Desde hace unos años, muchas empresas han buscado desesperadamente estar en las redes sociales. Facebook y Twitter vieron multiplicarse sus cuentas empresariales como ahora lo hacen Pinterest y LinkedIn. Community Manager se volvió un término común y un cargo casi indispensable en muchas compañías, aún cuando ni siquiera tuvieran definido el perfil de puesto.
El problema de todo esto que los cambios han sido impulsados por el “me too” del mercado y no por un entendimiento del tema. Y hacerlo así, sin entender y sin estrategia, no sirve de nada. Al día de hoy estamos viviendo otra revolución que llega más discreta pero quizás con mayores consecuencias que las redes sociales: la era del contenido.