Por: Marisa Fenochio
En este post describiremos el Síndrome de Fatiga crónica (SFC) y sus conexiones con otro diagnóstico que por muchos es discutido, la Fibromialgia (FM), plantearemos como se presentan estos pacientes habitualmente y si hay un tratamiento posible.
Fatiga Crónica
Se caracteriza por una fatiga profunda, un estado de astenia (sin fuerzas), cansancio, debilidad física, necesidad de dormir, puede presentar febrícula, dolores musculares y en las articulaciones, intolerancia a la luz o al sonido fuerte, dolores de cabeza, sensación de embotamiento, mareos, inestabilidad, parestesia (hormigueo en manos o piernas). Se lo asocia muchas veces con otro cuadro: Fibromialgia (FM).
Fibromialgia
Me pareció interesante la descripción realizada por Pilar Rojas, Psicoanalista y Médica especialista en Reumatología y en Medicina Familiar lo caracteriza de la siguiente manera “El dolor centra la vida de los pacientes con fibromialgia. Un dolor musculo-esquelético sin afectación articular, que definen como continuo y generalizado y que localizan alrededor de la columna vertebral, zona proximal de extremidades, glúteos, muslos, aunque también afecta con frecuencia antebrazos, manos, pies…, les duele todo el cuerpo. El paciente señala con frecuencia que el dolor es intenso o insoportable y lo define como agotador, deprimente”
Cuerpo vs. Mente
Este cuadro para diagnosticarse como tal no debe ser provocado por una enfermedad orgánica, de hecho los exámenes físicos y análisis de rutina no suelen presentar anomalías y en muchos casos luego de un infructuoso paseo por diversas especialidades médicas se termina concluyendo que este estado es producto de estrés, ansiedad etc. y se deriva al profesional psi.
La cuestión es que muchos pacientes aceptan la derivación sin entender muy bien para que, son llevados a consultar con un psicólogo “por descarte” y suelen sostener con insistencia que lo suyo es un problema físico y no psicológico. En muchos casos abandonan prematuramente.
La dicotomía cuerpo/mente como entes separados y sin relación se escucha en el tono y en el contenido de los relatos: monótonos, monocordes, una dicotomía entre un cuerpo que habla del dolor físico precisando con detalle la localización del dolor, el momento del día del sueño, las circunstancias que desencadenaron los síntomas: Ej. un accidente, la muerte de un ser querido, una enfermedad etc. etc. y un psiquismo que calla indolente, no abriendo caminos para tramitar por la palabra lo padecido en el cuerpo.
¿Hay tratamiento?
Diría que es un camino arduo pero no imposible: El tratamiento psicológico da la oportunidad de hacer hablar, asociar y de esta forma producir una modificación en la posición subjetiva que por añadidura alivie ese dolor inespecífico y ese cansancio sin límites. La cuestión es saber que el desafío de atravesar un análisis produce, en el mejor de los casos (aunque parezca contradictorio) angustia. Dirán, ¿ir a un psicólogo para angustiarse? Y sí, pero a partir de este movimiento, de esta señal que es la angustia hay una oportunidad de que ese dolor físico, pasa al plano psíquico. La cuestión es que hay que pasar por ahí y es un trayecto que hay que estar dispuesto a recorrer.
Lic. Marisa Fenochio
@mfenochio
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