Mientras la situación de Ucrania continúa sorprendiendo cada semana, es válido detenerse en un punto menos contingente. Se trata de un concepto que se está escuchando cada vez más seguido, y con más fuerza en el ámbito de las relaciones internaciones: el “Poder Blando”.
Desarrollado por el profesor de la Universidad de Harvard, Robert Nye, está nueva idea de dinámica de poder implica la capacidad de cooptar en vez de coaccionar. Más cercano a convencer que a obligar, pero el fin sigue siendo lograr que un actor determinado haga lo que desea otro “player” en el escenario político internacional.
El concepto no es nuevo, pero está de moda en las oficinas de los distintos ministerios de asuntos exteriores, salvo en Moscú. Parece que los burócratas dirigidos por Sergei Lavrov no han escuchado nada acerca del “Poder Blando”, y lo que ha pasado en Ucrania es un claro ejemplo.