Por: Mariana Grimaldi
La arquitectura es, por definición, el arte y la técnica de proyectar y diseñar estructuras y espacios que forman el entorno humano. Generalmente, la actividad se asocia con la construcción de edificios y casas, aunque también se puede pensar en el diseño de lugares recreativos como plazas, jardines y espacios de todo tipo.
En ese sentido, dos amigas arquitectas pensaron que una buena opción, poco explotada en el mercado, era armar una empresa de asesoramiento integral en el diseño de habitaciones para chicos de0 a18 años, para maximizar los espacios y convertirlos en lugares apropiados para cada necesidad.
Así en 2010, Anahí Pereda y Fernanda Villadoro fundaron Mola, Tu habitación, tu escenario en una casa de Palermo a la que reciclaron y convirtieron en un showroom, donde atienden y muestran sus propuestas. En ese lugar, motivadas por el desarrollo del diseño sustentable, crean habitaciones con muebles y accesorios funcionales que se fabrican con materiales nobles. “Utilizamos maderas provenientes de bosques controlados. Sólo usamos enchapado, no maderas macizas. También contratamos mano de obra local y los textiles que utilizamos, son cien por ciento artesanales”, explica Fernanda.
Con una inversión inicial de 80 mil pesos, Mola surge para dar respuesta a las inquietudes de los padres que buscan armar un espacio para sus hijos. Además del asesoramiento, las arquitectas ofrecen muebles versátiles y atemporales, que se transforman, a medida que el chico crece. Los diseños son modernos y de líneas puras, mientras que los colores neutros y la madera se combinan para reforzar la idea de lo natural. En ese sentido, la emprendedora explica que “nos enfocamos en diseñar muebles que se pueden ir transformando en cada etapa del niño. Esto ayuda a que el chico se identifique con su habitación y se la apropie como lugar de juego, de descanso, para compartir con amigos, etc.”.
Además de la madera, el resto de los materiales y revestimientos que utilizan para sus creaciones son durables, como el laqueado o la melanina. Para las socias, el color de los muebles que diseñan es parte de su sello personal. Es por eso que decidieron utilizar tonalidades neutras, blancos o madera natural. “Buscamos que la habitación no sea un ‘circo’ y es por eso que seleccionamos colores tranquilos. Que las tonalidades fuertes las aporte cada chico con sus juguetes, sus posters y sus fotos”. Por otro lado, se aseguran que también buscan que el espacio tenga concordancia con el resto de la casa.
Funcionalidad y espacio, ante todo
Bajo la premisa de “pensar los espacios proyectados a futuro”, las empresarias diseñan las habitaciones pensando en las necesidades de cada niño, pero contemplan también su crecimiento. Por eso, arman espacios de guardado para juguetes, diseñan una mesa de juego que luego se puede utilizar como escritorio, además de una cama que crece junto con su dueño. “Todas estas variables las tenemos en cuenta desde un principio y les damos a los padres las opciones desde el punto de vista profesional. Nosotras proponemos un diseño más atemporal, que se puede ir modificando con diferentes accesorios.”, aclara.
Pero, el mayor desafío de las arquitectas es armar un proyecto en una habitación en donde no hay mucho espacio. “Es lo que más nos piden. En los nuevos emprendimientos inmobiliarios en la Capital Federal los metros son escasos, así que tenemos que adaptarnos a esas medidas y utilizar nuestra creatividad”. Para estos casos, aprovechan bien los espacios “bajo cama” y “bajo escritorio” para que la habitación permanezca ordenada y al mismo tiempo pueda ser utilizada como lugar recreativo.
Los precios de los muebles y accesorios dependen mucho de los materiales que se elijan, así como también de los metros del espacio a diseñar y de la cantidad de muebles que se incluyan. Los valores parten desde los 8 mil y llegan hasta los 50 mil pesos, según el proyecto.