48. Los amores ocultos

“El amor depara dos máximas adversidades de opuesto signo:
amar a quien no nos ama y ser amados por quien no podemos amar”.
Alejandro Dolina
  

Los amores ocultos están entre nosotros, merodean la vida cotidiana y pocas personas tienen la virtud o el embrujo de percibirlos. Son espíritus que rozan nuestros cuerpos y tocan nuestra boca. Nos miran fijo sin que nos demos cuenta; nos acarician el corazón y nos parten la cabeza. Continuar leyendo

47. ¿Vale la pena enamorarse?

Enamoramiento:
Dícese del sentimiento opuesto al amor,
en el que solés andar medio pelotud@.

 

El enamoramiento a la larga humilla. Es un vil ladrón de energía. Dejás de rendir en tus espacios cotidianos para rendirte a los pies de alguien que tiene fecha de vencimiento. El enamorado se enamora de alguien que su sola presencia deja entrever la amenaza de una ausencia. Digámoslo así: El enamorado es un ludópata que está dispuesto a perderlo todo por el simple hecho de sentir la adrenalina del destino incierto. Continuar leyendo

46. La mirada y la mentira

“Es gibt nichts realer als eine Lüge”.
(“No hay nada más verdadero que una mentira”).
F.L, 1999

No se miraban demasiado porque para ellos mirarse era una forma de hablar. Y esa mirada los nombraba, era una mirada con voz propia. Para hacerse oír. Una mirada que no pensaba, se paraba en un rincón de la casa viendo pasar lo que pensaba, pero sin pensar lo que veía (1) y cuando los visitaba en un sueño les decía que si, que ella les mentía; y que mientras les mentía les iba diciendo lo que no podían escuchar. Les subtitulaba la verdad porque entre mentira y mentira, les decía la verdad entre líneas. Continuar leyendo

45. Estar solos

“Lo que sea que elija cuesta lo mismo”
The Cure, Killing an arab.
A propósito de El extranjero de Albert Camus. 
 

1) Estar en el espacio

En la soledad los espacios se reducen. Todo parece más chico: los pensamientos apuntan a las ganas inverosímiles de que algo diferente ocurra. Estás solo y estás con una parte tuya que no te gusta, una parte que te recuerda lo mucho que duelen las ausencias, un lugar de tus rincones emocionales que miran desde un ángulo penumbroso cómo las faltas te llenan la soledad de vacío. Cuando estás solo late un monólogo como marcapasos, querés callarlo pero él te lleva a la orilla de esa ausencia. Una energía se libera y convierte en seda lo que vos creías un dique. Te reprochás no haber frenado el dulce pulso de la incertidumbre, un latido que cerraba las compuertas de las cosas más simples. Continuar leyendo

44. La infidelidad la define el otro

El pobre muchacho que juega al fútbol acepta con agrado la invitación de un amigo (ex futbolista) a pasar un rato de distensión en un cabaret de Las Vegas

A propósito de la foto de Messi sumergido en las tetas de una acompañante ocasional, los medios de comunicación se transformaron una vez más en detectives y científicos de la especulación. Algunos periodistas tienen el vicio de pensar por el otro antes que a ese otro se le ocurra pensar. Conjeturan con la precisión de un cirujano y son impecables elucubradores de lo que nunca ocurrió y difícilmente ocurra.

Todos los interesados pensaron por la bella esposa moviendo la lengua popular como una iguana. Algunos trazaron una línea entre el Photoshop y la imagen real, otros decían que el representante de Cristiano Ronaldo le hizo una cama y otros tantos fantasearon con que la esposa de Lio a lo mejor era vouyerista o le gustaban los tríos. La foto muestra el durante, lo interesante es saber el después. ¿Habrá filmado che? Continuar leyendo

43. 47 indicios para una correcta convivencia

Siguiendo con la línea de las grandes “mínimas” del amor, esta vez le toca el turno a los indicios para una correcta convivencia. Si estás a punto de hacerlo, si ya no sabés que hacer para tolerar esa cara todos los días, si tenés miedo que se corte la onda, tal vez te sirvan algunas de estas puertas. Continuar leyendo

42. Las reventadas

La fauna amorosa

La jungla de los sentimientos desencontrados convoca diferentes especímenes que aúllan bajo la luna sus deshonradas catarsis. Vuelan y retozan alrededor del pantano: el pollerudo, la mosquita muerta, el conquistador compulsivo, la llorona, el paganini. Etiquetas que se pegan en nuestra cara para que el otro no se angustie si no sabe dónde encasillarnos. Todos necesitamos una etiqueta en la cara del bolud@ que nos mira. Continuar leyendo

41. Fase 4: El amor realista

El amor ideal

Llegamos a la cuarta fase del proceso amoroso y, como decía el gran ilusionista, siempre puede fallar. Las fantasías de las novelas y los estereotipos del corazón suelen mostrarnos cinematográficamente el ideal del romanticismo. Vamos tras ese príncipe encantador o la doncella glamorosa con la intención que sólo la muerte separe tan magnifica unión y que las perdices abunden en la mesa de roble cercana a la chimenea y a los Toblerone. Sea por ideal a alcanzar o por escepticismo, ese amor ideal no deja ser un patrón identitario. Sin embargo, con los años, se comprueba que se puede amar sin la luna de fondo, sin el abrumador sonido del mar y sin crepúsculos sureños. Continuar leyendo

40. Fase 3: El amor coleccionista

Hoy me levanté con mucha resaca. Últimamente la cerveza me trata mal, me codea la cabeza y me pellizca el hígado. Me cuesta abrir los ojos y sobre todo recordar qué hice cinco horas antes. Recuerdo que tipo diez de la noche pasé por lo del Bichi a comer una milanga y a tocar un poco la viola, de ahí arrancamos para una de esas fiestas de música latina. Hicimos una apuesta: el primero que se comía a una gorda, en la próxima salida, no pagaba un solo trago. Continuar leyendo

39. Fase 2: El amor revanchista

Querida Enana:

Te debo una disculpa. Hace tiempo que quiero escribirte pero no encuentro el momento. Mi amigo me dijo que el momento nunca acude cuando es demasiado tarde. Yo me porté muy mal con vos; pero de eso me doy cuenta recien ahora. Si bien te quise, nunca te tomé demasiado en serio. Vos sabés que venía de una relación complicada, estuve muy mal cuando corté con Rocío y me costó mucho reponerme. Tal vez no estaba preparado para iniciar una nueva relacion. Se que no hice las cosas bien y que eso te causó mucho daño. Necesitaba reivindicarme como hombre, ella me hizo mucho mal –lo sabés bien- y estar con vos fue una modo de recuperarme de ese abismo que sentía. Ahora veo que no sabía lo que hacía, estaba pero no estaba. Continuar leyendo