Llamemos a las cosas por su nombre: acá no hay ningún rescate por anticipado. Lo que hubo fue un anuncio en donde se abría la posibilidad de canjear el Boden15 por el Bonar24 (canje al que muchas entidades fueron forzadas a suscribir de maneras poco amigables).
¿Por qué decidió Kicillof realizar esta “oferta” por el Boden15? Porque sabe que es un problema que tendrá en 2015. Y tratar de resolverlo de antemano parece una buena decisión desde el punto de vista estratégico. Incluso, probablemente la mejor dentro de su tiempo en el Ministerio de Economía.
Ahora bien, ¿por qué estoy subrayando lo del canje? Acá no hay ningún rescate anticipado porque el gobierno ofrece rescatar los bonos al mismo precio que tienen en el mercado. No hay ningún “premio” por el rescate. Con lo cual, si alguien quisiera vender esos bonos, los podría vender simplemente por bolsa. ¿Así de simple?
Si una entidad tiene una cantidad muy grande de bonos, no podría venderlos en el mercado sin afectar su precio. Esa podría ser la única diferencia importante: una cuestión de liquidez. Sin embargo, el gobierno sabe exactamente quienes son los que tienen cantidades grandes de bonos. Y a cada uno de ellos les sonó el teléfono y les pidieron enérgicamente que se solidarizaran con el canje.
La alternativa (para aquellos “no grandes” que realmente la tienen) es cobrar 97 dólares ahora o 107 a fines de octubre del año que viene. Una jugosa diferencia de algo más del 10%. Asumiendo que el canje es un hecho y que van a poder diferir hasta el 2024 una porción muy grande de lo adeudado por el Boden15, para los inversores pequeños tiene sentido esperar hasta octubre del año que viene.
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