Por: Hernan Gauna
“Considero más valiente al que conquista sus deseos que al que conquista a sus enemigos,
ya que la victoria más dura es la victoria sobre uno mismo.”.
Aristóteles (384 AC-322 AC, filósofo griego).
Masakatsu agatsu , se traduce como “La única victoria verdadera, es la victoria sobre uno mismo”.
Este concepto cruza íntegramente la práctica diaria y nos invita a dejar de lado toda competencia.
En Aikido no existen los torneos, consideramos que la única medida válida para medir nuestro avance es comparándonos con nosotros mismos.
Asimismo, este concepto filosófico, nos lleva a aceptar que cada uno tiene su punto de inicio en la práctica y que por ende, no podemos exigirle las mismas capacidades y desempeños a todos los practicantes. Permitiendo, de esta manera, que cada uno entrene de acuerdo a sus capacidades.
¿Significa esto que el practicante de Aikido no se esfuerza? La respuesta es un rotundo, no.
Solo significa, que la medida del avance de cada uno va a estar dada por la mejora o no que obtengo, pero en referencia a mí mismo, no en cuanto a ganar o no un combate. O saltar más alto o patear más fuerte o golpear más violentamente que otro compañero.
El practicante de Aikido, se esfuerza, transpira el keikogi, aprende y perfecciona las técnicas, mediante la práctica constante. Pero no para ganar un torneo o ser mejor que otro, sino para ser día a día mejor practicante que el que era ayer.
Con esta idea en mente se llevan a cabo Seminarios, donde un Maestro (o varios), enseñan técnicas. Normalmente son bastante intensos y suelen durar un fin de semana completo.
No solo sirven para encontrarnos con amigos y compartir un buen rato, sino también para perfeccionarnos. A dichos eventos puede concurrir cualquiera, sin importar la graduación que tenga, ya que cada uno aprenderá y extraerá de la experiencia, aquello que pueda percibir. Y si no se animan a practicar o no pueden por cualquier motivo, no dejen de concurrir, recuerden que mirando también se aprende.