77. El que deja y el dejado

“Las palabras nunca alcanzan
cuando lo que hay que decir desborda el alma”.
Julio Cortázar
 

No hay peor noticia que el común acuerdo. Separarse de común acuerdo empobrece el delicado vértigo de aprender de una ruptura y una separación insulsa corresponde a un tibio transitar sin pena, sin gloria y sin pasión. Contra el común acuerdo, está bueno que en una separación uno corra con la culpa y el otro con el abandono; ahí hay sangre, abismo, turbulencia. Si las parejas se separaran de común acuerdo, chau poesía.  Continuar leyendo

76. El cornudo

Parece un chiste, pero todos los años, el domingo más cercano al 11 de noviembre se conmemora el día del cornudo. Una celebración nacida en un pueblo italiano de unos 200 habitantes llamado Rocca Canterano, donde cada año se celebra la Festa dei Cornuti. El evento consiste en homenajear a San Martín, obispo de Tours y patrón de todos aquellos a quien su pareja ha engañado en un momento de sus vidas. Preside el sencillo homenaje un personaje al que llaman el “gran cornudo del año”, que lleva en su cabeza unos cuernos prominentes simbolizando la infidelidad. Mientras tanto, en los alrededores, suena música medieval y varios juglares cuentan historias sobre hombres engañados y desdichados. En el Imperio Romano, cuando el guerrero se ausentaba por largos periodos; a su regreso, le regalaban un par de enormes cuernos rodeados de monedas y, en muchos casos, con la noticia de que en su ausencia, sus esposas habían incursionado en nuevos amores. Continuar leyendo

75. Cuando odiamos por amor

“Ya no te amo, mi amor”.
Julio Cortázar

Hola Julián, no pensaba escribirte. Mi amiga la Negra me dijo que no vale la pena escribirle a un pelotudo pero ¿sabés qué? Hay tipos tan idiotas que ni siquiera saben que son idiotas. Me importa un cuerno tu infancia y todas esas justificaciones absurdas, vos, como persona, sos un desastre… no tenés corazón. Sos un pésimo especulador, creíste que iba a bancar tus ausencias de por vida. No man, te equivocaste fiero. El que miente lo hace porque no tolera quedar al descubierto y eso te transforma en un cobarde. ¿Tan difícil era decir que ya estaba bien, que fue bueno mientras duró y toda esas sartas de frases comunes que se utilizan para mandar a la mierda a la otra persona? Explícame cual es el negocio de estirar todo hasta las últimas consecuencias. No me vas a decir que sos de los que piensan que las propias decisiones las tienen que tomar los demás. Continuar leyendo

74. El sexo tóxico

1. El sexo como manipulación
Muchas veces la palabra tiene lengua corta y lo silenciado descansa en lo corporal corriendo con el riesgo de un desmadre. El cuerpo suele ser el camino más corto a la hora de vincularse y, para muchos, un arma letal de manipulación. La condición no es la belleza del cuerpo sino la fascinación que el otro tenga sobre esas determinadas curvas. El sexo y el poder van de la mano a la hora de manipular, uno es el medio y el otro es el fin… el fin de la ternura. Continuar leyendo

73. La crueldad en el amor

“La crueldad en el amor se siente cuando
dejas de pensar en eso que te enamoró”.
Pablo Neruda
 

“Yo no me merecía esto. Puse lo mejor de mí para que funcionara y mirá como terminamos… entre silencios y reproches. Lo que más me duele es que te creí. Te creí cuando me hablabas del futuro, de que nos íbamos a ir de vacaciones a La Pedrera. Te creí cuando en Falabella me dijiste que te gustaban los muebles blancos. Confié en esa mirada cristalina que sostenía con firmeza todo lo que pensaba. ¿Será que las personas de ojos claros son peligrosas? Continuar leyendo

71. Cómo pensar una crisis

La crisis como nudo

Y de pronto el silencio. El goteo de la canilla de la cocina se vuelve a escuchar incesante. La tele del vecino repiquetea los oídos del consorcio elevando la voz de ese conductor maníaco que se hace el tarado pero no es ningún boludo. Atrás quedaron las horas inciertas, que me voy yo, que te vas vos, que pensémoslo mejor y que “no sea tan cruel, no busques más pretextos”. Acaba de desarmarse el ring, ese escenario gris que fue testigo del derrumbe, fotografías en primer plano de sobredosis de crueldades y demasías de energía, puestas al servicio de destruir al otro para salvarse uno. ¿Por qué se seguirá recurriendo a ese artilugio desesperado de hundir al otro para salvarse semánticamente de nada? Hacerse el Pablo Escobar con los corazones de la gente, lejos de hacerte un triunfador, te convierte en un papa frita. Continuar leyendo

66. Los escurridizos

Hay una especie especial específica de caballeros conocida con el nombre de escurridizos, del latín nocompromisum, más conocidos por los “sí pero no”. Hombres gentiles y de buen humor que van prometiendo con pequeños actos, barriles de eternidad para las muchachas desprevenidas. Tienen el don de la seducción a flor de piel, son encantadoramente espontáneos y no necesitan ninguna estrategia; esos artilugios se los dejamos a los feos que son los que aportan las grandes ideas al Manual de Estrategias de Levante y Abandono. Saben cuándo victimizarse al encontrarse con un alma maternal o hacerse los héroes cuando una personalidad apocopada se presenta ante sus labios. Calculan cuándo sonreír y en qué momento pegar el zarpazo. Continuar leyendo

62. La posta sobre la amistad entre el hombre y la mujer

Millones de veces hemos escuchado disquisiciones acerca de la amistad entre el hombre y la mujer. Si existe o no, si es viable o si sólo es un acto de resignación donde uno no puede avanzar y se conforma con una pequeña hendija en el corazón del otro. Para que una amistad entre géneros florezca hay determinados condicionantes no muy distintos a una amistad del mismo sexo. Ante todo, la pregunta es si uno cree o no en la amistad, porque hay personas que no creen en ningún tipo de amistad. Continuar leyendo

58. Los amores del pasado

“No debieras volver jamás a nada, a nadie,
pues toda historia interrumpida
tan sólo sobrevive
para vengarse en la ilusión”
 
 Félix Grande,
Ética inútil.
  

Lo que fue

El tío Facebook y el primo Google nos permiten visitar el pasado sin demasiados esfuerzos y las redes sociales van filtrando cada vez más nuestros sueños. En el siglo pasado para evocar a alguien solo teníamos el recurso de la memoria o de alguna visita onírica, hoy las yemas de nuestros dedos nos transportan al pasado y a todos los seres que ahí habitan. Vivos o muertos. Continuar leyendo