Lucio Casarini- Escritor/Periodista
¿Cuál es el colmo de un astronauta? Enfermarse de gravedad ¿Cuál es el colmo de un oso panda? Que le tomen fotos a color y que salga en blanco y negro ¿Cuál es el colmo de un pelado? Que se salve por un pelito… Seguramente, al lector se le ocurrirán en este mismo instante varios chistes por el estilo. Hasta tendrá un candidato para el codiciado podio del colmo de los colmos. En tal caso, sería prudente que tome en cuenta que entre los competidores puede haber nombres de inesperada jerarquía, como Yahoo!, el líder mundial de Internet.
“Para ser el mejor lugar de trabajo, la comunicación y la colaboración serán importantes, así que necesitamos trabajar codo con codo. Por eso es crítico que estemos presentes en nuestras oficinas”, dice el comunicado interno difundido por la multinacional tecnológica en febrero último. “Velocidad y calidad se sacrifican a menudo cuando trabajamos desde casa. Necesitamos ser un solo Yahoo! y eso empieza estando físicamente juntos”, continúa el mensaje, con el que la compañía prohibió a todos sus empleados hacer tareas desde el hogar.
La medida, que entró en vigencia en junio, abre una profunda polémica, porque va contra la revolución virtual a la que la compañía debe hasta su mismísima existencia. Por si fuera poco, la norma desdice también la tradición corporativa de la firma, que desde su fundación, en 1995, ha tenido la flexibilidad laboral como uno de sus rasgos distintivos.
Tomando en cuenta que Yahoo! es el nuevo líder mundial de Internet, pues acaba de superar a Google en densidad de tráfico en Estados Unidos, su caso es el colmo del teletrabajo. Una modalidad, esta última, que afecta a todos los habitantes del Planeta, incluidos los argentinos.
Un ejemplo cercano y actual es el Programa de Promoción del Empleo en Teletrabajo (Propet), impulsado por la Casa Rosada, que empezó con algunas áreas del sector público más las multinacionales Telecom, Cisco e YPF, y recientemente sumó a Merck, Dell, Nielsen, Garbarino y Provincia Net.
Al respecto, Viviana Díaz, coordinadora de Teletrabajo del Ministerio de Trabajo de la Nación, enumeró a la agencia Télam algunas ventajas de la modalidad: “facilita la conciliación de la vida laboral y familiar de los teletrabajadores, genera una mejora en su calidad laboral, con menor estrés, con reducción en los gastos -viajes y comidas-, reducción del tiempo muerto que implican los traslados”.
Por su parte, el Centro de Investigaciones para la Transformación (Cenit), una institución privada, destaca el efecto positivo en el medioambiente. Sus especialistas calculan que si la Ciudad de Buenos Aires tuviera un 10% de teletrabajadores que permanecieran en su casa solamente un día a la semana, se reducirían un 0,15% las emisiones de gases de efecto invernadero por el transporte.
En un escenario más alto, de un 30% de teletrabajadores porteños los cinco días laborales, la reducción de los gases de efecto invernadero “podría superar el 3%, lo que sería equivalente a reducir 65% las emisiones que genera el Gobierno de la Ciudad en un año en concepto de consumo energético en edificios públicos, iluminación pública y señales de tráfico, vehículos gubernamentales y provisión de agua para usuarios de la ciudad”, dijo, también en diálogo con Télam, Verónica Gutman, investigadora de Cenit.
Sin embargo, por ahora, los resultados le dan la razón a Yahoo! En febrero, la firma anunció la prohibición del teletrabajo entre sus empleados, en junio comenzó a aplicarla y en agosto se convirtió en el número uno del ranking de Internet. La suma de todas las webs de Yahoo! en Estados Unidos supera los 196 millones de usuarios únicos, o sea que tiene 4,3 millones de usuarios más que los de los productos de Google. Los buscadores de colmos ruegan que estas cifras se mantengan.
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