En septiembre del año pasado escribí “Dólar a 20”. Al poco tiempo insistí con “Más que nunca: dólar a 20”. Mi pronóstico indicaba que para marzo de este año el dólar debía estar en torno a los 20 pesos. La realidad fue otra e inapelable: me equivoqué con los tiempos y el dólar nunca volvió a trepar. ¿Qué pasó?