Un espacio diminuto. Una puerta pequeña por la que todos entran y nadie sale. Una habitación que somete, manipula, distancia y degrada. Tres personajes sin escapatorias, con sueños inconclusos, atrapados entre lo siniestro y lo infantil. Esquinas en el cielo crea un mundo en el que los sueños y la realidad confluyen en ese espacio de múltiples sentidos.