A medida que avanzan las tecnologías, se extiende el teletrabajo. El proceso de apropiación por parte de la población exige una modernización empresaria. Esta modernización tiene más que ver con los procesos que con adquirir o mejorar las tecnologías.
Paradójicamente las empresas instrumentaron rápidamente los cambios tecnológicos y reconocieron su valor, achicando la brecha que les daría una competencia ventajosa con respecto a otras. Sin embargo, ahora hablamos de una aplicación y uso de estas tecnologías por parte de los empleados y trabajadores.
Hablamos de la necesidad de achicar “la brecha de uso”. Aquella que muchos jefes no tienen en cuenta, aún cuando, reconocen las virtudes de las tecnologías disponibles para tener más presencia en mercados, achicar costos o evitar despidos, pero en muchos casos las prohíben para teletrabajar.
Pronto estas prohibiciones no tendrán sentido y afectarán derechos de quienes quieren desarrollar sus tareas de esta forma. Será difícil captar talentos de la Generación Y, o Z o como algunos llaman: Millenium, quienes querrán alternar sus labores diariamente y naturalmente entre su casa y la oficina. Continuar leyendo