Por: Manuel Queirolo
Costó. Mucho tuvieron que transpirar los dirigidos por Luis Enrique para poder doblegar a ese bloque impenetrable que por momentos parece el Atlético de Madrid que conduce tácticamente Diego Simeone. Es que el equipo Colchonero domina como nadie el arte de la presión coordinada, de los relevos defensivos y el achique de espacios. Y vaya si lo sabe el Barça. La pasada temporada fueron precisamente el Cholo y sus muchachos quienes los eliminaron de la Copa de Campeones de Europa y quienes les arrebataron el título de Liga en el mismísimo Camp Nou, en el último suspiro.
El partido de hoy, durante largos momentos, se pareció bastante a aquellos duelos de la temporada 2013-14. Juego cortado, pocas situaciones de gol, mucha intensidad y algún que otro roce fuerte. Ese era el panorama de un match que poco a poco se iba inclinando para el lado de la visita. Si bien el Barcelona había arrancado mejor, con un Messi participativo y buenos aportes de Iniesta y Rakitic en el centro del campo, el envión de los locales duró sólo quince minutos. A partir de allí, Koke y Gabi tomaron el control del juego y los blaugranas apenas si generaron peligro. Hasta que apareció La Pulga. Y también, porque no, la fortuna.
En una jugada perdida, a la salida de un tiro libre mal ejecutado por Leo, la torpeza de Juanfran y el teatro de Busquets se juntaron para generar un penal tan innecesario como incuestionable. El remate de Lionel, fuerte pero centrado, fue bloqueado magistralmente por Oblak, quien en pleno vuelo hacia su palo izquierdo tuvo los reflejos necesarios para manotear la pelota y evitar que la ejecución del crack blaugrana terminara dentro del arco. Pero la redonda volvió mansa y tranquila a los pies de quien mejor la trata, y el capitán argentino marcó a placer un tanto que puede resultar decisivo en este cruce de cuartos de final de la Copa del Rey.
Messi festeja su gol. Su gesto de alivio lo dice todo.
Foto: Sport.es
Si bien aún restan disputarse 90 minutos en el estadio Vicente Calderón, el gol marcado por Messi obligará al equipo de la capital española a salir con todo, a quemar las naves desde el arranque. El empate no le sirve y deberá mostrar algo más que una gran defensa si pretende volcar la eliminatoria a su favor. En Barcelona saben bien que esa necesidad puede jugarles a favor. Si los catalanes logran salir ilesos del embate colchonero inicial, Messi, Neymar y Suárez contarán con muchos más espacios que los que tuvieron hoy para lastimar al rival. Un desarrollo más dinámico, de ida y vuelta, pondrá al Barça un poco más cerca de la clasificación a semifinales.