chicos de las inferiores que, con la ayuda de jugadores experimentados y ganadores, nos darán grandes satisfacciones como ocurrió históricamente en River.
Miremos para adelante, compremos bien y vendamos mejor. Total el mejor refuerzo estará en el banco y no como suplente, sino como DT. Gracias Ramón!
Ariel Wolman
@arielwolman